Capítulo 18. Visita

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Estaba nerviosa.

Las manos sudadas, la sensación de ahogo y la opresión en el pecho. Tenía que significar eso, sí, definitivamente estaba nerviosa. 

No conocía mucho a los padres de Dana, había tenido un par de acercamientos con ellos y los mensajes que solía recibir de la señora no eran muchos, ni seguidos, ni habian compartido nunca una conversación como tal. Simplemente le informaba sobre el estado de Dana y ella respondia con un "gracias". 

Así que era normal sentirse nerviosa y ligeramente incomoda estando ahí en recepción, parada con las manos en la espalda mientras los padres de Dana llenaban toda la documentación necesaria para la visita. 

Por suerte no les permitieron entrar juntos, así que ella tuvo que tomar asiento en aquel frío lugar mientras los señores entraban al area de visitas. Con cada minuto sus ansias solo crecían más y más. Llevaba tantos meses sin verla, al menos no en persona, ni siquiera recordaba bien el timbre de su voz, o la sensación de tocar la piel de sus manos. Pero lo que más le preocupaba era el no saber exactamente como actuar, es decir, habían tenido varias llamadas en las que de alguna manera habían confirmado que se querían muchas veces, pero tenerse justo frente a la otra, era diferente, era aterrador y es lo que provocaba que su corazón bombeara de aquella manera tan dolorosa.

Dana había estado un poco diferente, seguía llamandola pero ya no se escuchaba tan animada como al principio, Monica sospechaba que algo había pasado, las cosas empezaron a tornarse extrañas desde que Dana le habló sobre aquella chica. ¿Cómo era que se llamaba? ¿Lara?

En palabras de Dana, esa chica era como su fan, aunque Monica no entendía muy bien por qué, ¿Qué podría admirarsele a ella? Era solo una chica más. Pero la tal Lara parecia realmente admirarla mucho. 

Quien sabe, quizás algún dia tenga la oportunidad de conocerla. 

Sus piernas se movian arriba y abajo sin parar, el tiempo avanzaba y ahora estaba sola en aquella sala de espera, su unica "compañia" era la recepcionista trabajando en quien sabe que en la computadora. Había un silencio horrible, lo unico que podía escuchar era las teclas ser azotadas duramente por los dedos de la mujer frente a ella. 

Hacia frio, el clima del lugar seguramente estaba en un grado muy bajo, no era normal que los bellos de los brazos se le erizaran de esa manera. Aunque cuando el sonido de las voces de los padres de Dana comenzó a escucharse más y más cerca, terminó aún más erizada de lo que estaba, por un momento dudo entre continuar sentada o salir corriendo del lugar. 

 Pero cuando los padres de Dana estuvieron de pie junto a ella fue demasiado tarde para huir, de pronto era como si dos gigantes la miraran desde arriba vigilando cada uno de sus movimientos y ella tuvo que tragar saliva. 

__ ¿Monica? __ Era la tercera vez que su nombre era pronunciado, pero Monica parecia en algun tipo de trance, le temblaba absolutamente todo __ ¿Me escuchas?

__ ¿Eh?

__ Puedes pasar ahora. 

Se puso palida, y el temblor en sus piernas se convirtió en un hormigueo que le recorria hasta la columna, no estaba lista, no estaba preparada para eso, ¿Cómo demonios salía de ahí ahora?

__ Uhm... yo...

__ ¿Todo bien? __ La mirada del padre de Dana era diferente a la de la mujer, era mucho más dura y en cierto sentido la juzgaba. Tal vez el sospechaba que las intenciones de Monica no eran precisamente amistosas. 

__ Sí __ Soltó como pudo y sacando todas las fuerzas posibles de su interior logró ponerse de pie __ ¿Por donde?

La madre de Dana fue tan amable de acompañarla hasta la puerta que daba al patio, y a partir de ahí ella avanzó sola. El lugar no era precisamente como lo imaginaba, al menos ninguno de las personas ahí llevaba algún tipo de vata blanca ni caminaban descalzos acariciando las paredes. Ok, puede que haya tenido una visión completamente distinta de lo que en realidad era.

La novia de mi novio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora