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— Es bochornoso —lamentó nuevamente.

— A mi me parece muy divertido, en realidad

Tras una noche donde nadie pegó un ojo, ya fuese por el miedo a desplomarse gracias a la falta de combustible o que de forma inesperada Rex tuviese un episodio, Mags no se había callado ni un segundo con respecto a su recompensa.

— Es ridículo —insistió—. Nunca nadie debe haber tenido un número tan bajo como este, ¿Para qué lo ponen o qué? ¿Quién va a molestarse en encontrarte si ofrecen esta cantidad?

— Ya subirá —la animó el mayor desde el asiento de piloto. Realmente no estaba muy interesado, ni sabía por qué la joven estaba tan alterada al respecto, pero comenzaba a irritarse.

— ¿Y por qué quieres que te busquen de todos modos? —inquirió Bee—, es más difícil llevar una vida normal así

Una vida normal.

Ella no quería una vida normal, y ese trozo papel era el símbolo de que no la tendría; lo había esperado, el monto suficiente para volverla una pirata y justificar una vida de huidas y aventuras. Pero aún era muy poco.

— Ciento veinte berries, es patético —achicó los ojos y dejó caer las comisuras de sus labios-, y escribieron mal "Petrucci"

— ¿Enserio?

Buggy, ahora más tranquilo aunque todavía extendido en el suelo sin moverse, pidió la hoja de papel para corroborar lo dicho por su pareja. A continuación, Rex aclaró su garganta, agradecido de darle la espalda a la castaña antes de comenzar a hablar.

— Mags, no creo que sea algo de lo que alegrarse —hizo una pequeña pausa—, ser un fugitivo, quiero decir

— No creo que seas el indicado para decirlo —se puso de pie con recelo, claramente ofendida mientras caminó más cerca del piloto. Previamente había tenido esta actitud con ella, lo poco que había querido contarle de su pasado el hombre lo había retrucado con algún tipo consejo.

— Es diferente

— No, no creo que lo sea

— No debí abrir la boca —el tono molesto de Rex rayaba en lo cómico, hizo un ademán con las manos— , olvídalo, no dije nada

— No, no, vamos a discutirlo

— ¿Hablamos del elefante en la habitación?

—Adelante, porque no lo veo

El rubio enderezó su espalda y apretó los labios antes de señalar detrás de él- Ese hombre, ese hombre está influenciandote

Buggy se sentó y se señaló a si mismo con duda. De inmediato se sintió parte de un ataque, aunque no le importo, nisiquiera sabia a donde estaba queriendo llegar el mayor.

— ¿Influenciarme? —gruñó la joven— ¿Qué edad crees que tengo?

— Mucho menos que ese sujeto, seguro

— Oye, un momento —el payaso se apoyó en una de las paredes del avión y en la cabeza de Bee para poder ponerse pie, caminando encorvado y entre tumbos hasta poder aferrarse al asiento del piloto y mantener el equilibrio—. No me conoces, no voy a dejar que me acuses de lo que creo que me acusas

—Es obvio que Marga era una joven inexperta cuando tuvo la mala suerte de caer en tus brazos, debes haber abusado emocionalmente de ella a tal grado que cree que te quiere o algo así

Eso fue un insulto, uno injustificado; de inmediato Buggy sintió herido su orgullo, incluso el honor que creía no tener. No necesitaba la aprobación de este extraño, pero aun así sintió que la merecía. Lo había salvado.

𝔚𝔬𝔲𝔩𝔡 ℑ 𝔩𝔦𝔢 𝔱𝔬 𝔶𝔬𝔲? ⇝ ⁽ᴮᵘᵍᵍʸ⁾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora