El que juega con fuego se quema.

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-¡Dámelo! -le ordeno a mi hermano.

-Uy, uy. ¿Y si no?

-No quieras saberlo. -le miro mal.

Enseguida le lanza mi libro a Jesús.

-Dámelo o morirás. -le amenazo.

Pero no me da tiempo a cogerlo porque se lo pasa a Dani.

-Más te vale darmelo. -le hecho una mirada asesina.

-Cogelo tu. -me reta.

Y me abalanzo sobre él. Haciendo que ambos nos caigamos al suelo. Peleo por el libro, y al final salgo victoriosa.

Me coloco el pijama, que es un pantalón corto y una camieta que me queda un poco pequeña. Normalmente me suelo poner una camisa grande, pero con esos dos en mi casa... Creo que no.

Así es, los gemelos de quedan en mi casa a dormir. Mi hermano les ha invitado aprovechando que no están mis padres.

-Mañana me voy a traer yo a Nini. Os vais a cargar. amenazaba- Mis libros son sagrados. -apunto.

Como ya sabéis, la literatura es mi debilidad, amo leer libros. Y los cuido como si fueran mis hijos. Son muy importantes. Cada uno tienen una historia que contar. Cada uno tiene unos personajes con sus respectivos problemas e inquietudes. Son muy preciados para mi.

Lo dicho, me coloco el pijama y me subo mi habitación.

-Que ese culo no pase hambre. -gritaba Dani desde el sofá mientras yo subía las escaleras.

Le giro y le miro mal. Al igual que mi hermano. El cual coge un cojín y se lo estampa en la cara. Y empiezan a jugar a las 'peleillas'.

-A mi hermana ni mirarla. -le decía mi hermano a Daniel.

-Pero es que esta muy buena. -le respondía este.

Yo abro mucho los ojos y bufo.

Esas palabras le enfurencieron un poco más a mi hermano. Y siguieron peleándose. Pero así en plan broma digo yo. Ya que se están riendo mientras luchan con los cojines del sofá del salón. Y Jesús tan pancho en el sillón, observando la escena. Y descojonandose, por cierto.

Yo subo a mi habitación dejando a esos tres a la voluntad de Dios.

Me descalzo de mis zapatillas blancas de andar por casa dejándolas al pie de la cama. Me tiro en plancha a la cama.

Suspiro.

Tengo mucho sueño.

[...]

Narrador enpersona:

-¡Deja ya la miel! -explicaba Javier- Yo creo que ya basta.

Pero Daniel seguía untando la cara de Natt con miel.

-Tss. -posaba Javier el dedo sobre sus labios- Callaros. Que al final se despierta.

-Vale, vale. -ponía una mueca rara Daniel.

-Va chavales, que esto ya esta. -susurraba Jesús.

-Venga todos detrás de la puerta. -aclaraba Javier.

-Espera, espera. -cogía su móvil Daniel, poniendo la cámara y sujetándolo sobre unos libros.

Le da al botón de grabar y el chico se reúne en la puerta con los demás.

-Ahora. -decía Javier en un tono más alto aún que todavía en susurro.

Jesús, que tiene un hilo en la mano, tira de él. Y un cubo repleto con plumas de colores y lentejuelas cae sobre Natt.

Narrador enpersona [Natt]:

Oía risas. Muchas risas. Y un extraño cosquilleo por toda la cara.

Abro lo ojos. Aun que me cuesta un poco, es como si tuviera pegamento en los párpados. Veo que la luz del pasillo esta dada y que por la puerta, entre abierta, asoman tres siluetas conocidas.

-Nada bueno puede estar pasando. -pensaba.

Me levanto de la cama, poniéndome del derecho sobre ella. Pero me doy contra un objeto metálico. Y me empieza a retumbar toda la cabeza.

-Auh. -me quejo.

Y las risas aumentan.

Salgo de la cama y ando descalza por la habitación hasta la puerta.

Noto mi cara rara. Me la tocó a la vez que abro la puerta.

-Pero, ¿esto que es? -me miro los dedos manchado de una extraña pasta.

Y veo a Jesús con su móvil. Haciéndome una foto a la cara. Las risas cada vez son mas fuertes. Y no se si es el sueño que tengo o la pasta que tengo en la cara no que hace que no me de cuenta de todo el alborlto que es están causando.

Voy corriendo hasta el baño, enciendo la luz. Corro hasta el espejo y me mirl en él.

-¡Yo os mato! -gritaba desde el baño.

Me quite todas las plumas y casi todas las lentejuelas. Pero la miel estaba todavía pegajosa y no se me quitaba.

Salgo del baño. Hechando humo. Y me dirijo hasta la puerta, donde todavía se están riendo. Les hecho una mirada asesina. A todos y cada uno de los presentes y culpables del estado de mi cara ahora mismo. No debían haber hecho esto. El que juega con fuego se quema, y ellos van a arder.

Mi única verdad. {Jdom}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora