Capítulo #13★ Un buen polvo 🍷 Felipe

21 4 0
                                    

Acabo de regresar de un largo viaje.

Estoy muy felíz, este ha sido mi primer pedido y fué todo un éxito.
Al final no me reuní con el responsable antes de la entrega porque él se encontraba trabajando pero ayer fui y nos conocimos por fin.

Eran 6 grandes barriles de nuestro mejor vino, nuestros mejores añejados. En botellas claro.

Partí ayer a Río Grande Do Sul y al fin hoy, regreso.
No me corresponde a mí entregar pedidos pero como fui el encargado de todo, decidí que sería conveniente.

Llevé conmigo a Diana y Stella, trabajadoras de la empresa encargadas casi siempre en envíos y pedidos.

Tuve la oportunidad de conocer a nuestro personaje, el señor Steven, sin duda es un gran empresario. No sé porqué su otro negocio no funcionó pero éste en particular, es muy próspero, una gran coorporación de alimentos. Estuvimos conversando y me dió algunos detalles acerca de lo que ha sido su empresa.

A mí regreso, haremos una pequeña celebración por este gran logro. Y aprovechando que ya casi entra el fin de semana, no hay problemas con unas copitas de más.

Han pasado 2 días ya, desde que Lana tuvo ese disparatado momento que aún no logro explicar en mi cabeza.

Parecía que estaba todo muy bien y sin duda yo no hice nada malo, o bueno, eso creía pero ahora no estoy seguro de nada y no logro comprender.

En ese momento, ella sin duda la pasaba bien, sus gemidos hablaban por si solos pero ella es tan extraña, ya ni se qué pensar.

Es tan testaruda que no se dejaría ayudar, simplemente lo sé. Pero fue muy extraño la forma en la que se apartó de mi, diciendo que estaba mal y no sé que otras cosas. No pude replicar porque salió inmediatamente.
Desde entonces, siento que ha estado evitandome, no lo sé con certeza pero es la impresión que tengo.

Estamos todos reunidos en el gran salón, el trabajo terminó y todos sostenemos una copa de vino para brindar.
Observo a Lana desde el otro lado de la sala y sin duda, mi vista se nubla con tanta belleza.

Luce especialmente hermosa hoy. Lleva un vestido de manga larga y escote en V que me da una buena vista y baja hasta sus pechos. Además sus piernas también tientan ya que el vestido no le llega a las rodillas.

Ella ríe junto a unas compañeras que parecen estar contándole algo y yo solo me pregunto...

«¿Qué es eso que te atormenta Lana?»

«¿Cómo es que alguien que parece tener una vida perfecta y ningún problema, se crea tantas barreras?»

Mi vista cambia de dirección en el momento en el que James decide tomar la atención de todos para el brindis.

- ¡Brindemos por éste pedido exitoso, por la empresa y porque como el día de hoy hayan muchos más!

- ¡Salud! - Decimos todos al unísono chocando nuestras copas entre sí.

Tomo un sorbo de mi vino y camino sin dudar hacia donde ella se encuentra.

- Salud, - digo chocando mi copa con la suya. Se sobresalta y dice, - Eh Felipe, ¡salud!

- ¿Cómo estás? No hemos hablado en unos días y pensé que necesitabas algo pero no quer...

- Incomodar, - termina por mi.
- Que considerado eres, gracias por el detalle.

Dijo eso mientras se volteaba completamente dándome la espalda y volviendo a platicar con quienes estaba antes.
Definitivamente, le falta tacto.

«Fui completamente ignorado»

Estuve un rato más en la reunión hasta que me cansé y me fuí a los puestos de oficinas a sentarme un rato, tal vez a pensar solo o simplemente a gozar de un poco de paz.

Todo estaba tan callado sin el sonido de los empleados de un lado a otro. Tan quieto, cada cosa en su lugar, escritorios con papeles y carpetas encima pero todo tan delicadamente colocado.
Aunque aún se escuchaba la música del salón, era muy bajo por lo lejos que me encontraba.

No sé cuántos minutos pasaron, tal vez media hora, tal vez menos, lo que si se es que estaba en un estado de trance, meditando con mi mente, o tal vez solo en un punto inerte de mi cabeza en el que simplemente no podía pensar.

Y entonces pasó ese torbellino llamado Lana, sacándome de ese estado paralelo en el que estuve y trayendome de vuelta al mundo real.

Iba a 2 pasos más allá de dónde yo me encontraba sentado, más bien echado en una silla. Apresuró el paso cuando notó que era yo quien estaba allí y no pude contenerme.

Me levanté de golpe y la sujeté del antebrazo.

- ¿A dónde vas? ¿Te encuentras bien?

- Si, suéltame. - Solo pidió eso ocultando su rostro a toda costa.

- Solo dime a dónde irás, no pareces estar bien.

- ¡QUE ME SUELTES! - Me espetó una Lana muy molesta volteandose de frente a mi y soltándose de mi agarre, eso causó no solo que me sorprenda sino también que me enojara, hasta aquí había llegado mi paciencia.

No sé que le estaba pasando pero no era mi culpa.

- Escucha, no sé que te pasa pero eso no te da derecho de gritarme. Solo preguntaba.
- Llevas 2 días evitandome y no intentes negarlo. No te entiendo y es tan difícil verte un día bien y al segundo siguiente solo no poder hablarte, además, estás siendo egoísta porque solo te preocupas por ti misma y ya no sé...

- ¿Terminaste? ¿Acaso estás escuchando lo que dices Felipe?
- Pareces un novio clamando por más atención a su chica.
- Te recuerdo que no somos pareja, no tienes porque preocuparte por mi y no, no estoy siendo egoísta. ¿Quieres saber qué me pasa? Perfecto, ya es hora de que hablemos.
- Pasa que ya no quiero estar más contigo, que esos encuentros que tuvimos deben parar y si eso es reducirnos a ser jefe y empleada pues bien, aceptaré sin chistar pero entre nosotros ya no hay nada.

Quedé tan atónito que no podía pronunciar palabra. Todo lo que dijo fue como si era algo que estaba cargando y se liberó.
No pensé que estuviese mal por eso, es que aún no entiendo.

Las veces que estuvimos juntos disfrutó, disfruté, lo pasamos bien y yo sé que fue así.

¿Que pudo haber pasado por la cabeza de esta mujer como para que de pronto se vea obligada a pedirme que cortara con todo?

«A este plano ya empiezo a creer que sufre algo mental»

No sé cómo comenzar a hablar pero ella está esperando por una respuesta viéndome fijamente.

- Okey yo... Definitivamente no me esperaba eso. ¿Qué hizo que cambies de opinión?

- Eso no es tu problema, solo no quiero nada contigo.

Y otra vez el témpano de hielo volvió, si, esa es la Lana que conozco.

Reconozco que me enoja que me trate así como si tuviera derechos sobre mi. Esto está mal pero no puedo doblegar ante ella. Es eso lo que quiere.

- Perfecto. Eso quieres, eso tendrás.
No nos volveremos a ver salvo asuntos de la empresa. A partir de ahora no eres más que mi empleada, en realidad siempre fuiste no más que eso.
Un buen polvo lo encuentro en unos días y esto habrá quedado atrás. No sé que locura te habrá pasado pero no eres irremplazable cariño, nadie lo es. Solo fuiste la que calentó mi cama mientras conseguía alguien mejor.

Con eso solo me dí la vuelta para ir de regreso a la reunión y volver con mi vida como si nada pasara porque en realidad, así es.

Se acabó mi caridad. Si ella quería conocerme de esta manera, sin duda lo haría.

Cuando tu vida se reduce a ganar todo por tu cuenta y no tener apoyo de nadie, deja de afectarte lo que piensen los demás y Lana Oliveira no sería la excepción en esta historia.

Mi Marca de VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora