¿Quién soy?

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Nosé cuántos días duré sin tener conocimiento, horas o incluso minutos.

Todo era confusión y una vista borrosa en mis ojos pensando que en cualquier momento moriría.

Mi cuerpo hecho una bola mientras posaba en el piso, un frío recorriendo cada parte de mi cuerpo. Oscuridad y más oscuridad.

Al momento de despertar ni siquiera me salían las palabras, confundida y aterrorizada intentaba recordar todo lo que había pasado.

Que hijo de puta.

Miré a todos lados con mi visión aún borrosa, había estantes metálicos y oxidados alrededor de mí.

Herramientas cómo de trabajo y algunas maletas tiradas en el suelo.

Pude sentir una mancha de algo espeso corriendo por mi frente.

Al fin despiertas. —Dijo la voz de un hombre.—

Cerré los ojos con fuerza y los abrí par ver mejor y mi visión mejoró.

—¿Que hiciste? —pregunté casi en un susurro.—

—Que no hice mejor dicho.

Fruncí el ceño mirándolo.

—Debí matarte niña, debí hacerlo desde que llegaste aquí. —se arrodilló frente a mi.—

Yo retrocedí arrastrandome en el sueño y pegando mi espalda en la pared.

El sacó una navaja de su pantalón.

—Te juro que... —dije apenas audible.—

—¿Que vas hacer? Dime. —me señaló con la punta de la cuchilla.— Eres una niña indefensa sin nadie que pueda salvarte.

—¿Por qué haces esto? —solloze.—

—Eres peligrosa. —se levantó.— Por eso te traje aquí.

—Carajo, solo soy una joven de 15 años. —musité.—

—No creerás lo que puedes llegar a hacer. —me dijo.— Sabes, si de verdad te hubieran querido tus amigos de la academia no te hubieran dejado ir.

Yo lo miraba con lágrimas en mis ojos.

—Se que todavía estoy en sus memorias. —respondí.— y que me quieren. —continué.—

—Entonces, ¿Dónde están?

Me quedé en silencio.

—A nadie le importas, no tienes ni familia. —continuó.— Tu estúpido novio de Cinco ya te hubiera encontrado. ¿En dónde está?

—Informate, no es nada mío ya. —conesté.—

—¡Es verdad! Nunca lo fué. —soltó una risa.—

—Para el fui especial. —bajé la voz.—

—No lo veo aquí. —miró a todos lados y se encogió de hombros en forma de burla.—

Se acercó.

—No eres más que una niñita estúpida y ahora tan bunerable. —se volvió arrodillar frente a mí.—

—¿Que tal si todos ellos vienen? —pregunté.—

—Los mataré.

—¿Enserio? ¿Serás capaz? Tu maldita reputación se irá al carajo. —dije.—

—Escuchame bien, no eres nadie, ¡Nadie! —se acercó a mi rostro.—

Sentí sus dedos clavados en mi barbilla.

Tu Llegada De Un Gran Viaje. || 𝑪𝒊𝒏𝒄𝒐 𝑯𝒂𝒓𝒈𝒓𝒆𝒆𝒗𝒆𝒔 𝑻𝒖𝒂.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora