Capítulo 11

8.1K 587 80
                                    

Capítulo 11

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo 11

Román

El frío quemaba mi piel, pero a su vez relajaba mis músculos tensos, había sido un entrenamiento rudo, estábamos en plena temporada, nos estaba yendo realmente bien y no quería ser pesimista, pero me daba miedo el hecho de que íbamos casi invictos, solo habíamos perdido un maldito juego.

Llevo demasiados años en el fútbol como para saber que esto puede ser muy bueno o muy malo, he visto grupos triunfar desde el principio de la temporada y acabar siendo campeones, pero también he visto unos que empiezan una temporada con el pie derecho y terminan cagándola al llegar al final; quiero pensar que seremos la primera opción, pero aún así no me confío, sigo trabajando en ello y esforzándome al máximo.

Por eso me había quedado hasta tarde en el campo practicando el maldito pase que no me salía junto a Liam, y ahora me encontraba en las duchas metido en la bañera con hielo para que mi cuerpo se relajara, mi novio se encontraba en la bañera junto a mi con los ojos cerrados y, a pesar del dolor por el frío, se veía relajado.

Quisiera tener esa capacidad de desconectar y dejar de pensar, que mi mente por un segundo dejara de maquinar ideas pesimistas sobre el futuro, pero así no era yo, era lo contrario, me encanta autodestruirme con mis pensamientos.

Estaba analizando si había hecho lo suficiente ese día para lograr lo que me había propuesto desde hacía mucho tiempo, y aunque sabía que si lo había hecho, sentía que no era así, odiaba esa sensación de inconformidad. 

—¿En qué estás pensando? —La voz de Liam era suave, como si no quisiera perturbar la tranquilidad que se había formado a nuestro alrededor, pero la verdad era que agradecía escucharlo, así mi mente se distraía de todo aquello que me hacía daño.

—Que estoy agotado y deberíamos irnos a casa ya —dije con la misma suavidad mientras me incorporaba y el agua se deslizaba por mi cuerpo, él abrió los ojos y se me quedó mirando de esa forma que sabía que me provocaba, pero no íbamos a hacer nada allí, era mejor irnos a casa, quería solo acostarme y dormirme, así quizás mi mente se apagará.

—De acuerdo, vamos a casa. —Él tenía un don o no se, quizás la capacidad de leerme,  sabía cuando me encontraba en mis días grises, y era esa compañía que necesitaba cuando eso pasaba, no me presionaba solo estaba allí en silencio, apoyándome.

Ambos nos duchamos rápidamente, nos vestimos y nos fuimos a casa en su auto en un silencio agradable mientras sostenemos la manos del otro, sé que él quería hablar, se que deseaba que yo le explicara cómo me sentía, pero sinceramente ni yo mismo sabía identificar mis emociones a veces, estaba consciente que no era normal, que seguramente me iría de puta madre ir a un psicólogo, pero no quería arriesgar nada ¿Qué pensarían de mí si aún no enfrento los focos de la fama y ya estoy llegando a ese recurso? podía aguantar un poco más.

LinebackerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora