Capítulo #17★ «Enamorado» 🍷 Felipe

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Me encuentro en una cama con la temperatura muy alta, mi madre está a mi lado, dándome de comer.

Cuando me enfermo solo me gustan los purés de verduras y ahora mismo me lo está dando a la boca, tengo unos 12 años al menos y no tengo idea de cuánto valoraria estos momentos años más tarde.
Papá entra a la habitación a decirnos algo.

- Debo irme a trabajar, cuida de él... - Le dice a mamá mientras dirige su vista a mi.

- Campeón, nos vemos más tarde, recupérate y recuerda que un Ferreira nunca cae derrotado.

Le doy una sonrisa antes de verlo salir para su trabajo como todos los días.

Siempre viví en un hogar muy unido, no entendía de problemas o responsabilidades hasta que me hice adolescente.

Para cuando pasó, fuí entendiendo lo que era un futuro y mi sueño más grande era ser empresario, quería ser como los señores que veía en autos lujosos con dinero pero más que nada porque sabría que habría logrado lo que un día quise y eso significaba que mis padres lo tendrían todo. Que nunca más les iba a faltar nada, cuando era más chico teníamos comida, si, pero papá y mamá trabajaban mucho para que así fuera, casi no tenían descanso y me enseñaron que para tener lo que quieres, primero debes trabajar mucho y esforzarte para que cuando lo consigas, te sientas orgulloso y recuerdes el día que imaginaste tenerlo y saber que ahora gracias a tu trabajo, es posible.

Nunca imaginé que para entonces, mis padres no estarían conmigo. Aún estudiaba cuando tuvieron un accidente que les quitó la vida, ese que me arrebató a las personas más importantes en mi mundo, toda mi vida estaba puesta en ellos. Era muy apegado a mi hogar y una parte de mí se desprendió el día que eso sucedió.
Pasé noches sin dormir, lamentándome por algo que nunca habría podido evitar pero que aún sabiendolo me sentía impotente por seguir vivo cuando solo quería acabar con mi vida.

Esa típica frase de... "Mi mundo se vino abajo" la conocí en ese momento. Con esa llamada telefónica, toqué fondo como nunca creí que lo haría y consideré muchas cosas.

Pensé que si ellos no estaban, mi vida tenía que acabar también y casi lo intenté pero luego me convencí de que si existía algo más allá de la muerte, entonces me encontraría con mis padres y si así era, mamá estaría decepcionada de lo que hice, no quería eso... Tampoco quería que piensen que me daba miedo no lograrlo sin ellos así que decidí seguir, aunque en ese momento no tenía idea de que iba a poder lograrlo.

Decidí que al menos debía intentarlo por ellos, por la educación que me dieron, por las promesas que me había hecho, porque no vine al mundo a dejarme caer y porque como decía papá... Un Ferreira nunca cae derrotado.

No fue fácil, al principio cada día era una tortura más, conforme pasaba el tiempo entendí que algún día iba a ser más fácil. No porque los olvidara, tampoco porque iba a sanar porque cuando amas de esa manera, el tiempo y la vida no te alcanzan para sanar pero si para sobrevivir cada día a la batalla de perder a alguien que ocupaba un verdadero lugar en tu vida.
Y gracias a la constancia y a la memoria de mis padres, que nunca faltó en cada día después de eso... Aquí estoy hoy, con todo lo que un día me propuse ser. Un empresario, con dinero, con una buena vida, trabajando como me gusta, en la ciudad a la que alguna vez pensé al menos visitar.

Maldigo por dentro porque siento que nada de esto me basta y pienso que soy una horrible persona porque muchos matarían por lo que yo tengo y yo estoy aquí, frustrado porque siento que necesito más y no se que demonios es eso que necesito.

A quien carajos engaño. Claro que lo sé, es Lana y sus malditos estereotipos adictivos los que quiero en mi vida.

Siempre me ha gustado saber el por qué de las cosas y este en particular no lo entiendo... Se supone que si fuera atracción sexual no estaría tan perdido en el mundo solo por no tenerla, ya la tuve en mi cama así que no es que no lo haya logrado. Tampoco quiero utilizarla así que no sé.

- ¡Tierra llamando a Felipe! - James aparece en mi campo de visión agitando sus manos y salgo de mi momento de trance de recuerdos y suposiciones orbitrarias.

- Hey, ¿Qué sucede?

- Ah no sé, a parte de que estás enamorado, no pasa mucho por aquí, a menos de que te pase algo más.

James solo se limita a soltar un risa burlándose de mi estado y supongo que de mi cara en este momento mientras sale y yo me quedo plantado en mi oficina rebobinando lo que acaba de decir.

«Enamorado»

Esa palabra alguna vez estuvo en mi diccionario personal, cuando aún creía en la vida y las buenas cosas. Antes de la muerte de mis padres, luego de eso me prometí que nunca más pensaría en esa suposición. Creí que si no me aferraba a nadie más allá de algo sexual, nada malo pasaría. No volvería al sentimiento de que la vida te falle y por eso solo tengo sexo sin más con las personas.

Claro que no me equivoqué. James está equivocado, errado porque yo no estoy enamorado de nadie, mucho menos de una persona como Lana, ella es muy... Muy determinada. Y yo no podría estar con una persona así, en realidad no quiero estar con nadie así que fin de esta ola de pensamiento sin fundamento. Se acabó. Estoy perfectamente.

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Termino mi almuerzo y estoy recogiendo para ir a botar el recipiente desechable cuando escucho la canción del tono de mi celular.

Descuelgo y Charlie Puth deja de sonar en la terraza de la empresa donde hace un momento estaba comiendo.

- Felipe Ferreira, ¿Quién habla?

- Buenas tardes, habla el señor Andrade. Ya nos conocimos, lo llamo porque es su número el que tengo agendado y no se han comunicado conmigo aún para los detalles del nuevo pedido.

Pensé que ya James se había encargado. Es extraño, él es muy cumplido.

- Disculpe las molestias señor Andrade, no sabría decirle mucho la verdad, esta vez mi socio James será quien atienda este pedido pero ahora mismo le digo que se ponga en contacto con usted.

- Muy bien, cuánto antes tenga la carga, para mí será mucho mejor. No pretendo pasar mucho tiempo en Sao Paulo.

Cuelgo al cabo de unas cuantas frases más y me dirijo a dónde se encuentra James para notificarle.
Después decido que aún me queda algo de trabajo antes de ir a reunirme con unos posibles compradores, algo capta mi atención... No algo, alguien.

Ella está en la terraza, justo donde yo estaba hace un momento, se ve tan llena de luz que quiero acercarme.
Doy unos cuantos pasos hasta la puerta del lugar. No puede verme porque se encuentra de espaldas y está hablando por teléfono.
Se escucha frustrada. Me pregunto con quién hablará.

- No puedo simplemente suponer que no existe. Verlo ya es difícil y no se que hacer, ni siquiera se por qué me pongo así.

Oh no, no debo escuchar conversación ajenas. Me dispongo a salir y cuando voy a darme la vuelta... Escucho algo que jamás pensé escuchar.

- Ayúdame Chiara, no sé que hacer. Esto es más fuerte que yo.

¿Quien es Chiara? Y ¿Por qué Lana le pide ayuda? ¿Con qué?

- Ya sé que soy una tonta pero es mi jefe y esto me destruye, ni siquiera se por qué demonios le dije que me dejara en paz, a veces soy tan estúpida.

Un momento... Está hablando... de mí. ¿De quién más si no? Es obvio que soy yo pero, ¿En serio se arrepiente de haber hecho lo que hizo? Ahora entiendo menos y solo pienso en salir de aquí.

Apresuro mis pasos en dirección contraria lo más rápido que puedo, cuando estoy lo suficientemente alejado suelto un suspiro exasperado.

¿Por qué tienen las mujeres que ser tan difíciles? ¿Y por qué me afecta esto? ¿Qué pasa conmigo?

Si hay algo de lo que estoy seguro, es que no soy el único que duda de esto, al menos, ahora sé que ella también está confundida pero... ¿Lo estará de la misma manera que yo? Agh, ni siquiera sé cómo estoy yo.

¡Al diablo los compromisos de hoy! Me voy a casa, necesito despejar mi mente y la única forma es no estar cerca de esta mujer.

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