Capítulo 28

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Las palabras de Heechul provocan una conmoción dentro de la oficina del abogado. MinYul se violenta a escalas monumentales pero es más fuerte el tirón de su corazón para sostener a su madre que necesita abanicar su mano por un poco de aire para refrescar su rostro y un vaso con agua. Respira agitada, la señora Kim se ve mal.

Por otra parte, los directores presentes logran reconocer en el chico travestido al de las fotografías que MinYul había mostrado en la última reunión anual. Mismos que, aún calculando todos los posibles cambios que parecen avecinarse, presencian la explosión amarga y resentida de la señora Kim contra el Comisario de Policía:

-Tú... tú lo sabías,... siempre tú. ¡Siempre tú!- la señora Kim señala con dedo acusador al hombre que la mira con asombro; ciertamente no esperó sus reproches.

Sus palabras hacen que una incomodidad se refleje en los rostros de todos. Ella es una dama de carácter pacífico y muy medida como corresponde, sin embargo, ¿puede alguien realmente criticar su pérdida de control en esta situación?

El Comisario y la señora Kim nunca tuvieron una buena relación a través de los años. Ella jamás logró sentirse a gusto cerca del amigo de su esposo que era huraño, desagradable y que con su frialdad demostraba que poco o nada le interesaban ella y su hijo. Al policía solo parecía importarle MongYul y los demás eran un agregado con los que no tenía más remedio que cargar aunque no le gustara.

Esa verdad sale a flote con el tono rabioso de su voz, ya no puede disimular su odio y  la mala voluntad cuando continúa:

-Siempre supe que había algo mal, una mujer sabe... ¡una esposa sabe! Después que nació mi hijo,... después de eso, él...- el rostro de la señora Kim se colorea furiosamente- Lo sospeché, si, lo sospeché... pero creía que eras tú, siempre temí que MongYul estuviera medio enamorado de ti...

-¡Mamá!-
-¡Señora Kim!-

Las dos exclamaciones retumban en la oficina al unísono.

Heechul se pone pálido y baja la cabeza para mirar por entre las pestañas al Comisario. No es verdad, no lo es, la señora Kim está completamente equivocada.

Durante los últimos años él tuvo la oportunidad de ver a Joon y a MongYul compartir momentos de su vida cotidiana y jamás hubo una mirada, una frase, un gesto que delatara otra cosa que no fuera su amistad sincera.

Heechul entiende que su hyung MongYul y la señora Kim siempre vivieron en dos mundos completamente opuestos. Hasta cierto punto siente lástima por ella, pena por él... tristeza por los dos...

-Mamá, ¿qué dices?- MinYul se siente burlado, nunca dijo a su madre una palabra del amante de su padre para que viviera alejada de esa realidad.

- ¡MongYul era mi amigo! ¡Él era mi amigo!- el rostro desencajado, los ojos chispeantes de rabia y el tono desagradable del Comisario dejan claro lo horrendas que le parecen las insinuaciones de la viuda.

-¿Y por eso le serviste de comodín para que hiciera sus cochinadas?- interrumpe MinYul en un intento caballeresco de defender el honor de su madre.

-¡Cállate, maldito! No te atrevas a hablar de tu padre en mi presencia porque no sé de lo que seré capaz... ¡Sabías de la condición delicada de su corazón y aún así fuiste cada semana a sermonearlo, a chantajearlo con hacer público su romance con Heechul, a mostrarle lo vil que eres hasta que su vida se apagó! Eres un maldito asesino. Por tu bien te aconsejo que no te cruces en mi camino...

Mi pareja, mi destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora