Una semana después...
-Más fuerte-exige papá, y me trago la queja, golpeando con más fuerza a mi hermana, que recibe el golpe con un sonoro quejido-. Ten la decencia de no quejarte, Isabelle.
-Así no se gana resistencia, padre-insisto, y la mirada mortal que me lanza me hace cerrar la boca
Isabelle intenta golpearme, pero rápidamente la esquivo, agachándome para barrer sus pies y hacerla caer de espaldas sobre la colchoneta con un golpe que resuena en el gimnasio.
-Patético-padre niega antes de salir del gimnasio, a lo que rápidamente me acerco a Isabelle y la ayudo a levantarse
-Lo siento, mierda, déjame ver ese golpe-tomo la barbilla de mi hermana, maldiciendo internamente por el moretón que comienza a formarse bajo su ojo-. Ven, vamos a ponerte algo frío en eso.
Me acerco al mini refrigerador que tenemos en el gimnasio y saco una compresa fría que pongo sobre su ojo, sintiendo la culpabilidad asentarse en mi pecho ante la mueca adolorida de mi hermanita.
»Pronto te sacaré de aquí, lo prometo-beso su frente-. No tendremos que soportar esto por mucho tiempo más, solo serán un par de meses hasta tus dieciocho.
Isabelle asiente, recostándose contra la pared mientras toma respiraciones profundas.
Este es casi nuestro pan de cada día. Padre haciéndonos entrenar hasta que ambas estamos demasiado cansadas o hasta que él complace el retorcido placer que le causa vernos golpeándonos entre nosotras.
Isabelle es quien sale peor en todo esto porque es a quien menos se le da la lucha, al contrario de Ian y de mi, que por supervivencia tuvimos que aprender a luchar con uñas y dientes para no acabar con heridas graves.
Lo de mi padre no es solo peleas entre nosotros, a veces es él quien nos enfrenta, y ninguno de nosotros ha podido vencerlo hasta ahora, lo que solo le da más poder sobre nuestras vidas porque sabemos que no tenemos forma de enfrentarlo.
Nuestro padre es poderoso, y tiene una palabra lo suficientemente convincente como para hacernos quedar como simples niños malcriados y mentirosos frente a los demás.
Ya lo intentamos, y eso terminó con mi hermano en Irak.
Y puede hacer lo mismo conmigo, así que hago lo posible por no enfrentarlo porque soy la única que lo detiene de hacerle algo peor a Isabelle por considerarla la más débil de los tres.
-Señorita-Paul, mi escolta, entra al gimnasio-, ya es hora de ir a la academia, por favor prepárese y la esperaré en la camioneta.
Asiento, dándole una breve mirada a Isabella antes de encaminarme a la salida del ginmasio, mentalizándome para la reunión que tengo con el ministro Morgan.
De alguna forma el incidente de hace una semana llegó a sus oídos, y solicitó que me reuniera con él en cuanto llegara de un viaje de trabajo de Alemania. Lo cual es hoy.
Maldita sea. El Capitán Morgan no había estado en Londres desde...¿nunca? Su central es la Rusa, y no tengo ni la menor idea de porqué estaba involucrado en una misión que era de la central Londinense.
Lo que sea, no fui informada de su presencia, y obviamente el pasamontañas no me permitió reconocer su rostro, lo que me hizo noquearlo. «Muy inteligente de mi parte, así es»
Al menos la misión fue exitosa, eso es lo único que me consuela de la gran metida de pata que tuve ese día.
Cuando entro a mi habitación lo primero que escucho es mi celular, con una llamada del tono que le puse a mi hermano, así que me apresuro a la mesita de noche y descuelgo antes de llevármelo a la oreja.
-¿Ian?
-Stacy-suspira aliviado y sonrío, sentándome en el borde de la cama, sintiendo un peso irse de mis hombros al saber de mi hermano mayor-. Lo siento, ayer no pude llamar porque estábamos en vigilancia.
-Me preocupaste, pero está bien, lo entiendo.
-Lo sé, lo siento-escucho voces lejanas llamarlo-. Esos son los chicos, te mandan saludos-gruñe y río
-¿Cómo está Omar? La última vez ignoraste el tema.
-Si, porque detesto la rara amistad que hay entre mi hermanita y mi mejor amigo-se aleja y masculla "aparta, idiota, que no es tu novia para que andes de insistente". Río-. Ustedes dos no van a estar juntos nunca, me niego a hacerme esa asquerosa idea en mi cabeza.
-Ja, ja-ruedo los ojos-. Oye, ¿cómo estás tú?
-Nervioso y ansioso, lo normal estando aquí-suspira-. Es duro, pero mejor yo que tú.
-Hago lo posible por mantenerme aquí, no te preocupes por nosotras ahora-pido-. Preocúpate por mantenerte con vida, ¿eh? Porque me voy a enojar muchísimo contigo si mueres.
-Y eres una fiera cuando te enojas, ¿verdad, conejita?-la voz de Omar me hace reír-. Aunque puedes desahogar ese enojo conmigo, estoy para servirte.
-Voy a cortar tu lengua si no te callas-lo amenaza mi hermano-. Tú procura no meterte en problemas, Stacy, aún me quedan dos meses aquí, y luego del cumpleaños de Isa todos nos iremos al otro lado del mundo de ser necesario.
Sonrío, repitiendo en mi cabeza lo que Ian y yo nos prometimos cuando cumplí dieciséis años y mi padre me golpeó porque el vestido que llevaba era demasiado provocativo para estar frente a sus socios.
-¿Stacy?-la voz de mi hermano mayor me hace levantar la cabeza
Suspiro, lanzando el algodón con alcohol a la papelera antes de tomar mi estuche con maquillaje, sabiendo que debo volver a la fiesta antes de que mi padre se enoje más de lo que ya está.
»¿Qué pasó con el otro vestido?-frunce el ceño ante mi vestido de cuello alto y mangas largas
-A papá no le gustó-murmuro, tomando la base-. El cuello alto cubre las marcas del cuello, no tengo ganas de estar una hora intentando cubrirlas.
-Déjame ver-pide y dudo-. Déjame ver, Stacy, por favor.
Tiro del cuello, bajando un poco la tela, viendo el cuerpo de mi hermano tensarse al ver los moretones morados.
-Estoy harto de esto-masculla, acariciando mi mejilla-. ¿Sabes? Cuando todos seamos mayores de edad, deberíamos largarnos de aquí.
-Es bueno soñar-me encojo de hombros, pero él toma mi rostro entre sus manos para que lo mire a los ojos
-Vamos a irnos-insiste-. Prométeme que vamos a irnos cuando Isa tenga la edad para irse.
-¿Qué hay de los gemelos?-le recuerdo a los hijos de la nueva esposa de mi padre y su rostro se descompone en enojo
Si, a ninguno de nosotros nos gusta su madre, pero son niños.
-Los gemelos van a estar bien, a ellos si los ama.
-Nos iremos-asiento-. ¿Me prometes que vamos a alejarnos, que no solo son palabras sin sentido?
-Te lo prometo, pequeña-besa mi frente antes de abrazarme, permitiéndome esconder mi cabeza en su cuello
-Bueno, tengo que irme-murmuro-. Tengo que verme con el ministro y nuestro padre va a matarme si llego tarde con alguien tan importante.
-¿Por qué vas con el ministro?-suena preocupado-. ¿Pasó algo malo?
-No, solo un malentendido-digo, no queriendo agregar más preocupaciones a la vida de mi hermano-. Adiós, te amo, y cuídate.
No lo dejo decir nada más, a sabiendas de que insistirá hasta que me canse y termine diciendo todo lo que pasó.
«Ahora, debo irme, joder»
![](https://img.wattpad.com/cover/357062562-288-k135954.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Give Me Everything [Christopher Morgan]
FanfictionNo me interesan las relaciones sin compromiso. A él no le gusta comprometerse. Cuando a ambos nos toca trabajar juntos, el deseo comienza a acercarnos y ninguno se molesta en pararnos a pensar. Pero cuando mis sentimientos se hacen presentes, le pi...