Capítulo 1

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La historia de amor entre Jae bi y Jungkook inició hace más de un año, cuando ella pidió acompañarlo a París luego de terminar un hermoso cuadro

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La historia de amor entre Jae bi y Jungkook inició hace más de un año, cuando ella pidió acompañarlo a París luego de terminar un hermoso cuadro. Trabajo hecho junto a la compañía de Jungkook.

Primero el se había negado ante tal petición, pero no pasó ni un día y ya había cedido ante los posesivos ojos miel de ella.

Ahora caminaban de la mano, por las cálidas calles de Paris, Francia. Ambos se miraban cómplices, dándose tiernas y tímidas sonrisas al azar.

Aunque para la mala suerte de él, o quizás buena, Jae bi no dejaba de pensar en la última crisis que su compañero había tenido. Hacía un mes que Jungkook se había calmado y no pedía su ayuda.

¿Era bueno o malo que el chico que siempre pedía por ella, ya no lo hiciera?

Sin embargo, a pesar de las constantes señales de alerta de su mente, se dio aliento para concretar uno de sus mejores sueños.

—¿No crees que ya es tiempo? —Jae Bi, apoyó su cabeza en aquel hombro tan fuerte a su lado. 

Jungkook hizo una mueca al no entender a la castaña, muy concentrado iba en no pisar las líneas del suelo.

—¿Tiempo de qué? —preguntó, acariciando la corta corta melena de ella.

—De que me pidas ser tú novia... —se despegó del cuerpo de él, para mirarlo con una amplia sonrisa.

—No empieces, por favor, Jae Bi, estamos muy bien así... —fue directo, aunque siempre con miedo a su reacción. —no hay porque pedirlo, tú y yo sabemos bien lo que somos.

—Pero te amo, Jungkook... y exijo que me lo pidas. —una melódica voz exigente salió de sus labios.

—Yo también te quiero, Jae Bi...

—¿Me quieres? —Ella hizo un puchero —Debes amarme... —su mano apretó la de él, demandando más aprecio.

—Me gusta estar contigo. —recalcó.

—No es lo que quiero escuchar, Kook. —Ella se detuvo, molesta por el incómodo momento.

Jungkook sintió el miedo en su paralizado cuerpo. Sentimiento que parecía no querer dejarlo en ningún momento.

—Eres especial para mi... —buscó otro recurso, desesperado.

—Solo di que me amas. —bufó.

—Jae Bi... —El la miró enternecido. —No puedo... —bajó la mirada, triste.

—Vete al diablo, Jungkook. —dijo enojada, comenzando a caminar más rápido para alejarse de él.

Lo cierto es que Jungkook no podía decir aquellas palabras, él mismo se había prometido jamás volver a decirlas, tenía miedo de perderla, de que se vaya y él quedar en algún tipo de limbo.

𝐸𝑛 𝑡𝑢 𝑝𝑖𝑒𝑙 𝑒𝑠𝑡𝑎𝑏𝑎𝑛 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora