Capítulo 36

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—Señorita Choi, necesitamos que nos diga todos los detalles de lo que ha pasado lo antes posible. Es primordial su testimonio ante las dos muertes. —le dijo aquel oficial frente a sus narices, pero parecía no poder oír nada. Cargaba en sus manos una pequeña libreta y un bolígrafo.  —es usted la principal sospechosa, ¿sabe lo que significa eso verdad? Es mejor que coopere para que su pena sea menor. —le volvió a decir y ella se removió incómoda tras la manta que le habían dado. —Señorita, quedará bajo arresto.

—¿Cuales son los cargos? —preguntó Ji Yong al lado de ella. Había puesto toda la atención en el oficial que Vant no podía.

Todos estaban fuera de la casa, cercanos a los acontecimientos ocurridos hace unas cuantas horas.

El sol les pegaba directamente sobre los ojos, pero aún así el rocío de la mañana les congelaba las narices. Más a Vant, que parecía que su alma ya había abandonado su cuerpo hace tiempo.

—Dos homicidios. —dijo de mala gana el oficial.

Ji Yong apretó a Vant aún más bajo su abrazo.

—Aún no puede comprobar aquello, la señorita hablará solo delante de su abogado, y cuando tenga una orden de detención. —habló claro y sin ninguna duda.

A lo que él oficial asintió, con algo de desconfianza.
Habían llegado tarde y más encima su trabajo lo hacían de muy malas ganas.

Una vez que el oficial se fue de aquel lugar, Yeonjun llegó hasta ellos, abrazando con fuerza el cuerpo frío y tembloroso de su hermana.

—Debemos ir a casa... —le dijo y pareciera que aquellas palabras fueron un detonante para el llanto de Vant nuevamente.

Había estado llorando desde que la encontraron y no había parado hasta hace pocos minutos.

—Yo quiero ir con él... —dijo entre sollozos, apretando con fuerza la cintura de su hermano. —te lo ruego, siento que muero...

G dragon sintió su corazón cálido removerse inquieto. No le gustaba ver a su aprendiz perfecta tan mal, y estaba seguro que haría lo que fuera por ella. Desde que se volvieron amigos había sido así.

—Iremos con él... —dijo seguro. —le diré a Tae que nos espere con algo caliente. —se alejó, y de sus bolsillos sacó su celular para marcar el número de su compañero.

Yeonjun suspiró agotado, había trasnochado y había visto a su hermana en aquel estado tan terrible. Pero sobre todo, había visto las consecuencias que dejaron los actos de Chanyeol.

Yuta en estado grave de inanición, y Jungkook luchando por su vida también.

Vant secó su llanto y asustó a su hermano cuando le mostró una de sus manos ensangrentadas.

—Estoy comprometida. —le dijo tratando de forzar una sonrisa. Que pronto se volvió llanto otra vez.

Yeonjun miró el hermoso anillo que tenía entre sus dedos y volvió a abrazarla con más fuerza.

—Felicidades hermanita... —suspiró —ya verás como él estará bien.

—Yo lo metí en esto Yeonjun, no sé qué pensar, ha sido mi culpa... —sus jadeos y lamentos dolían en su propio cuerpo. —si ha Jungkook le pasa algo...

Ya no podía más con la incertidumbre. Hace mucho se habían llevado a Jungkook y no tenía noticias de él alguna.

—Jungkook es el tipo más genial, fuerte y valeroso que he conocido jamás... ademas ¿sabes que otra cosa hace él muy bien?

—¿Qué?

—Amarte demasiado, no dejará este mundo sabiendo que anda Yoongi suelto, créeme. —le dijo seguro.

𝐸𝑛 𝑡𝑢 𝑝𝑖𝑒𝑙 𝑒𝑠𝑡𝑎𝑏𝑎𝑛 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora