Iba a robarse a la novia.
Se supone que sólo era una broma entre ella y Dana, una que solían hacerse en sus pequeños momentos de amor, y ahora se había convertido en una realidad. Monica de verdad se encontraba en un auto con el corazón en la garganta, latiéndole a mil por minuto, estacionada a unas casas de la de Dana, y aunque no era ella quien conducía sentía que las manos le temblaban.
Su compañera en esa aventura era Galilea, obviamente era la elegida, es la dueña del auto después de todo, no es como si hubiera muchas opciones. Galilea estaba tranquila, tamborileando los dedos sobre el volante y tarareando la canción que resonaba en los altavoces de la radio, ella sólo esperaba pacientemente el momento de la acción, lista para pisar el acelerador hasta el fondo y conducir esquivando todo, ya se había visualizado en una persecución, quería hacer una mejor carrera que cualquier corredor famoso.
¿Qué tanto debes amar a una chica para que dejarlo todo te parezca una decisión correcta? Porque Monica no lo había dudado un solo minuto, ella se robaría a la mujer que amaba.
La noche comenzó a caer y los nervios de Monica no hacían más que aumentar, esa noche era la noche más importante de su vida y ella sentía que podría vomitar el corazón en cualquier momento.
— Una vez más, ¿estás segura de esto? — preguntó Galilea preocupada por su amiga.
— Sí.
— Lo estoy, no voy a dejar a Dana atrapada con esa mujer, no después de todo lo que ha pasado, se que yo puedo cuidar mejor de ella.
Galilea asintió, comprendiendo la decisión de su amiga, ella misma había sido testigo de esa relación, de los momentos difíciles y de lo mucho que Dana significaba para Monica, del amor incondicional que sobrevivió incluso a los meses que estuvieron separadas.
— Entonces lo haremos __ Galilea cambió la canción en la radio por una mucho más movida, como si quisiera encontrar la canción épica perfecta para ese momento.
Monica observa pacientemente la casa, las luces de la ventana de Dana se encuentran encendidas, significa que su chica posiblemente esté despierta, lo cual es perfecto para su plan. Tenía que esperar el momento justo, no podría arriesgarse a ser vista por la madre de Dana, nada podía su plan, ella no podía arruinar el plan.
El plan era un poco loco, así que era bueno que Monica no estuviera sola. El padre de Dana quien por fin había tomado conciencia de que la tristeza podría matar a su hija quería regalarle la oportunidad de ser feliz con quien realmente amaba.
La luz de la cochera parpadea, Monica entiende eso como la señal acordada.
—Voy a saltar la barda e ir hacia el patio, Roberto debe llevar a Dana ahí — habló Monica con firmeza, aunque por dentro estaba temblando de los nervios, valía la pena el riesgo.
Galilea no estaba del todo convencida, se preocupaba, pero se había prometido apoyarla a muerte. Y así sería
— Mucha suerte, amiga, las esperare en la esquina.
Monica salió del auto con cautela, asegurándose de agachar la cabeza para que las luces no la alcanzaran y no reflejarán su sombra. Le costó un poco subir la barda, quizás fue la adrenalina en su cuerpo lo que la ayudo, se escabullo por los arbustos hasta atravesar la casa por completo y llegar al patio trasero, todo estaba muy oscuro, su única ayuda era la luz de la luna, tuvo que esconderse detrás de un pequeño cobertizo de madera y esperar pacientemente. Bien. Estaba ahí, ya había entrado, el plan estaba funcionando.
— No quiero respirar aire fresco, papá por favor, entiéndelo — Desde su escondite Monica ve salir a Dana quien es prácticamente obligada a estar ahí, su corazón duele cuando la nota más delgada, clara señal de que esta cayendo de nuevo en aquellos problemas alimenticios — no hay nada que pueda animarme, me quiero morir, sólo entiéndelo y déjame hacerlo.
ESTÁS LEYENDO
La novia de mi novio.
Short StoryMonica es novia de Leonardo. Dana es novia de Leonardo. Ninguna sabe de la existencia de la otra. O al menos no lo hacían hasta que chocaron en aquel bar. Monica estuvo con Dana, Dana la acepto. Monica no tenía remordimientos. Dana no podía con...