Christopher
-Repíteme el porqué tengo que aceptar que una novata me dé clases de idiomas-insisto a Alex, ignorando la sonrisa de satisfacción en su rostro
-Porque parte de esto es saber hablar más de un idioma y si no aprendes Alemán vas a bajar el promedio, lo que te baja en la tabla de mejores soldados-me recuerda-. ¿Quieres ser coronel? Demuestra que puedes dejar tus prejuicios personales de lado y acepta que necesitas ayuda con el Alemán. Y quizás también con el árabe.
-Vete a la mierda-resoplo, aún sabiendo que necesito mejorar el maldito promedio en idiomas o tendré que verlo como materia extra el próximo año
La FEMF tiene a los mejores profesores del mundo, profesores trabajando exclusivamente para nosotros con un salario de cientos de miles de dólares al año para que se mantengan con nosotros y se les hace firmar contratos para mantener sus bocas cerradas.
Pero Alex, de entre todos los disponibles, eligió a la inepta que me noqueó en medio de una maldita misión.
-Ayudará con tu imagen y con la suya-me recuerda-. Tu sangrienta misión en Abu Dhabi te dejó mal frente al consejo y a ella la dejó mal el no haber identificado a un aliado. Ella es muy correcta, todos la tienen en buena estima y... es la hija de Adolf.
-¿El director de la universidad y la academia? Genial-resoplo ante la mención del hombre que ha intentado hacerme la vida imposible desde que tomó su lugar
Me odia. No hago más que respirar y él ya está fastidiándome, básicamente lo único que lo detiene de expulsarme es que Alex sea el maldito ministro de la FEMF.
Y que la mujer que me noqueó sea su hija es mucho peor para la situación.
Leí su expediente, le concedo que haya participado en misiones impecables y que su desempeño en cada materia, en cada combate, en tiro, en manejo, en estrategia... en cada pequeño y mísero detalle.
Pero no pudo identificar a su capitán. ¿De qué le sirve?
Unos toques suenan en la puerta de la oficina, y respiro profundo, preparándome para tener que lidiar con la mimada hija del director.
-Adelante-autoriza Alex antes de lanzarme una mirada de advertencia-. Espero que te comportes.
La puerta se abre, y mi polla se tensa en mis pantalones al ver a una rubia sexy vestida con unos jeans celestes, botines negros altos y un cardigan que le luce mejor de lo que le podría lucir a cualquier mujer u hombre en el planeta.
Sus piernas son tonificadas y su trasero... maldición, es increíble la forma en la que los jeans se ajustan a su cuerpo como un guante, y los botines solo le dan un toque de sex-appeal y rebeldía, lo contrario de su cardigan y la sonrisa amable en su rostro mientras mira a Alex.
-Ministro-saluda, y sus ojos se dirigen a mi, haciéndome fruncir el ceño al ver unos simples ojos marrones
De todas formas, su mirada es penetrante. Es... una mujer a la que me gustaría follarme durante horas hasta agotarme.
Es hermosa, eso sin duda, pero es una exquisita mezcla entre una hermosura extraordinaria, como la de ninguna otra. Sus facciones son delicadas y llamativas, con una mandíbula ligeramente marcada, nariz perfecta, cejas pobladas y perfectamente arqueadas, pestañas largas y pobladas y unos jugosos labios rosados que me encantaría ver envueltos en mi polla sin problema.
Joder, ahora tengo un gran problema, porque no puedo irme con esta erección para que todos lo noten.
-Tome asiento, señorita LeBlanc-pide y ella asiente, tomando asiento a mi lado, llenando mi espacio personal con un olor a rosa almizclada. «¿Desde cuando me importan los perfumes? Que ridículo»
»Como sabrá, el consejo no ha visto con buenos ojos su... pequeño error de hace una semana-mira en mi dirección-. Y eso pone en la cuerda floja su ingreso a la élite Londinense.
La mujer a mi lado se tensa, enderezando sus hombros y apretando sus manos en puños antes de abrir sus palmas, como si estuviera haciendo el intento de relajarse.
-Lo entiendo, fue mi error-su voz desprende comprensión-. Si puedo hacer algo para arreglarlo, me gustaría saberlo.
-Por supuesto, he hablado con el coronel y ambos estamos dispuestos a dejar atrás el malentendido-le dice y su ceño se frunce en confusión-. Llamémoslo... un trato.
-¿Qué clase de trato?-cuestiona
-Tú necesitas un poco de buena imagen, ambos en realidad-me lanza una mala mirada-. Y aunque a mi hijo no le importa la imagen publica, hay algo que si le importa y que si necesita. Clases de idiomas-apoya sus codos en el escritorio-. Y resulta que estudias idiomas modernos.
-¿Quiere que sea su profesora privada?-enarca una ceja y Alex asiente-. Perdón, ministro, pero me parece que alguien se beneficia más de lo que lo hago yo. Puedo arreglar mi imagen pública sola, pero su hijo... soy la mejor de mi generación y las dos anteriores, así que dudo que consigan a una mejor persona para enseñarle que yo.
Enarco una ceja. «La gatita tiene garras»
Alex levanta las cejas sorprendido, y un destello de respeto pasa por sus ojos mientras asiente. «Bueno, ella se está ganando su respeto, supongo»
-Pero ambos sabemos que para arreglar tu imagen lo necesitas a él-me señala-. El problema fue con Christopher, y por muy mala imagen que tenga, es el capitán más respetado. Un error contra alguien así no se arregla muy fácil.
Asiente.
-La balanza puede nivelarse con un pago-ofrece, sin vergüenza alguna, y mi ceño se frunce. «¿Pago? Es hija del hombre más importante y acaudalado de Europa. ¿Por qué quiere un pago?»
-¿Cuánto?-pregunto directamente y sus ojos se vuelven en mi dirección
-¿Cuan malo eres con el idioma que necesitas?-cuestiona, y casi sonrío por lo descarada que suena-. Puedo hacerte un examen de prueba para saber y partir desde ahí.
-Su última nota fue de cuarenta sobre cien-le informa Alex y ella sisea apretando los labios-. ¿Puedes con eso?
-Por supuesto-asiente-. Pero tengo una petición más.
-Las niñas socialité son demasiado exigentes-resoplo y frunce el ceño en mi dirección
-Disculpe, pero usted también es un socialité y el Patek Philippe de veintiocho millones en su muñeca, además de la ducati y que sus amigos sean de los más renombrados dentro y fuera de la FEMF lo demuestra-contraataca
¿Tiene el descaro de enfrentarme? Al parecer es de exactamente esas chicas mimadas que se creen abejas reinas.
-Niños-nos regaña Alex-, compórtense.
-Dos mil por clase-se levanta-. Y durante mis clases usted no será mi superior, son clases de una estudiante a otro. Espero eso esté claro.
-¿Cuál era la petición?-Alex me interrumpe antes de que pueda decir algo
-Mi padre no debe saberlo-pide-. No le gustará la idea de que pierda tiempo escolar, así que es mejor que no le digamos nada.
-Por supuesto-me encojo de hombros-. El director va a enojarse si ve a su hijita con un...
-¿Criminal?-enarca una ceja, pero se recompone rápidamente, ofreciéndole una sonrisa a Alex-. Lo siento-se disculpa con él antes de mirarme-. Mañana después de clases.
-Ahí nos vemos-la sigo con los ojos, deleitándome con su bonito trasero antes de que la puerta se cierre
-No te le acerques más de lo debido-me advierte Alex y ruedo los ojos-. Hablo en serio, ella no es cualquiera de las que te follas, es la hija de Adolf y él es un recurso importante para nosotros.
-No te preocupes-lo ignoro deliberadamente, levantándome y saliendo de la oficina para ver a la gata rabiosa sonriéndole a Drew, el capitán del equipo de fútbol
«Una típica socialité»
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Give Me Everything [Christopher Morgan]
FanfictionNo me interesan las relaciones sin compromiso. A él no le gusta comprometerse. Cuando a ambos nos toca trabajar juntos, el deseo comienza a acercarnos y ninguno se molesta en pararnos a pensar. Pero cuando mis sentimientos se hacen presentes, le pi...