Cinco H.
Mis ojos estaban rojos y ardían increíblemente mal, me miré al espejo y así era, me veía fatal.
Me siento mal conmigo mismo, maldita inseguridad de no poder expresar mis sentimientos, creí que ella lo entendería pero solo se estresó al estar conmigo.
No tengo palabras para expresarle lo que siento, solo se que mis ojos brillan al verla, mi corazón late con fuerza cuando me toca, sus labios son lo que siempre probaría.
Amo a ___ pero, ¿Que es amar? A mis palabras es cuando daría todo por una persona, no importa nada, solo la persona y eso es lo que siento por ___, supongo que eso es amar.
Me enamoré de sus ojos, de sus bellos ojos y el brillo de ellos, es un arte que no puedo explicar fácilmente, es ese arte que admirarias horas sin cansancio.
Fué mi maldita culpa, mi maldito error ocultar cosas y me arrepiento demasiado de eso, no pude decir lo tanto que lo sentía y eso haré hoy.
Bajé las escaleras de la academia para bajar a desayunar y nos sentamos todos.
Era algo normal que ella bajara tarde pero me empecé a preocupar al notar que ella nunca bajó.
Se terminó el desayuno y Reginald se levantó, solo ví como se adentrò en su oficina y hice lo mismo, ni siquiera toqué, estaba preocupado.
—¿Dónde está ___? —pregunté sin decir nada más, mi tono de voz era desesperado.—
—Es una falta de respeto entrar a mi oficina sin ningún tipo de permiso joven Cinco. —el alzó la vista de su libro.—
—Eso no me importa ahora, ¿Dónde está ___? —lo miraba con seriedad.—
—Fuera de mi oficina número Cinco. —Reginald se levantó de su silla.—
Lo miré con impotencia en mis ojos y me teletransporte a la sala de la academia.
Diego, Klaus y Ben estaban ahí, con una expresión en sus rostros preocupadas sentados los tres en un solo sillón.
—¿Dónde está ___? —repetí la pregunta hacia ellos.—
—Eso mismo queremos saber. —Diego se levantó.—
Lo miré frunciendo el ceño.
—¿Dónde está ___? —repitió la pregunta.—
—¿Que pretendes Diego? —me puse cara a cara con el.—
—Nosé, el que fué un idiota fuiste tú. —me miraba con una mirada enojada.—
—¿Que dices? ¿Dices que ella se fué por mi culpa? —lo miraba.—
El sólo se encogió de hombros.
—Ella se pudo ir por otras razones Diego. —dijo Ben también levantándose.—
—Ella estaba destrozada. —miró a Ben.— Por culpa del imbécil de Cinco. —me miró.—
—Tu eres el idiota metido. —hablé entre dientes.—
—¿Que pensabas? ¿Que no se iba a enterar nunca? —rió irónicamente.— Ella no es tonta.
—No, no lo es, pero tú no tenías nada que ver.
—Ella si me consideraba alguien importante en su vida. —respondió.—
—Fui su... —mi voz se cortó en un nudo en la garganta.—
—Ni eso pudiste ser, nada de ella. —se rió de mí.— Por eso hasta Vanya te dejó, por tus sentimientos de niño pequeño.
—Hey, Diego. —se levantó Klaus y lo miró con enojo.—
—¿Que? ¿Vas a llorar? —me dijo.—
Estaba reteniendo cualquier movimiento.
—¿Quien va a estar contigo si nunca sabes decir tus sentimientos?
Lo miré con impotencia.
—___ si me hizo caso a mí. —con esa frase lo destruía, lo sabía.—
El se quedó en silencio mirándome con rabia.
Todo ahora era tensión.
—Por favor, no peleen. —dijo Ben mirándonos.—
—___ se fué, por tu culpa. —musitó Diego.—
No aguanté más, la furia y rabia me consumió por completo.
Solo sentí cómo mis nudillos sangraron y Diego estaba en el suelo tocándose el pómulo sangrado.
—¿Que está pasando!? —se acercó Luther y me agarró por atrás.—
—Sueltame Luther! Lo mato ahora mismo. —forsejee y este solo me hizo una llave con mis brazos haciendo que no me moviera.—
—Tranquilizate Cinco! —Exigió Vanya que venía con Luther y Alisson.—
—Tu vete a la mierda Vanya. —musité con rabia mirándola.—
Ella solo bajó la mirada.
Diego se levantó y Ben lo tomó de los hombros.
—Carajo, son hermanos. —dijo Klaus mirándonos.—
—Esa palabra no existe si es por ___. —nusité mirando fijamente a Diego.—
Mi mirada estaba sobre Diego y la de el estaba en la mía también, con un odio inmenso entre los dos.
—Por su culpa ella se fué! —le dijo a Klaus.—
Vanya alzó la mirada con preocupación.
—Si ella te hubiera amado de verdad, estaría aquí, ¿Lo está? —dijo Diego.—
Si pudiera safarme lo mataría.
—Ella no se fué por culpa de Cinco. —la voz de Vanya interrumpió y todos la miramos y ella solo miraba al suelo.—
—¿Que dices? —pregunté con mi ceño fruncido.—
—Ella se fué porque encontró a su familia. —bajó la voz.—
—¿Por qué no dijiste nada? —preguntó Ben.—
—Ella me dijo que no le dijera nadie. —soltó un sollozo.—
Me solté cómo pude de Luther y me acerqué a Vanya amenazante.
Ella retrocedió.
—¡Y pensabas no decirme! —la miraba con rabia.—
Ella sólo me miró a los ojos con miedo.
—Todos aquí son unos idiotas, y tú más Vanya. —pasé por su lado chocando mi hombro con el de ella.—
(...)
Estaba en mi habitación, estaba sentando en mi cama temblando pensando solo en ___, ¿Cuando se fué? ¿Por qué me dejó? Tomé la cajita que tenía a un lado de mi mesita, esa cajita que le iba a regalar que tenía un collar con una piedra colgando, su mineral favorito.
La tomé y la aventé a un rincón del cuarto sintiendo impotencia conmigo mismo.
Solo en mi mente estaba las palabras: "No volveré a verla." Me tomé a mi mismo de la cabeza para luego dar un grito de desesperación.
Maldito sea el amor cuando una persona no sabe expresar sus sentimientos.
Todo era una mierda si ella no estaba, ella decidió irse por mi culpa quizás, la amaba, la amo tanto.
Miré a la ventana de mi habitación y pasó por ahí una mariposa.
Una linda mariposa Monarca.
Ni siquiera sé con quién se fué, a quien de su familia encontró, si ella está bien o a salvo.
Y se me ocurriría una idea, tal vez peligrosa pero lo haría.
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Tu Llegada De Un Gran Viaje. || 𝑪𝒊𝒏𝒄𝒐 𝑯𝒂𝒓𝒈𝒓𝒆𝒆𝒗𝒆𝒔 𝑻𝒖𝒂.
Roman d'amourNosé en que momento llegué a este lugar exactamente, mis recuerdos son borrosos pero tengo bien presente el dia que caí en ese patio y mi vista cayó en la vista de ese niño con los ojos verdes sin saber su dura actitud pero siendo un niño cariñoso e...