Enamorado.

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1 semana después.

___.

Estaba divagando por la casa, por esa casa tan espeluznante.

Estaba admirando los recuadros de esta, tenían una pintura muy linda pero apagada, una flores negras pintadas en un recuadro enorme de la sala.

Solo llevo una semana aquí y hasta ahorita me han dado ganas de conocerla.

Estaba la casa sola, solo yo en ella, ví un tocadiscos sobre el mostrador de la sala y me acerqué a el.

Era hermoso con ese típico toque de antigüedad, puse la portacapsula sobre el disco y de este empezó a sonar una melodía desconocida para mí, sobre encima del mostrador estaban unas fotos las tomé y las analicé.

Eran unos retratos de paisajes muy bonitas, al momento de dejarlas en su lugar una se cayó al suelo.

Me agaché para tomarla apoyándome en un cajón que este se abrió por mi culpa.

Quise cerrarlo pero algo de ahí llamó mi atención.

—¿Que es esto? —abrí el cajón completamente.—

Contenía papeles, una carpeta y una muestra de sangre alado, tomé la carpeta y la abrí.

Los pasos cerca me hicieron dejar las carpeta en su lugar rápidamente y cerrar el cajón.

—¿Hay algo en lo que la pueda ayudar señorita ___? —dijo una de las sirvientas que me miraba con una sonrisa.—

—Ah..., No nada, gracias. —le sonreí de vuelta.—

—Me avisó el señor Daniels que vendrán unos invitados por la noche y a el le gustaría que esté presente.

—Lo siento pero no lo creo. —respondí.—

—Como usted quiera señorita, estoy a su disposición. —hizo una reverencia y salió del salón.—

Yo di un largo suspiro y le di una mirada al cajón, volví abrirlo y la voz de Daniel hizo que volteara.

—¿Que estás haciendo ahí? —preguntó detrás de mi y al momento de que me di la vuelta se puso pálido.—

Tenía la carpeta en mis manos.

—No vuelvas a abrir ese cajón y deja esa carpeta ___. —ordenó.—

—¿Por qué? ¿Que oculta? —pregunté.—

—Eso no te interesa. —dijo de manera cortante queriéndome arrebatar la carpeta.—

Puse la carpeta detrás de mí.

—Carajo ___, solo dámela.

—No. —fruncí el ceño.— Esta también es mi casa ahora y tengo el derecho de saber que es lo que guarda en ella.

—Esto no lo puedes ver. —pasó su mano detrás de mí y yo solo retrocedí.—

El me tomó de los brazos apretandolos con fuerza, podía sentir sus dedos clavados en mi piel.

—¡Dame la puta carpeta! —exigió mientras me miraba a los ojos con rabia.—

Yo solo solloze y solté la carpeta al piso.

El me soltó de repente y yo me abracé a mi misma por el dolor.

El tomó la carpeta y se la guardó en el interior de su saco.

—Te quiero a las 7 en el comedor. —ordenó con su voz todavía con furia.—

—Ni mierda que voy a tu maldita cena. —musité y salí corriendo del salón.—

Me encerré en mi habitación y me tiré en el piso, el dolor en los costados de mis brazos era insoportable y las marcas de sus dedos en ellas no se iban.

Solloze y solté algunas lágrimas.

Quería a mi otra vida, a mis amigos, extraño a los niños que nunca se hubieran atrevido a tocarme.

Solo quería ser feliz, esta puta vida que solo se la pasan mandando no es divertida como en la que estaba.

Podía sonar mal pero extraño a Cinco con todas mis fuerzas, sus brazos rodeando mis hombros con amor y paz, sus caricias que me transmitían seguridad.

Necesito sentir esa seguridad que el me hacía sentir, ahora es solo pura presión y preocupación.

Quité las lágrimas de mis mejillas y pensé.

"Voy a averiguar lo que contiene esa carpeta si o si."

Cinco H.

Ha pasado una semana desde que ella se fué, puedo jurar que el color de esta academia ahora es apagado, las risas no están y las platicas continúas entre nosotros no existían más.

La relación entre nosotros ha sido demasiado diferente, somos distantes y nuestra única interacción es en el entrenamiento.

Daría todo por volver a verla y poderle decir todo lo que siento.

Nosé si ella está segura, nosé si ella está bien, no sé nada de ella.

No quiero que me necesite por qué juro que estaría para ella todo el tiempo.

Quiero sentirme de nuevo amado, de nuevo seguro en sus brazos y demasiado romántico en sus labios.

Extraño sus ojos, no los he olvidado y nunca lo haría, ese color que solo lo encontré en ella.

Ese brillo que solo veo en ella y esa energía tan pura que desborda alrededor.

Ella es tan singular, una sola palabra, una sola persona y una única chica.

Tan simple pero extravagante, tan inteligente y romántica, esa chica que cualquier desearía. Ella es ella.

Podría incluso identificarla a metros de distancia y a kilómetros si llegamos a esos extremos, su voz es como una melodía que no pararía de escuchar pero que ahora ha quedado pausada para siempre, solo me quedan los cortos videos grabados en mi cabeza reproduciendo su voz para nunca olvidarla.

También como su voz quedó en mis pensamientos están sus movimientos, el arrugamiento en su nariz cuando algo le disgustaba, sus cejas fruncidas cuando estaba estresada, la inclinación leve con su cabeza al ver algo facinante y me calentaba cuando ella me miraba así, cómo si yo fuera el ser más hermoso ante sus ojos.

Su voz tranquila al hablar de algo que le gustaba y su voz temblorosa al momento de llorar.

Sus manos tan expresivas y sus ojos que te mandaban millones de mensajes si los leias correctamente.

Su pequeño cuerpo temblando cuando sentía frío y este calmandose por mis abrazos.

Creo que cuando le prestas atención a todos esos detalles estás realmente enamorado, así me considero yo, estuve estudiandola todo este tiempo y puedo decir que me enamoré de todos esos detalles.

Cuando estaba triste, cuando estaba enojada, cuando estaba decepcionada, cuando estaba feliz, me enamoré de todas sus versiones, de todas sus maneras de decirme con sus expresiones lo que sentía.

Si esto no es estar enamorado nosé lo que es.

Me siento vacío, mi primer pensamiento puedo asegurar que es ella al despertar, necesito escuchar su voz una última vez, necesito verla enojada una última vez, necesito verla feliz, feliz en mis brazos de nuevo.

Es lo único que pido y no me cansaré hasta conseguirlo, porque amo a ___.

Tu Llegada De Un Gran Viaje. || 𝑪𝒊𝒏𝒄𝒐 𝑯𝒂𝒓𝒈𝒓𝒆𝒆𝒗𝒆𝒔 𝑻𝒖𝒂.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora