La luz de la ventana me despertó y me cubrí con las sabanas de pies a cabeza, ví el reloj que estaba en mi mesa de noche y eran las 8 de la mañana, mis ojos se abrieron como platos y me levanté de la cama casi volando, me bañé lo más rápido que pude y me puse mi uniforme.
Bajé corriendo las escaleras y ví que todos estaban desayunando en el comedor, tragué saliva y me acerqué apenada.
—Señorita, tome asiento. —me dijo Reginald sin dejar de mirar su plato de comida, me senté en mi lugar y Cinco estaba frente a mí.
Cinco levantó la mirada mirándome y le devolví la mirada, me veía serio, desvíe la mirada rápidamente y aclaré mi garganta para después empezar a comer.
(...)
Estaba en mi habitación acostada en mi cama en silencio hasta que el recuerdo de ayer invadió mi cabeza, me levanté de golpe y me quedé pensando.
¿Debería buscar ese diario?
Me levanté de mi cama y me dirigí a la puerta decidida en ir a buscar ese diario que me comía la mente y me llenaba de curiosidad.
Caminé sigilosamente hacía la habitación de Cinco, que de nuevo se encontraba entre abierta, la empujé ligeramente asomando mi cabeza a la vez, no ví a nadie entonces entré y miré a mi alrededor.
Bueno diario misterioso, ahí te voy.
Empecé a buscar en los cajones de la mesa de noche que estaba alado de su cama sin éxito, me agaché para mirar abajo de ella y también sin éxito me levanté y di un suspiro frustrado.
Caminé a una mesa de escritorio que estaba ahí cerca y chequé arriba de ella buscando ese diario, después yendo a los cajones de esta.
Al no encontrar nada apoyé mis manos en el escritorio y cerré los ojos.
Unos pasos se oyeron cerca del cuarto, abrí los ojos de golpe y miré a mi alrededor buscando algún lugar para poder esconderme, ví su armario y no pensé dos veces al esconderme ahí.
Cerré las dos puertas del armario que tenía persianas pudiendose ver atraves de ellas guardando silencio.
—Es que no me entiendes, ella vió el diario. —la voz de Cinco se escuchó con severo tono de frustración.-
Ben y Cinco entraron al cuarto.
—Bueno, no creo que haya leído más que el título. —dijo relajado.
—¡Preguntó que por qué estaba su nombre en mi diario! —lo miró frustrado y caminando por toda la habitación.
Ben abrió tanto los ojos que despareció el rasgado de ellos.
—Pero no entiendo, ¿qué dice esa página? —lo miraba y cinco detuvo su paso en seco.
Cinco levantó el colchón de su cama y sacó su diario extendiéndoselo a Ben.
Ben empezó a hojear el diario y se detuvo al ver mi nombre en el título de una, sus ojos se abrieron con sorpresa al leer y después cerró este con fuerza dejandolo a un lado.
—¿¡Qué!? —alzó la voz mirando a cinco incrédulo.
Cinco solo miraba al suelo con su ceño fruncido.
—¿Cómo puedes tener- —fue interrumpido.
—Guarda silencio, alguien puede estar escuchandonos. —alzó la mirada.
Ben se quedó en silencio y pensó antes de hablar.
—¿Desde cuándo? —miró a cinco.
—Desde el primer día. —musitó.
Ben sólo asintió y desvío la mirada.
—Por favor no le digas a nadie. —miró apenado a Ben.—Confío en ti más que nadie.
—Sabes que puedes confiar en mí, hermano, no te preocupes por eso.
—le sonrió poniendo su mano encima de su hombro y cinco solo le dedicó una sonrisa sin abrir la boca.El timbre de entrenamiento sonó y los dos se levantaron, se intercambiaron algunas palabras mientras salían de la habitación y cerraban la puerta.
Di un largo suspiro y abrí las puerta del armario que me comenzaba a dar claustrofobia.
Salí con cuidado y miré encima de la cama para ver si de casualidad habían dejado el diario, levanté el colchón y no estaba.
—Se lo llevó. —musité y respiré profundo.-
Me acerqué a la puerta y la abrí con mucho cuidado, salí sigilosamente agachandome y después tomé postura.
—Te he estado buscando.
La voz de Vanya hizo que me asustara y voltee rápidamente.
—O-oh hola, Vanya. —le dediqué una sonrisa nerviosa.-
—¿Qué hacías aquí? —se acercó a mí.
—Solo estaba buscando algo en mi habitación.
-¿Vamos?
Asentí y caminamos hasta llegar al patio para comenzar ver el entrenamiento.
No tengo idea de que diga ese diario pero lo voy a averiguar tarde o temprano.
...
ESTÁS LEYENDO
Tu Llegada De Un Gran Viaje. || 𝑪𝒊𝒏𝒄𝒐 𝑯𝒂𝒓𝒈𝒓𝒆𝒆𝒗𝒆𝒔 𝑻𝒖𝒂.
Roman d'amourNosé en que momento llegué a este lugar exactamente, mis recuerdos son borrosos pero tengo bien presente el dia que caí en ese patio y mi vista cayó en la vista de ese niño con los ojos verdes sin saber su dura actitud pero siendo un niño cariñoso e...