Capítulo 5
Hannah
Un año antes
Tres malditas horas.
Es lo que llevaba mi madre en casa y ya estaba discutiendo con papá.
Puede sonar cruel, pero amo cuando está de viaje, la casa tiene una armonía diferente, menos pesada, mi madre tiene un don extraordinario para arruinarte el día, una sola palabra, o mirada incluso, puede desatar una guerra en casa cuando está ella presente.
Se supone que estábamos cenando como la gran familia feliz que nos esforzabamos en aparentar delante de todos, pero los gritos de mamá se podían escuchar claramente por todo la casa mientras mi padre intentaba conciliar las cosas, y a mi sinceramente me hervía la sangre tener que verle rogar a una mujer que no se lo merecía.
—Será que pueden dejar de pelear de una puta vez —dije exasperada golpeando la mesa para llamar su atención, la mirada acusadora de mi madre podía taladrarme la cara si fuese posible.
—Ese lenguaje vulgar —solo voltee los ojos cansada, y una risita histérica se me escapó, claro, solo le interesaba mi lenguaje.
—¿Será que podemos cenar como personas decentes sin necesidad de pelear porque el maldito pollo tiene poca sal? —dije entre dientes, mientras miraba mi plato, me molestaba demasiado no poder mirarla a la cara, pero era mi madre y en vez de amarla le temía; podía llegar a ser tan cruel.
—Ves, David ella es así por ti —dijo mirándolo de esa manera que odiaba, como si le tuviese asco, me era inevitable preguntarme si de verdad alguna vez allí hubo amor —Y tu eres igualita que tu padre.
—Para mi eso es un halago —le respondí mirándola a los ojos mientras estrujaba mis manos de forma nerviosa.
—Solo me das la razón —me respondió entre risas mientras me miraba con arrogancia, mi padre había perdido su trabajo hace un año y por más que buscaba no había conseguido nada y desde ese dia las cosas habían empeorado en casa, porque mi madre solo se aprovecho para ejercer su poder sólo él y tratarlo aún peor. —Solo te recuerdo que yo soy la que te va a pagar la universidad, la que te da un techo y comida, deberías estar más agradecida y dejar tu altanería a un lado.
Mi padre tenía fija la vista en la mesa, podía observar cómo le temblaban las manos y su respiración se aceleraba, me dolía un montón verlo así, sumiso ante esta arpía que nunca nos quiso, ni lo va a hacer.
Mi madre tenía un muy buen trabajo, siempre tuvo más poder adquisitivo que mi padre, ella era una de las socias más grandes de una de las firmas de abogados más importantes de Los Angeles, digamos que ella no ha tenido el camino tan difícil como mi padre, y no le estoy quitando méritos a su trabajos de años, pero era muy diferente graduarse de la universidad con una familia rica que te respalde las espalda y prácticamente te compre un lugar en una linda firma de abogado a hacerlo sin nada de esto.
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Linebacker
Любовные романыSerie: Una noche. Libro #2 Román tenía clara dos cosas: La primera; quería jugar fútbol toda la vida y la segunda; Hannah lo volvía loco. Por otro lado Hannah tenía certeza de algo: nunca caería en los brazos de Román Pierce.