018

77 8 4
                                    

La sensación era desagradable y familiar, se había visto a si mismo de este modo antes. Alguna vez en el pasado.

Alguna vez en el pasado Buggy había disfrutado del mar como si fuese parte de él, tan natural y tan libre en el agua como si hubiese nacido para ello. Alguna vez antes de su Fruta del Diablo, cuando el mar lo rechazó como alguna vez alguien más lo había rechazado. Alguien que no podía recordar.

Era desesperante no poder aferrarse a nada, no poder luchar ni pedir ayuda con desesperación. Su vida entera pasaba frente a sus ojos en lo que el oxígeno comenzaba a faltar y su conciencia lo abandonaba poco a poco. Y no pudo evitar preguntarse sobre lo que lo llevó a este punto exacto.

Deseaba con todas sus fuerzas ser amado, ser digno de admiración y entendimiento; lo había perseguido aún siendo un niño y tal parecía que se le escapaba entre los dedos todo el tiempo. Tenía a sus hombres con él, y tenía a Mags, pero algo le hizo sentir que estaba dando demasiado de si por muy poco a cambio.

Sintió que se engañaba, que estaba siendo blando, que en algún punto él mismo había dejado de ser más importante, su sueño había dejado de ser más importante.

Nadie vendrá esta vez, pensó.

Se sintió envuelto por una fuerza irreconocible, el agua en sus ojos y la oscuridad cada vez mayor del fondo del mar a su alrededor lo mantenían a ciegas; tal vez estaba muriendo, quizás esto se sentía, sí. Y de no haber estado tan perdido tal vez se habría lamentado por ello, pero sentirse contenido, aunque fuese en algo desconocido para él, trajo calma por un breve instante.








Pronto fue levantado con fuerza hacía la superficie, cual muñeco de trapo. Le zumbaron los oídos y mientras que algunos hilos de agua resbalaban por su rostro, pudo dar una repentina bocanada de aire antes de recobrar conciencia y saber lo que ocurría.

Mags apenas pudo verlo, como se lo llevaban cuando ella estaba apenas a unos metros; agitó sus piernas bajo el agua para mantenerse a flote a duras penas. El pequeño galeón había lanzado una red, una red y algunos hombres con ella. Aquellos sujetos, sorprendente ágiles y rápidos, se hundieron en el mar y emergieron con el cuerpo del pirata envuelto en su red.

No fue capaz de llamarlo, pues la presión en su pecho era más fuerte. Sintió unos brazos rodeando su cuerpo, y no podían ser otros que los de Rex. El hombre comenzó a arrastrarla con él hacía el bote; este mismo estaba volteado boca abajo. No había forma de quitarle las esposas a ella, así que se vio obligado a empujarla para que pudiera subir un poco. Bee tiró de su ropa, sus delgados y pequeños brazos daban todo de si por ser de ayuda.

El cuerpo de Mags se sacudió, la quemazón en su garganta la obligó a escupir el agua; estaba confundida, desorientada. Bee la había tomado de los hombros, arrodillada a su lado; la pequeña lloraba y sus lagrimas se perdían en la humedad que le caía del cabello, pero sus muecas de terror y sus espasmos eran difíciles de ignorar.

—Bee —susurró en su dirección, al notar que tenía un raspón en el brazo. Quiso abrazarla, inspeccionar su herida, pero no pudo moverse.

—Él-él nadó hasta acá —tembló la menor, mientras señalaba al perro viejo a un lado, mojado, agitado, quizás perdido también—. Está bien

La castaña se apoyó en su hombro, recuperando el aliento mientras veía a la distancia, su mandibula estaba levemente caída. A unos metros divisó el avión, desprendido de ellos y a la deriva. Y aún más lejos, al Galeón de velas azules, alejándose entre las rocas y dirigiéndose inevitablemente a la boca del lobo.

Con Buggy a bordo.

Y la tripulación del Big Top.

Y ella era la culpable.

𝔚𝔬𝔲𝔩𝔡 ℑ 𝔩𝔦𝔢 𝔱𝔬 𝔶𝔬𝔲? ⇝ ⁽ᴮᵘᵍᵍʸ⁾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora