¿Quien eres?

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Ahora tenía mas preguntas que respuestas, ¿Quien me estaría buscando fuera de la academia que sería tan importante como para que Reginald me deje tranquilamente ir? Asentí con una sonrisa dejandolos solos, sali de la oficina y di ungran suspiro ya que habia dejado de respirar unos minutos, acomodé mi ropa mientras caminaba hacía la puerta de la academia y al estar a un paso de abrirla solté otro suspiro y sonreí,abrí la puerta y fruncí el ceño al ver una figura de un señor ya pasando los 50 años frente a mí. El volteó al percatar mi presencia y una sonrisa chimuela salió de su boca.

—___, eres tú. —me dijo con una ilucion en su tono de voz.—le sonreí de manera confusa y salí de la academia completamente cerrando la puerta detrás de mí.

—Buenas tardes, ¿Disculpe? 

—Sé que... no me recuerdas  en lo absoluto.

Me encogí de hombros dandole una sonrisa avergonzada.

—Y lo entiendo perfectamente.—continuó.

—¿Quien es usted?

Pude notar como sus ojos se llenaron de lagrimas y otra vez una gran sonrisa se formó en sus labios, y al ver eso, me dieron ganas de llorar a mi tambien, siento que lo conocía de algun lugar, que ya lo había visto antes y que podía decir que tengo sus mismos ojos. Antes de que el pudiera decir algo, hablé.

—La verdad es que lo encuentro familiar. —sonreí.

—No sabes cuanto me alegra esuchar eso.

—¿Lo he visto antes?

Se quedó en silencio mirandome para despues sacar de su chaqueta un tipo del albúm, me lo extendió y me sorprendí al ver el forrado de este de mi color favorito e incluso de mis animales favoritos. Lo tomé y lo abrí en la primera pagina, no puedo explicar la emocion, tristreza, felicidad que sentí al terminar de ver las primeras fotos, era yo de pequeña con ese señor que tengo enfrete, todo me da vueltas, me siento mareada, recuerdos vinieron como una ola que te revuelca en la playa de repente, ahora todo tenía sentido, pasé la siguiente pagina y ahora era una mujer que me cargaba en brazos y solo sentí lagrimas correr por mis mejillas, esa mujer, esa mujer que me dijo que me esperaban en casa, en la que ví y al momento de verla sentí una paz increible, la paz que necesitaba, lloré y me tapé la bosa con una mano sin despegar la vista de la frase que tenia abajito de la hoja.

"Tu familia siempre serán aquellas personas con las que encajas perfectamente."

Recuerdo ese dia en el casi dejo todo, en el que morí y volví a la vida, aunque tengo muy mal reprochado recordar, me hace feliz hacerlo porque pude ver a la mujer de mi vida, que ahora entiendo que siempre fué mi mamá.

Alcé mi vista hacia el señor que me seguía mirando con ojos de amor desde que abrí la puerta, me sonrió con lagrimas desbordando de sus ojos y corriendo libremente por su mejillas arrugadas. Solte un quejido y lo abracé, lo abracé como nunca, en sus brazos me sentí segura, la misma sensación que me dió al ver esa mujer en ese cuarto blanco.

—Te he extrañado tanto, hija. —me dijo con una voz temblorosa mientras me seguía abrazando.

Queria con todo mi ser soltarme ahí.

—Ven, vamos  a sentarnos para hablar mas tranquilos. —me dijo separandose y me tomo de la mano para caminar hacia una banca que estaba alado de la academia.

—Creo que tengo muchas preguntas. —solte una risita y limpié mis lagrimas.

—No quiero agobiarte.

—Vamos, será lo ultimo que harás. —le dije.

Soltó un suspiro y me miró.

—¿Que quieres saber?

Me quedé mirandolo un momento y dije:

—Bueno, por que... ¿Por qué tu y mamá me dejaron?—tal vez no sea la palabra mas correcta pero era realmente como lo sentÍa.

Me miro unos segundos y contestó:

—Cuando cumpliste los 6 años... descubrimos algo sobrenatural en tí, algo que no es normal para nada, tu superpoder, nunca nos diste miedo ya que fuiste una niña que nos adoraba y nosotros a tí  hasta que... tu madre enfermó gravemente y perdí mi trabajo. No tenía el dinero para mantenerte y una señora se ofreció para adoptarte.

—¿La encargada? —pregunté en un susurro.

—Sí, ella, me ofreció los mejores tratos hacía a tí y que te ayudaria a controlar tus poderes, te amaba y queria lo mejor para ti y lo mejor era que crecieras en un ambiente sano, no entendias nada pero siempre prometí buscarte en un futuro pero me informaron que tuviste una desaparicion, que fuiste capaz de hacer un viaje en el tiempo.

Miraba a un punto fijo, la mente me explotaba.

—Me volví loco, te perdí por años y la comision no supo como encontrarte, la encargada falleció un año despues gracias a un accidente y ahora me tocaba cuidar de tí. te busqué hasta que caí en cuenta que los Hargreeves te habian encontrado sana y salva.

—¿Porqué no fuiste por mí? 

—Me enteré que tuviste una perdida de memoria y no queria hacerte daño. Me comuniqué con Reginald para que llegaras a mis brazos pero me terminó ganando el.

—¿El? —pregunté confundida.

—Sí, ese hombre por el que casi pierdes tu vida.

—Nunca tuve en claro el porqué me quería, ¿Quien era verdaderamente?

—Su nombre real es Marcos, el fué hijo de la encargada de sangre, te tenía envidia por ser tan poderosa supongo que es por eso que te buscó y consiguió lo que quería.

—Ahora todo cuadra. 

—Y ahora yo tengo una pregunta para tí. —me dijo.

Le sonreí y asentí dando a entender que siguiera.

—Es completamente tu desicion... soy tu padre y de verdad te quiero de vuelta en mi vida, me haces tanta falta y... bueno, ¿Regresarias a casa?

La mente se me puso en blanco, sabia que ahora tenía que tomar una desicion y que para nada sería facil, verdaderamente me pone demasiado feliz conocer mi pasado y encontrar a alguien importante de el, y mas me hace ilusion poder ser feliz con mi papá pero tambien otras personas se volvieron mi familia, los Umbrella. Antes de que pudiera contestar una voz llamando mi nombre hizo que volteara, Cinco.

—___... —se quedó en silencio al ver al hombre que estaba alado mío, como si hubiera visto a alguien importante para el, y si era eso.

Mi padre le sonrío y Cinco tambien lo hizo.

—S-señor, wow... —musitó Cinco con una voz timida.

Los miré a los dos con confusion.

—¿Se conocen? —pregunté.

—Como no recordarlo. —dijo mi Padre. —El te salvó la vida. 

Miré a Cinco.

—Si no fuera por el me hubiera rendido.

—Un padre haría lo que sea por su hija.

—Así es. —respondió.

Los miraba mientras ellos no dejeban de sonreirse como si fueran padre e hijo y como si el pequeño hubiera ganado un gran trofeo por algo, con orgullo. Y de repente pensé en la pregunta que me habia hecho mi padre hace unos minutos y sabia que tenia que contarselo a Cinco ahora.


Tu Llegada De Un Gran Viaje. || 𝑪𝒊𝒏𝒄𝒐 𝑯𝒂𝒓𝒈𝒓𝒆𝒆𝒗𝒆𝒔 𝑻𝒖𝒂.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora