—Ten esto—dejo un tazón con sopa frente a Isabelle antes de besar su cabeza—. ¿La fiebre no baja?—toco su frente y ella niega
—No pude dormir bien anoche, sentía que el calor me asfixiaba—se queja, sus ojos están rojos y tiene bolsas debajo de los ojos—. Por cierto, ¿qué le pasa a Omar? Ha estado... agitado.
—Consecuencias de vivir en un constante estado de alerta—acaricio su cabello—. Él... sabe lo que pasa con nuestro padre.
Se tensa, levanta sus ojos a los míos y el terror que estos reflejan me hace querer encerrarnos en la habitación y nunca más salir para mantenerla segura.
—¿Está enojado?—pregunta en un murmullo
—Con nuestro padre, si—suspiro—. Yo hablé con Gauna, Omar me convenció de que al menos buscara algo alternativo a irnos.
—¿Vas a denunciarlo?—sus ojos se llenan de lágrimas—. Pero Ian aún está en Afganistán y nuestro padre podría intentar...—ni siquiera termina la oración; comienza a agitarse, a respirar acelerada
Tomo su rostro entre mis manos para que me mire a los ojos.
—Tranquila—le ordeno—. Respira, Isa, necesito que respires y te calmes. Tú controlas a tu mente, no al revés.
Asiente, cierra los ojos con fuerza y yo acaricio su cabello mientras ella de obliga a tomar una respiración profunda.
Omar entra a la cocina, me mira con confusión y yo solo niego para que no se preocupe, pero Isabella sigue tomando respiraciones profundas en un intento de tranquilizarse.
—Ian llega dentro de dos semanas para tu graduación—le informo—. Yo voy a hablar con el ministro para ver qué se puede hacer, cuando Ian llegue decidiremos cómo vamos a proceder. Pero Ian va a estar bien, nada le va a pasar, y nuestro padre sabe que si le hace algo yo no voy a contenerme.
—¿Y si el ministro no quiere ayudarnos?—murmura—. ¿Y si también está de su lado como aquel profesor al que le dije? No quiero que vuelva a golpearte como aquella vez.
Hace un par de años Isabelle tuvo un colapso en su escuela, estaba desesperada porque la noche anterior nuestro padre había golpeado a Ian, le dijo a un profesor lo que pasaba y, como siempre, mi padre lo había comprado.
Mi padre se enteró, cuando Isabelle llegó a casa intentó golpearla, Ian no estaba y yo me metí en medio de ellos, recibiendo la golpiza que me incapacitó por más de dos semanas.
—Entonces ya habrás cumplido los dieciocho y podremos irnos—me encojo de hombros—. El punto es que lo vamos a solucionar.
—Pero si podemos irnos ¿por qué tenemos que decirlo?—cuestiona
—Porque tiene una nueva esposa, porque puede hacerle lo mismo al bebé que algún día tengan—niego—. Y porque esa amenaza siempre va a estar ahí. Ninguna de las personas que lo han cubierto merecen seguir tranquilas, él tampoco. Esto es por nosotros, porque no es justo que hayamos pasado por esto.
Respira profundo y asiente, tomando la cuchara para tomar un poco de la sopa.
Omar se acerca y acaricia mi espalda antes de besar mi mejilla.
—Merecen esto, merecen la paz que esto les va a dar—me susurra al oído—. No son ustedes quienes deben huir, no es justo.
Asiento, recostando mi cabeza en su hombro.
—Lo sé.
—¿Qué tal si buscas al amante de tu madre?—pregunta—. Él podría ayudarlos, testificar que le hacía lo mismo a tu madre. Eso dejaría claro que, si se lo hizo a ella, también a ustedes.
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Give Me Everything [Christopher Morgan]
FanfictionNo me interesan las relaciones sin compromiso. A él no le gusta comprometerse. Cuando a ambos nos toca trabajar juntos, el deseo comienza a acercarnos y ninguno se molesta en pararnos a pensar. Pero cuando mis sentimientos se hacen presentes, le pi...