24. Ética Inmoral.

126 8 22
                                    

Transcurría una tarde nublada, de esas en las que la brizna anticipa una fuerte lluvia. Un grupo de jóvenes se congregaba en una plaza del centro de la ciudad. La tensión en el aire era palpable; una mezcla de frustración y determinación se reflejaba en sus rostros. Entre ellos, una joven de mirada firme se adelantó, captando la atención de todos. Megáfono en mano, comenzó a hablar con voz cargada de indignación, una pasión que encendía el espíritu de los presentes:

"Estamos cansados ​​de esos hipócritas. Sí, de esos que aparentan ser lo que no son, de los que pasan por ahí vendiendo con su fina apariencia ser lo mejor, de los que te hablan al oído con dulces palabras y falsas promesas, pero que por dentro urden trampas para lograr su propio beneficio a costa del esfuerzo de los demás."

A su alrededor, el grupo de jóvenes, con carteles en mano, levantaba la voz al unísono, gritando arengas de apoyo con fuerza y ​​vigor. Sus voces resonaban en la plaza; cada palabra era un golpe contra la hipocresía que buscaban derribar.

Alguien y su amiga Mary salían de presenciar una obra y se resguardaron bajo el techo saliente de la sala del teatro.

—¡Mira, allá hay una muchacha hablando de la ética inmoral! —dijo Alguien a su acompañante—. Parece que está muy molesta; sus compañeros no dejan de animarla para que sigan alzando su voz.

—Ética inmoral, ¿dices? Eso es una contradicción, pero me agrada el juego de palabras. Esa joven se ve tan fervorosa que, si le dices esas palabras, de seguro las añade a su discurso —respondió Mary con una sonrisa de complicidad.

—Sin duda alguna, es una total contradicción, de esas que te hacen perder la confianza —agregó Alguien, con gesto de fastidio, delatando el énfasis en sus palabras—. La ética son las normas, y la moral es la aplicación de dichas normas, pero algunos hablan o imponen normas, sin embargo, sus acciones son todo lo contrario. Un acto hipócrita, desleal y enfermo, por decir lo menos.

—Según lo que dices, la ética sería como un traje muy fino que algunos se ponen para esconder su inmoralidad. De esos sí que hay muchos... lamentable realidad. Es importante estar alerta a este tipo de situaciones y ser capaz de discernir.

—Miles de años han pasado desde aquellos filósofos que ya planteaban sus argumentos sobre ética y moral. Milenios de conocimiento y evolución. Pero, a pesar de ello, aún vemos a estos jóvenes reclamando lo que debería ser el mínimo del comportamiento humano.

—La ética es ética, así de sencillo. Que algunos la usen como máscara no quiere decir que se pierda su principio ni su razón. No te confundas con este tema; si le das más importancia de la necesaria a esos falsos hipócritas, te pasarás la vida refunfuñando y jamás encontrarás una solución. Algunos de esos inmorales saben crear confusión para mantener a los otros siempre con problemas, y luego les venden la solución.

Alguien asintió, pero su mirada se perdió en la multitud de jóvenes que seguían gritando con fervor. De repente, uno de los manifestantes levantó un cartel con una sola palabra escrita en letras negras: VERDAD. La palabra tembló en el aire, agitada por el viento y por la mano firme que la sostenía.

Mary siguió la mirada de su amigo y observó el cartel, que parecía flotar sobre la multitud como un estandarte. Alguien se quedó en silencio, sus pensamientos inmersos en la simplicidad de aquella palabra y todo lo que representaba.

Finalmente, sin apartar la vista del cartel, murmuró:

—Tal vez es eso lo que realmente necesitamos... menos máscaras, más verdad.

Mientras las primeras gotas de lluvia empezaban a caer, la multitud estalló en un grito unísono, como si la misma palabra se hubiera propagado entre ellos, resonando en cada rincón de la plaza. La lluvia no detuvo su grito, que reverberó en los corazones de todos los presentes, como una promesa, como un desafío.

"En este mundo de contradicciones, la clave radica en discernir con sabiduría, manteniendo la claridad frente a las máscaras que algunos eligen portar. Mantener la ética y la moral en nuestra forma de actuar, es quizás la mejor forma de apartar al hipócrita y así poder vivir en paz".

Analizando AndoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora