-¡Nini! -grito.
-¡Natty! -viene corriendo hacia mi para abrazarme- Parece que hace años que no te veo.
Asiento. Estrugandola fuerte contra mí.
-Que tal en ese instituto.
-Pues hechandote de menos.
Se ríe.
-Que, ¿algún chico guapo? -levantaba Nini una ceja.
-Todos son unos chulos-putas.
-¿Como tu hermano?
-Ajá. -asiento riendome.
-¿Y las chicas? ¿Alguna maja?
-Nah. Que va. Todas unas guarras. Menos una tal Sara. Ella es maja, me senté con ella en Latín. Es distinta a las demás. Ella no va de diva.
Nini sonríe.
-¡Ahhh! -gritaba Daniela, que por cierto casi me deja sorda.
Y se va corriendo.
¿Y a esta que le pasa ahora?
Me giro y veo a mi hermano, con Dani y Jesús al lado, los cual están siendo espachurrados por Daniela.
Me río. Es imposible no reirse siendo eso.
Me levanto del césped donde estábamos sentadas y me dirijo hacia ellos.
-Eh, Nini, tranquila que te va a dar un patatús. -digo intentando separarla de los gemelos.
Cosa imposible. Tras unos minutos se separa de ellos.
Y vuelve a gritar.
-Chica, pero que te pasa. -me río.
-S-so-son... ¡Ahh! ¡Gemelier! -seguía gritando.
-¿Gemelier? -pregunto dudosa.
-Y te acuerdas que te dije que eran famosos por que salieron en un programa de canto. -me aclara mi hermano.
-Ah, sí, ahora lo recuerdo. Pero sigo sin saber quienes son.
-¡Tía! Me voy a tu instituto ya pero ya. -le salían lágrimas de la emoción.
-Ves como nadie se puede resistir ante Daniel Oviedo. -me susurra Dani.
Le miro mal.
-Yo si -digo en un susurro- te lo repito.
-Toma. -me tinede mi hermano las llaves de casa- Papa y mama se van de viaje. Así que no estarán en casa. Y supuse que te habías olvidado las llaves, como siempre.
Ups.
Las cogo y me las guardo en el bolsillo.
-Bueno podemos hacer algo los cinco, ¿no? -propone Dani, pasandome su brazo por mi cintura. O incluso un poco más abajo.
-Eh tu. -me dirijo a Daniel- Quita de ahí la mano si no te quieres quedar sin ella.
-Ah salido dura la niña eh. -me quita su brazo de encima.
-Que se le va a hacer.
-Ya veo que si que te sabes cuidar sola. -me susurra mi hermano al oído.
-Ya te lo dije. -le guiño un ojo.
-Bueno, ¿queréis ir a tomar algo? -Jesús secunda la idea que propuso Dani hace unos segundos.
-Por favor. -me replica Nini alargando mucho la "o".
Me pone cara de cachorrito.
-Vale, vale. -accedo, pero solo por mi mejor amiga.
-Wi. -dice Nini alargando la "i".
-La que me espera. -digo en susurrro para que nadie me oiga.
Pero Daniel lo hace.
-Tranquila, que to te salvo.
Le miro mal.
Bufo.
Los cinco comenzamos a andar hasta un parque cercano. Nos sentamos en un banco. Tal que estábamos en este orden: Yo, Dani, Nini, Jesús y mi hermano.
Daniela en medio de los gemelos, obvio.
Que ligona la' Nini. Jajaja.
Estuvimos toda la hora en el parque.
-¡Tengo hambre! -imterrumpo la conversación.
Mi hermano me mira mal. Como siempre que digo que tengo hambre.
-Pero sus con las seis de la tarde. -replica Javier.
-¿Y? Yo tengo que comer cinco veces al día. Si no, tengo hambre. Y si tengo hambre te pienso comer un pie. -le hecho una mirada asesina.
Y todos estallaron en carcajadas.
Bufo.
-¿Hola? ¡Que tengo hambre!
-Bueno, pues vamos a comer algo. Que la niña tiene hambre. -propone Nini al final.
-Gracias. -sonrió victoriosa.
Llegamos a un burguer. Y yo ya iba a tomar mi merienda-cena.
Nos sentamos en una mesa de seis personas. Tal que yo estaba entre Nini y Javi. Y en frente los gemelos.
Nos traen la comida. Y todos me miran mal.
-¿Que pasa?
Y comienza a reírse Nini y seguidamente los demás.
-Tia Natt, ¿porque te pides un Happy Meal?
-¿Quiero el jugete vale?
No me pude resistir. Me contagiaron su risa.
-Vale. Dejadme comer. Que sigo hambrienta. -intente ponerme seria, pero era imposible.
Cuando nos quisimos dar cuenta de la hora, ya era muy tarde. Entre las risas y las hamburguesas perdimos la noción del tiempo.
-Me tengo que ir. -decía Nini- Mañana espero veros. -nos miraba, pero sobretodo a Jesús.
Asentimos todos.
-Supongo que nos iremos ya, ¿no? -preguntaba al ver salir a Nini por la puerta.
-¿Tienes prisa? -me picaba mi hermano.
-Tengo sueño.
Se rien todos.
-Es lo único que haces, comer y domir. Si no jugaras al voleibol, serias una vaga en todas condiciones.
-¿Juegas al voleibol? -se asombra Jesús.
Asiento.
-Y es de las mejores. -afirma mi hermano Javier.
-Eso hay que verlo. -dice Dani poniendo cara de pillo.
Le hecho una mirada asesina.
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