Serie: Una noche.
Libro #2
Román tenía clara dos cosas:
La primera; quería jugar fútbol toda la vida y la segunda; Hannah lo volvía loco.
Por otro lado Hannah tenía certeza de algo: nunca caería en los brazos de Román Pierce.
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Capítulo 7
Román
Nunca fui un enfermo fácil, odiaba la sensación de sentirme inútil, soy de ese tipo de persona donde siempre debo estar haciendo algo para sentirme bien, y estar de reposo era como una especie de mini infierno para mi.
Empezando porque Liam se tomó todas las indicaciones del doctor al pie de la letra y literalmente me dejaba levantar de la cama a lo mucho dos veces al día, y aunque amaba que me cuidara, me desesperaba un poco, en ese momento aproveche que estaba en la práctica del equipo para estirar las piernas, lo necesitaba y el doctor solo dijo que no me sobre esforzara, una caminata por la manzana no me haría mal, necesitaba aire fresco.
Aunque deseaba hacer mi rutina de cada mañana donde corría un par de kilómetros antes de ir a clase, me limite a solo caminar bien abrigado, pero eso me llevó a encerrarme en mis pensamientos; de cierta manera sentía que había empezado la temporada con el pie izquierdo, solo llevábamos dos malditos juegos y ya yo estaba de baja por una contusión.
No me quería estresar, pero estaba cagado de no hacer las cosas como se debia, desde que tenia uso de razón solo habia tenido un plan, no habia pensado en nada más y sinceramente he trabajado muy duro para lograrlo, a pesar de tener fama de ir de fiesta en fiesta y vivir la vida loca, mi vida siempre se trato de practicas, de que hacer o que no, de que me afectaria en mi fututa carrera, al puto de que llegue a sacrificar muchas cosas y todo lo que podía llegar a ser una distraccion quedaba descartado asi que la opcion de perderlo todo por un error me da tanto panico.
Otra razón por la que no me gusta el tiempo libre, era por mis pensamientos, cuando no estoy ocupado suelen atacar me, odio sentirme triste, así que prefería mantenerme ocupado y no darle tiempo a mi mente de apuñalarme.
Era irónico que mostrará al mundo un lado divertido e hiciera reír a todo el mundo, cuando la realidad era que a solas mi mente me quería autodestruir con críticas y miedos. Pero para mi era algo normal, llegué a pensar que para todo el mundo era lo típico, mostrar una cara en público cuando la realidad era totalmente diferente.
Estoy tan metido en mis pensamientos mirando a la nada que sinceramente no veo cuando sale una persona de no se donde y tropieza conmigo, el impacto bastante suave hace que los libros que tenía en la mano se le cayeron al suelo.
—Mierda —la escucho susurrar y en automático supe quien era y mi cuerpo se tenso instantáneamente, no era el dia adecuado para encontrarme con ella.
Ella venia hablando por telefono y supuse que tampoco me habia visto, pero cuando sus ojos negros se posaron en mi su expresion paso de sorpresa —por el tropiezo —a confusion y luego a sagrado en un segundo.
—¿No ves por donde caminas? —dice con altanería algo característico de Hannah, pero solo conmigo, porque con el resto de la humanidad ella parece ser un amor de persona, pero conmigo era otra historia.
