Capítulo 18 ~ Confundido

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Capítulo 18 ~ Confundido.

Taehyung se encontraba estresado aquel día, Jungkook finalmente lo había contactado en la mañana para decirle que pasaría por las niñas en la tarde, por lo que el castaño había decidido ponerse a limpiar, porque en los últimos días se había descuidado un poco, por no decir mucho, pues la casa era un desastre de juguetes por doquier, envolturas de comida e incluso ropa sucia que se extendía por la sala.

Por ello, Taehyung había pasado toda la mañana limpiando, sin embargo, la tarde había llegado y él no había acabado, aún le faltaba el baño, solo eso, y realmente creyó que le daría tiempo para terminar de limpiarlo, bañarse y estar presentable para recibir a Jungkook, pero no, el pelinegro llegó justo cuando iba a echarle agua al baño, así que no hubo de otra, tuvo que detenerse para abrirle le puerta.

Y en cuanto se miraron, no pudo evitar que los latidos de su corazón se aceleraran y que su respiración se cortara porque joder Jungkook estaba precioso, corrección, era precioso, y el tiempo sin verlo solo hizo que aquello fuera más que evidente para Taehyung, quien se moría por tomarlo en brazos y nunca soltarlo. Era demasiado difícil para él tenerlo de frente y no poder tocarlo cuando en el pasado había hecho más que eso, las veces que quiso. Realmente pensó que de haber sabido que ya no lo tendría para él, lo hubiera aprovechado más, pero ya era tarde para eso...

—Hola —Jungkook susurró con timidez, en su mente se preguntaba cómo debía saludar a quien se suponía era su ex esposo.

—Hola —dijo Taehyung con un tono de voz tan dulce y una sonrisa tan cálida que hizo de inmediato sonreír a Jungkook, quien creyó que hasta allí era el saludo, pero Taehyung lo sorprendió acercándose a él para darle un abrazo acogedor que Jungkook no hizo nada para evitar y que sin duda no le costó nada corresponder, de alguna forma, se sintió tan familiar que se encontró apretandose contra esos brazos e incluso lo dejó ser hasta que fue Taehyung mismo quien decidió terminarlo —por favor, pasa —se hizo a un lado —Aera y Aecha están en su habitación terminando su siesta, no deben tardar en levantarse, puedes sentarte si quieres.

—Está bien —Jungkook se sentó tranquilamente en el sofá.

—¿Quieres jugo, té o algo, lo que sea? —Taehyung preguntó, repentinamente recordando las fachas que tenía por estar limpiando.

—Si, un te estaría bien —respondió el pelinegro.

Taehyung asintió y se fue a la cocina, y Jungkook pudo relajarse por los minutos en los que se fue, se sentía un poco tenso, no sabía realmente como debería comportarse, a veces envidiaba la naturalidad de Taehyung, al chico literalmente lo habían dejado unos pocos días atrás y él simplemente se veía radiante y le sonría ampliamente a la persona que lo había abandonado, en este caso él, mientras que él no podía dejar de sentirse apenado a cada minuto, odió totalmente hacerle daño.

—Aqui tienes —Taehyung volvió con el té en mano y se inclinó para ponerlo en la pequeña mesa frente a Jungkook, haciendo que la camisa que tenía se bajara y dejara ver enteramente su pecho y sus pezones, Jungkook no supo porque aquello fue tan siquiera relevante.

—G-gracias —pronunció tomando la tasa en sus manos mientras veía como la camisa de Taehyung volvía a su lugar a medida que se enderezaba.

—No hay de que —sonrió —¿cómo has estado Jungkook?

—Yo...he estado bien —dijo porque era la respuesta que cualquiera esperaría, aunque, la verdad es que no se había sentido más extraño en su vida que en esos días, creía que ni siquiera se comparaba a cuando se despertó en la cama de un hospital y se enteró de que estaba casado y tenía dos hijas, pues ahora debía vivir por su cuenta y preocuparse por todo, con Taehyung nunca tuvo que hacerlo, y extrañaba eso, jamás creyó que dos meses serían suficientes para añorar algo, sin embargo no creía tener el derecho de expresar como se sentía, si se ponía en los zapatos de Taehyung, quizás él la estaría pasando peor, él es quien había perdido su esposo de diez años, Jungkook solo había perdido unos días. No había punto de comparación y no debería sentirse insatisfecho, pero...

My Dear ForeverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora