Cobarde.

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Pasaron dos días de esa discusión con ___, no nos hablabamos y me dolia más que nada, y entre mas pasaban los minutos sentía mas miedo por la decisión que ella iba a tomar, quería preguntarle pero mi estupido orgullo me ganaba. La ví, su puerta de la habitación abierta mirando un tipo de album que sostenía en en sus manos, una linda sonrisa se dibujaba en sus labios. Me daban ganas de ir con ella y robarle un par de besos pero sabiendo como está la situación, creo que ella también está molesta, pero es que me duele demasiado que no me entienda, que prefiera ignorar completamente todo y tranquilamente irse.

Mi corazón se detuvo al ver que ella alzó la mirada y yo estaba parado en el pasillo mirando en su direccion, aclaré mi garganta y apenas me iba ella dijo mi nombre.

—Cinco. —me detuve de golpe y la miré de nuevo. —¿Podemos hablar? —preguntó mientras se levantaba de la cama y caminaba un poco hacía a mí.

—¿De?

—De lo que pasó, ya he tomado la decisión y... 

—Te dije que no me importaba. —pude ver como se quedó con las palabras en la boca pero era mejor no escucharla, no quería lastimarme a mi mismo.

—Pero dejame hablar. —me dijo y yo me puse frente a ella.

—No hay nada de que hablar ___. —me miró con el ceño fruncido.

—No sabes nada. —me dijo con tono irritado.

—Lo que sé es que no te importo en lo absoluto. 

—¿Pero que dices? —preguntó indignada.

—Lo que escuchas, me di cuenta de eso al final. —desvié la mirada enfadado.

___.

Hijo de...

Quería en ese momento correr y no volver a verlo en mi vida, no era posible que el estuviera diciendo esto después de todo.

—Creo que al que no le importa es a otro. —dije.

—No sabes nada. —me dijo ahora a mí, seguía sin mirarme, como si sus pensamientos estuvieran en otro lugar y sus palabras aquí, su mirada y rostro sin expresión, una mirada vacía.

—Mira lo que dices, "No me importa ___" —imité su voz.

—Te digo, no sabes nada. —me dijo y ahora me miró un segundo para después darse la vuelta.

—Mirame a la cara por lo menos, no seas un cobarde. —dije en voz alta, el se detuvo y me miró sin volver a girarse. 

—¿Cobarde? 

—Eso es lo que eres.

—No seas idiota. —dijo con voz ronca y se teletransportó a otro lugar.

Mi corazón se rompió.

Eso me faltaba para terminar de contestar la pregunta que me había hecho mi padre hace dos días, irme, me iré.




(....)





No paro de dar vueltas a esto, no puedo creer que no hay vuelta atrás y que el ya no aparecerá despues de esa puerta, estaba rota y no entendía el por qué era así conmigo, se supone que me ama, o amaba, pero amar es algo fuerte que se tiene que demostrar y no solo con palabras, es más que decir "Te amo" y dar una sonrisa que por mas que sea verdadera no significa nada. Supongo que el es asi y es, no fuí capaz de cambiarlo y deseo con todo mi ser que alguien más lo haga porque ahora es tarde, no hay nada que nos salve....

—___, ¿Lista? El chofer ya vino por tí. —me dijo una voz y alcé mi vista.

—Ah, si, si. —me levanté del sofa, ese sofa que fué donde nos dimos nuestro segundo beso, el que fué con amor buscando con cariño nuestras bocas y consuelos.

—Te voy a extrañar. —me dijo Diego con una sonrisa.

—Me harás llorar. —reí un poco.

—Ven, abrazame. —el abrió sus brazos y me uní a el hundiendo mi rostro en su pecho.

Nos separamos después de unos segundos y me miró con lagrimas en los ojos, pasé mi dedo pulgar por su mejilla y le dediqué una sonrisa.

—No llores, no hay por qué. —le dije.

—Hay muchas razones.

—¿Cuales?

—El no haber podido conquistarte alguna vez. —lo miré con pena y me sonrió.

—Perdón, de verdad...

—No, no pidas perdón. —nos quedamos unos segundos en silencio.

—¿Y cinco? —Diego suspiró. 

—Está en su habitación,

Saqué de mi bosillo una carta con unos colores azules marino y se la extendí.

—Dásela por mí. —le pedí a Diego, el asintió y la guardo en su pantalón

—Es hora de irte. —me dijo Klaus aparaciendo detrás de mi con mis demás amigos.

Le sonreí con tristeza y me abrazó con mucha fuerza y en unos segundos todos nos hundimos en un abrazos grupal.

—Fuiste la mejor. —me dijo Ben con una sonrisa.

—Y tú. —le dije.

Una mano tocó mi hombro y me giré, era Vanya.

—Gracias por alguna vez haber sido mi mejor amiga, __.

—Siempre lo serás Vanya, siempre estarás aquí. —puse mi mano en mi corazón y ella me sonrió para despues darme un fuerte abrazo.

—Te queremos ___. —habló Luther.

Unos minutos después ya estaba con mis maletas fuera de la academia, mis amigos estaban en la entrada, todos menos Cinco.

—Señorita ___, quiero agradecerle por siempre ser una niña educada conmigo, le deseo lo mejor en su viaje y que siempre estaremos para usted en cualquier momento.

—Gracias a usted Reginald. —guardé silencio. —Y... ¿Cinco?

—Se negó a bajar. —asentí con dolor. 

—Adiós a todos. —dije con un nudo en mi garganta y ellos me despidieron con una mano, subí en la parte de atrás del auto, mi padre me esperaba en el aeropuerto para irnos, me iba a los Angeles y aunque estaba feliz por eso, mi corazón estaba roto en pedazos solo por una persona. Cinco.

El auto de puso en marcha y nos dirigimos al lugar acordado, miré hacía la ventana y sonreí al recordar cada cosa que viví en esa academia, todas las risas y todos los momentos felices aunque la mitad de esos momentos estaba Cinco lo recordaba con amor, nunca lo odiaria por más que no me haya dicho adiós, lo amo con todo mi ser pero todo tiene su final pero ojalá que este no sea el difinitivo.

No puedo creer que sus ulitmas palabras fueran "Idiota", me quemaba por dentro pensar en nuestra ultima conversación, sentía nubes grises alrededor de mí pero tendré una nueva vida, nuevas personas y poco a poco lo iré olvidando aunque siempre quedará su raíz y la primera persona de la que me enamoré.

Tu Llegada De Un Gran Viaje. || 𝑪𝒊𝒏𝒄𝒐 𝑯𝒂𝒓𝒈𝒓𝒆𝒆𝒗𝒆𝒔 𝑻𝒖𝒂.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora