Perdida, en el.

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Traté de sacar ese momento de mi cabeza y me incorporé, caminé por el pasillo de las habitaciones que todavía no conocía perfectamente, todo era silencio y supuse que seguían en la sala. Entré a mi habitación cerrando la puerta y dando pasos perezosos hasta llegar a mi cama.

Me tumbé en ella dando un suspiro cerrando los ojos y la imagen de hace unos momentos consumió mí mente, abrí los ojos de golpe y respiré frustrada.

En eso unos toques en mi puerta hicieron que saliera de mi trance y mi corazón palpitara con fuerza, me levanté cómo rayo y abrí la puerta.

-¡Hola! __-Era ese chico que se presentó como Diego.-

Sentí un poco de decepción al ver que no era cinco pero no lo demostré, sonreí y después asentí.

—¿Necesitas algo? —lo miré, amable.-

-Solo si querías tomar algo con nosotros abajo, ya sabes por la misión de hoy.

-Lo siento mucho, quiero descansar pero creo que será para otra ocasión. —le dije apenada.-

-No te preocupes, gracias por tu atención. —me sonrió y se dió la vuelta para irse entonces pensé en algo y lo detuve llamándolo por su nombre.-

-¡Diego! —giró a verme ahora confundido.— Deberían invitar a Cinco, el más que nada hizo un buen trabajo.  —sonreí, tal vez el estaba muy cansado y si pensaba en el pero también pensaba en su solitaria vida que nunca convivía con sus hermanos.—

El no esperaba eso así que solo me miraba con confusión pero con una sonrisa.

-Bueno, lo haré, gracias. —asentí y cerré la puerta de mi habitación.

(...)

Bajé las escaleras rápidamente y al momento de caminar un poco más ví cómo todos estaban sentados en el gran comedor de la academia, me acerqué apenada y el Señor Reginald solo me miró indicándome que me sentara, el único lugar libre era un que se situaba justo enfrente de Cinco.

El silencio y solo el sonido de los cubiertos tocar los platos me ponía nerviosa pero era de saber que ellos así vivían, en silencio y con mucha formalidad.

Levanté mi vista y me percaté que la mirada de Cinco estaba sobre mí pero no una mirada amable sino una mirada analizante.

Arqueé una ceja disimuladamente y el sólo sacudió un poco la cabeza volviendo la vista a su plato de comida.

Tragué saliva y después procedí a comer un poco del plato que tenía enfrente, verduras, carne, sin dejar atrás su buen sabor.

(...)

Todos nos levantamos de la mesa en orden, me levanté y saliendo del comedor casi todos suspiraron como si todo este tiempo estuvieran aguantando la respiración.

Alrededor de 30 minutos sonó un timbre pero ahora un timbre diferente, un timbre tranquilo.

Todos los hermanos que algunos se situaban hablando en alguna parte de la academia salieron al patio.

-Vamos. —me habló de repente la chica de flequillo, vanya.

Asentí y fui con ella a su lado para ver cómo todos comenzaban a entrenar.

Me senté junto a Vanya en una de las bancas que estaban en ese patio donde una vez caí, lamentablemente.

-Siempre suelen hacer peleas entre ellos. —seguia mirándolos cómo calentaban sus músculos.-

La miré con confusión.

—¿Se pelean entre ellos?

—Sí, él que gana pues... Solo gana. —me miró sin alguna expresión.

Asentí y mi vista volvió a ellos que ahora dejaban de calentar y empezaban a hacer otras cosas.

Unos 10 minutos después salió Reginald al patio.

—¡Jóvenes! ¿Listos para la práctica? —todos asintieron en silencio formados del uno al 6.

—Ya saben, sus posiciones.

Entonces el niño de cabellos de color rubio se puso frente a frente con el chico de ojos rasgados.

Empezaron una gran batalla, Ben esquivando sus golpes y Luther esquivando los de él hasta que por un momento Ben hizo un moviento que hizo que su contrincante cayera al suelo de espaldas.

Luther hizo un quejido de dolor poniendo sus manos en su pecho pero levantándose segundos después.

La chica de cabello rizado se posicionó enfrente de número dos.

Empezaron una batalla, hasta ahora solo de golpes no tan fuertes pero si lo suficientemente para hacer que alguien cayera al suelo rendido.

Un movimiento desprevenido hizo que Diego cayera al suelo por un golpe de dió Alisson en su abdomen.

Alisson sonrió victoriosa.

El chico de ojos verdes se posicionó con su semblante serio y número 4 frente a el.

Esta batalla era para mí más emocionante, cinco esquivando rápidamente los movimientos de Klaus y este aveces dejándose golpear torpemente. Un movimiento realmente repentino hizo que Klaus cayera al suelo de sentón, pues Cinco se teletransportó atrás de el pasando sus piernas por abajo de las de este.

(...)

Se terminó este gran, extenso, emocionante y duro entrenamiento, todos salieron cansados y se sentaron en las bancas que estaban cerca tomando agua desesperadamente.

—Ustedes dos son unas suertudas. —dijo entre jadeos número cuatro que estaba sentado tomando agua señalandome a mi y a Vanya.-

Vanya y yo nos miramos con una sonrisa.

—Nosotros cómo perros sedientos y ustedes muy tranquilas viendo todo. —se quejó Luther.-

—Bueno, admito que lo hacen bien. —confesé riendo.

—¿Que dices? —dijo Klaus todavía jadeando.- Caí horriblemente al piso por el movimiento de él. —señaló a cinco que también se encontraba con su respiración agitada con sus mejillas rojas.

Solté una pequeña risa junto con Vanya.

—No es mi culpa que seas tan lento. —dijo, mirando a Klaus con molestia.

Klaus lo arremedo haciendo que todos rieran bajito justo cuando Cinco tomó agua, mi vista cayó en el en el momento que tomó agua, cómo su garganta pasaba el agua, su sudor que corría y resbalaba lentamente por su cuello, sus ojos cerrados y sus cejas ligeramente fruncidas debido a la posición de levantar la botella al tomar de ella.

Mis mejillas se sonrojaron haciendo que dejara de escuchar las risas de los demás y solo mirándolo a el.

Alguien me tocó el brazo con su codo.

Volví de mi trance y miré a Vanya que me miraba con sus ojos divertidos.

Negué con la cabeza, sabía lo que pensaba y me levanté justo cuando ella iba a hacerlo, antes de salir de ahí di otro vistazo a cinco que ahora el me miraba atento con sus cejas ligeramente levantadas y sonriendo ligeramente de lado.

Sé dió cuenta.


Tu Llegada De Un Gran Viaje. || 𝑪𝒊𝒏𝒄𝒐 𝑯𝒂𝒓𝒈𝒓𝒆𝒆𝒗𝒆𝒔 𝑻𝒖𝒂.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora