Epifanía Total || 15

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Katya Petrova

Una gran sonrisa resplandecía por todo mi rostro, llevaba mi uniforme perfectamente acomodado junto a mí característico listón rojo pero, hoy había algo diferente.

Estaba feliz, animada y muy motivada a vivir, nuevo, lo sé. Caminaba por los pasillos dándoles sonrisas y cumplidos a todo aquel que se cruzará en mi camino, causando sonrojos, suspiros y una que otra mirada deseosa.

Pare en medio del patio, mirando con atención a todos los alumnos correr, gritar y divertirse. Mire el sol que como nunca brillaba y resplandecía con un diferente semblante, uno con un aura inquebrantable.

Baje mi mirada, observando a una cabellera teñida de color rosado chillón.

Primera vez en mi vida que veo que le queda bastante bien.

Ella iba corriendo, persiguiendo a cada persona que pasará por su camino, como esas acosadoras de los famosos buscando un autógrafo o al menos una mirada de parte de ellos. En sus manos llevaba unos folletos que no alcance a leer, trataba de entregárselos a los demás pero ninguno lo aceptaba, se notaba que quería llorar, tenía una ligera capa de sudor en su frente y noté su desesperación.

Por un momento me dió lástima, ella solo quería entregarles sus folletos. Hice un puchero, lamentándome de que veces anteriores la tratará como la mismísima basura.

Entonces, un foco en mi cabeza se prendió, dándome una increíble idea de la que más tarde me arrepentiría. Me acerque a ella corriendo, ella estaba de espaldas y me le lancé encima, provocando que impactaramos fuertemente con el suelo.

Un quejido provino de ella, yo me senté y le sonreí, noté como ella estaba algo desconcertada pero al notar quien era me sonrió.

-¡Katya! - saludo animada.

-¡Cailin! - le devolví el saludo con el mismo entusiasmo y un repentino y extraño abrazo hacia ella, el frunció el ceño pero me correspondió a mi acto cariñoso.

-¿Qué traes allí? - pregunté como cualquier niña pequeña curiosa. Ella levantó el folleto y lo agarré entre mis manos.

-Es un programa de adopción para animales en estado de calle - inicio -. Creamos un centro de adopción entre varios compañeros y así es como estamos llevando a cabo el proyecto Sanación, uno en el cuál ayudamos a darle una mejor vida a los animalitos - dijo con pequeñas lágrimas en los ojos-. Hacemos todo esto por ellos pero nadie quiere ayudar a la causa, prefieren que se quede así o ignorarnos.

Sin darme cuenta las lagrimas ya estaban cayendo por todo mi rostro, sonreí, dispuesta a ayudarla.

-Yo te ayudaré - afirmé limpiándome las lagrimas con el dorso de mi mano-. ¿En qué te ayudo?

Ella amplió una gran sonrisa, asintiendo mientras me entregaba la mitad de los folletos que llevaba en sus manos.

-Debes entregárselos a todos y volver a este lugar sin ninguno de ellos - me avisó, con un semblante serio.

- Será fácil.

Ella río sin gracia.

-Eso lo dices porque no has pasado todo el día de hoy caminando tratando de que se llevará aunque sea un miserable folleto, no he logrado nada pero tú - dijo con un brillo en sus ojos -. Tú puedes lograr algo.

Asentí.

-Tranquila que llegaré sin un folleto - le guiñé un ojo.

Me levanté del suelo, recordando de que no nos habíamos levantado. Me despedí de ella con la mano, dirigiéndome a algún lugar.

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