015

111 13 1
                                    

Se tomó su tiempo para volver al salón, algunos minutos caminando sola en los pasillos, abrazándose a si misma entre pensamientos y una voz interna que no quería callarse.

Su delgada figura se apareció sin ser vista entre quienes aplaudían y suplicaban a Flora otra canción, excepto por Buggy y otro pequeño grupo en el fondo.

—Que alguien me de paciencia —dijo para si misma mientras se encaminaba hacia ellos. Posó una mano en el borde de sus pantalones, donde descansaba su arma. Solo en caso de ser necesaria.

Se abrió paso a empujones para poder llegar hasta su mesa; mientras que Rex continuaba en el suelo, Buggy señalaba con desdén y hablaba arrastrando las palabras a un par de sujetos. Eran los mismos que veían a Buggy de lejos antes.

—¿Qué ocurre?

—Baja los humos, anciano, no sabes con quién estás hablando —él no le respondió, nisiquiera pareció notarla.

—Sabemos perfectamente quien eres muchachito impertinente —se plantó frente a él un hombre mayor bastante más bajo, con un ojo cerrado y el otro casi traslúcido. Golpeó a Buggy en el pecho con su bastón—. Se te ha subido la fama, a la cabeza

—Buggy, deja de jugar, no es momento —pidió Mags con seriedad, forcejeando para llegar a Rex y hacer el intento de sentarlo. Cada vez eran más los cuerpos que se acercaban y ella temía que fuesen a pisarlo.

—Fama es lo que tengo, decrépito, en cambio, no sé quién eres tú —se burló el payaso, abriendo los brazos y señalando a su alrededor—. Ni tú ni todo tu séquito del bingo

—Tal vez si le reviento la nariz se calle, Rudy —otro hombre de apareció por detrás del bajito, apuntando a Buggy con su arma.

—¡No!

—¿Mi...—el peli azul comenzó despacio— nariz?

Se irguió y su rostro entero se desfiguró ante las palabras del desconocido. Había una cosa que nadie que lo conociera terminaba de entender sobre Buggy, y es que quizás nadie tuvo el valor de preguntarlo antes, pero había algo ante la mención de aquel rasgo en su persona que lo volvía completamente loco. Le era insoportable escucharlo y se volvía una furia.

—Buggy

—¿Quieres que se ponga serio, anciano?

—No peleamos en el hotel —le recordó el capitán Rudy a su subordinado—, pero podríamos llevarlo afuera

—No —pidió la chica levantando una mano. Rex no reaccionaba.

—Llevemoslo afuera —aceptó Buggy mientras cruzaba los brazos sobre su pecho, tambaleándose en busca de un punto de apoyo. Era una suerte que no estuviese armado y su estabilidad fuese comprometida por el alcohol.

—¡Oye!

—Ya, ya, ¿Qué ocurre aquí? —la aterciopelada voz de Flora se hizo presente entre ellos—. Muchachos, no quisiera que haya problemas hoy, no es adecuado para los finos caballeros que creo que son, ¿Verdad?

Pareció tranquilizar a la mayoría, muchos de los hombres allí se quitaron los sombreros y sonrieron en dirección a ella, otros se disculparon en voz alta con genuino arrepentimiento.

—¿Otro episodio? —preguntó, agachandose junto a su hija para tocar la mejilla de Rex.

—¿Qué crees? —finalmente Mags logró sentarlo un poco, pero no podría llevarlo ella sola hasta su habitación. Bufó por el esfuerzo y la mayor lo notó.

𝔚𝔬𝔲𝔩𝔡 ℑ 𝔩𝔦𝔢 𝔱𝔬 𝔶𝔬𝔲? ⇝ ⁽ᴮᵘᵍᵍʸ⁾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora