18: 13 de enero

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Querido diario,

No es verdad lo que escribí el otro día. No es verdad. Ja-Cheol debería poder tomar sus propias decisiones sin consultarme. Al fin y al cabo, es su vida, tiene una manera peculiar de ver las cosas y yo no puedo entenderlo igual. Por ejemplo, en el tema de las festividades, él piensa que cualquier día puede ser más especial o memorable que Chuseok, que todo depende del valor que queramos darle a un momento concreto. Y eso lo aplica a todo lo demás. A cualquier cosa.

Ayer estuvimos en su piso, pero no llegamos a hacer nada más que la última vez. Y de verdad que necesitaba eso. Necesitaba preparar la cena a su lado y reírme, y luego tumbarme en el sofá acurrucado junto a él para ver una película y no enterarme ni de quién la protagonizaba porque estaba demasiado ocupado concentrado en el cuerpo de Ja-Cheol, en la placidez de su respiración profunda, en sus manos grandes y firmes rodeándome la cintura y pegándome más a él...

Es adictivo. Esa es mi teoría.

Y vivo con un miedo profundo a que se dé cuenta de que no soy lo suficientemente bueno para él, de que solo soy un crío que todavía no ha terminado el último curso de instituto mientras que él tiene su trabajo, su autonomía, su piso, sus ideas claras. Es el tipo de persona que sabe qué esperar de la vida y el futuro que desea dibujar.

Hoseok.

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