Mi pareja, mi destino.

Capítulo 4

Una semana después Siwon entró al Club Universe en pleno apogeo de fin de semana. Las luces de brillantes colores bailaban al compás de la música estridente. Los fiesteros de esa noche sabatina tenían una energía inigualable, tarareaban los pegadizos coros de moda, coreografiaban los bailes y se divertían. Sin dudas un lugar donde pasárselo bien y sacar fuera todo el estrés del trabajo semanal.

Siwon se contagió enseguida, él también quería juguetear y poner a prueba algunos trucos aprendidos en sus años de juventud.

Para la ocasión había hecho algunos cambios en sí mismo. Él no tenía problema alguno con su apariencia pero no podía negar que su pareja era joven, hermoso, sexy y caliente. Entonces no quería aparecer frente a Heechul nuevamente con la apariencia de un perro abandonado en la lluvia. Tenía que lograr que HeeChul lo mirara a él y menos al Comisario.

Así fue como llegó a su vida un nuevo y varonil corte de cabello que según el barbero era el estilo que llevaban los cantantes y actores de moda. Siwon no era de ver mucha televisión pero decidió confiar en el tipo.

También se fue a los grandes almacenes de la ciudad, se dijo que solo iba a pasear, pero terminó visitando aquellas tiendas para hombres que parecían más populares. Terminó comprando unos jeans negros que le apretaban el culo y le marcaban la polla y una camisa oscura de rayas blancas que le quedaba como un guante. Él quería llamar la atención de todos ... y de uno en particular.

Con alegría se dirigió al bar, su amigo estaba allí. Al verlo, el hombre dudó un momento, rebuscó en su mente quién podría ser esta cara conocida y, finalmente, sonrió antes de exclamar:

-Hola, vecino del pueblo de al lado...

-Vaya, veo que me recuerdas. No me hubiera ofendido en el caso contrario, este lugar está que arde y seguro han desfilado por aquí todos los rostros de la ciudad.

-No me quejo, no me quejo. Mi trabajo pone dinero en mi bolsillo, comida en mi mesa y paga mis cuentas.

Una gran verdad dicha de forma sencilla y concisa. Cada encuentro que tenía con este singular personaje hacía que le cayera mejor.

-Entonces, vamos a poner a prueba esas habilidades tuyas. Prepárame un trago elegante que me haga lucir como un buen tipo.

-¡Saliendo!- exclamó el barman feliz de tener un reto interesante en su larga noche.

Siwon lo buscó. Como la primera noche, se sentó en una de las banquetas altas del bar y observó a los presentes. Al parecer Heechul nunca se mezclaba con la chusma. Su estatus podría verse degradado entre aquellos que se rozan, se lamen, se toquetean y hasta se meten mano entre las sombras de la pista de baile. ¿Qué gracia tendría pagar un dineral por la exclusividad de la abeja reina si cualquiera puede tocarle las nalgas?

Y una pregunta llevaba a la otra. ¿En dónde se metía Heechul cuando estaba en el club pero no en la pista de baile ni en sus alrededores?

En su primera visita Siwon había hecho un reconocimiento del lugar, a grandes rasgos claro, buscando espacios menos visibles y destinados a otros divertimentos, o sea, a follar. Muchos antros nocturnos cuentan con pequeñas habitaciones privadas que se alquilan por horas o por noche a aquellos que buscan más que alcohol y música. En otros, un poco más chic, hay espacios VIP o salones donde tienes que pagar membresía y se ofrece sexo como parte del servicio.

¿Tendría el Universe algo así más allá de lo que se puede ver a simple vista?

Siwon se lanzó a la pista. Dejándose llevar por el ritmo dominante giró varias veces por el local y, levantando su copa en cada grito animado, indagó por un posible segundo piso. Hacia la derecha del bar, justo frente al salón principal, en la parte superior de la pared casi llegando al techo, tres enormes cristales polarizados hablaban de una habitación. ¿Estaba Heechul allí?