Cap 32

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—Te necesitamos dentro—dice Gauna y suspiro—. Es un baile de máscaras, Anastasia. Vas a ir como refuerzo encubierto.

—¿De quién?—pregunto, tomando de mi café mientras estoy sentada frente a Gauna

—De Christopher—contesta—. Eliminaremos a Ilenko Romanov, estará en ese club y no podemos perder la oportunidad. Tú y él estarán infiltrados, él lo mata y salen de ahí sin una sola alerta.

—¿Y esto lo sabe él?—enarco una ceja y el general niega

—No quiere refuerzos, pero el ministro no quiere mandarlo ahí solo, sabemos que tú eres la mejor y vas a respaldarlo—desliza la carpeta con la información en mi dirección—. El arte del camuflaje, la actuación y seducción está en ti; además, puedes luchar contra hombres como Morgan o Romanov. Es tu oportunidad para ganarte una medalla más, una que te ubicaría más alto que cualquiera de tu edad.

Respiro profundo, abro la carpeta y mis ojos repasan los detalles de la misión, la información de los invitados y el procedimiento requerido para dar de baja a Ilenko Romanov.

Usualmente preferimos redadas grandes, pero hay oponentes a los que hay que acechar como un depredador hasta que se nos dé la oportunidad de atestarles una mordida en el cuello que los mate.

—¿Para cuando me necesitas?—cedo y Gauna sonríe con orgullo

—Mañana.

—Hecho—me levanto—. Gracias por el café, y espero mi paga en efectivo esta vez, si no es mucha molestia.

Frunce el ceño extrañado, pero asiente, así que me vuelvo a poner mi chaqueta de cuero mientras salgo de la cafetería, topándome de nuevo con el clima del cercano invierno.

Tengo una carrera hoy. La última. Será mejor que la disfrute.

***

—Buenas noches—los hombres se apartan del camino cuando me acerco a mi auto y miro a Larry asegurándose de que todo esté en orden—. ¿Todo bien?

Asiente, levantándose. «Hemos tenido incidentes de bombas por malos perdedores, es solo para prevenir»

Hoy usaremos toda la pista, no solo ida y vuelta. Tenemos que hacer dos vueltas por todo el estacionamiento y luego llegar a la meta, lo que agrega un poco de presión a quienes no estén muy seguros de ganar.

Yo voy a ganar.

—Si, las apuestas están a punto de cerrar, tienes dos millones como premio y quinientos de comisión por ganar—informa y asiento

Es el premio más gordo que hemos tenido, pero hoy no solo compite gente de Londres. Es una carrera de las que están en la cima, y se pelea contra los grandes.

O eso dicen, nunca he escuchado sus nombres y no me voy a molestar en aprenderlos. Solo sé que uno es Americano, de Colombia, y el otro es Japonés. Los tres competiremos por los dos millones y la comisión que les den por las apuestas de la gente.

—Yo quiero apostar—una voz detrás de mi me hace darme la vuelta y trago grueso al ver a Christopher vestido parecido a mi

Camiseta blanca a diferencia de mi camiseta azul, pero ambos llevamos jeans, botas y chaquetas de cuero con piel por dentro para el frío.

Luce indiferente, pero me lanza una mirada fría que me hace rodar los ojos y negar.

¿Su venganza es apostar contra mi? ¿Después de todo cree que en serio voy a perder contra dos idiotas arrogantes? Como si no me encantara cerrarles la boca.

—Dos millones por Quimera—lanza una mochila a los pies de Larry y los jadeos resuenan por todo el estacionamiento mientras yo lo miro como si se hubiera vuelto loco

Give Me Everything [Christopher Morgan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora