Capítulo 12

7.8K 549 81
                                        

Capítulo 12

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo 12

Liam


Maldición, justo cuando intenté pescar mi móvil en el bolsillo de mis pantalones, sentí cómo se me deslizó entre los dedos. Con un suspiro de frustración, intenté equilibrar las cosas que tenía en las manos: un montón de papeles de la universidad, mi estuche de lápices y una taza de café que amenazaba con derramarse en cualquier momento, pero parecía tarea imposible, ya que al intentar agacharme por el móvil que estaba en el suelo, estas se movía dificultando el trabajo.

Estaba saliendo de clases, sí, un sábado por la mañana, ya que necesitaba créditos extras para mi beca y esta fue la mejor manera de conseguirlos. Esclavizarme los fines de semana, pero tampoco era mucho sacrificio, me gustaba la clase de expresión creativa.

Cuando finalmente logré agarrar el móvil, fue por qué me termine sentado en el suelo del estacionamiento con las cosas esparcidas a mi alrededor, era un jodido desastre, pero había logrado mi cometido, ver quien se dignaba a llamarme un sábado por la mañana, sabía que no era Ron, ya que se encontraba con su padre y habíamos hablado más temprano, así que no tenía idea de quien podría ser.

Miré el identificador de llamada y era mi madre. Mi corazón se acelera un poco; hace apenas dos semanas que habíamos discutido, y no fue una de esas discusiones pasajeras, sino que era esa discusión que se había vuelto recurrente a lo largo de los años. Ella me comparó con mi hermano Leo —el abogado estrella de la familia—, de nuevo.

Amaba a mis padres, pero las cosas que a mí me apasionaban, como el fútbol o el arte, para ellos eran pasatiempos, y cada que tenían la oportunidad trataban de hacer que sentara cabeza, diciéndome que ninguna de las dos cosas me llevaría a ningún lado y que terminaría como un muerto de hambre en la calle.

Bueno, tampoco me lo decían así, pero sabía que lo pensaban, y por un tiempo era un miedo recurrente en mí, pero había una oportunidad e iba a aprovecharla. No quería sucumbir en los pensamientos negativos, tenía que creer en mí, si no lo hacía yo, quien más lo iba a hacer.

Dos semanas atrás la había llamado para contarle sobre la oportunidad que se me había presentado con el equipo de Boston, no era nada seguro, pero me hacía ilusión, el Futbol era una de las cosas que más amaba; aunque el pintar estuviera de primer puesto, lo seguía amando con todo mi corazón y si lo analizaba podía ser una oportunidad también para ello, si me hacía famoso luego podría mostrar mis pinturas y tener mayor alcance con la visualidad que ya iba a tener, pero ella no lo vio así, dijo que no me ilusionara que debería centrarme en algo que si me fuera dar de comer, como lo había hecho mi hermano y eso me molesto, terminado todo en discusión.

Solo deseaba lo que mi hermano siempre había tenido: apoyo, no era muy difícil, me hubiese conformado con un "bien hecho, hijo" pero sinceramente sus palabras me habían dolido demasiado. Aquella discusión me había dejado con una sensación amarga en el pecho, fue muy difícil ocultarlo de Ron, no demostrar cómo me sentía y simular que todo estaba bien, pero él ya tenía suficiente con sus miedos como para agregarle los míos.

LinebackerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora