¡Soy un desastre!
Es lo único que no paro de repetirme desde que reaccioné a lo que estaba pasando.
No solo fuí a un bar con Justin, sino que además bebimos como si no existiera el mañana, casi abusan de mi, me salvó alguien que no tengo idea de quién era pero que sin duda sabía que tenía un hermano "sospechoso" en fin, soy paranoica a veces y fui nuevamente salvada por mi amiga y si ella no hubiese llegado, no tengo idea de la locura que pudimos haber cometido.
Me siento realmente avergonzada de mi conducta.
La cabeza aún me da vueltas.
Ya estoy en casa, después de llamar a James para avisar que no podía ir hoy, tras unas horas de llamarme desastre y autocompadecerme de mi situación, decido que ya es hora de recapacitar y ser yo nuevamente.
Aprovecho lo que me queda de día para ver una película sobre un acosador online que buscaba a adolescentes para hacerles quien sabe que y rompo mi plan para darme otro baño, siento que aún huelo a alcohol. Salgo de la ducha, goteando por todo el piso.
<<no sé por qué tengo esa mala costumbre de no secarme antes y ensuciar todo con agua>>
Y entonces se me ocurre algo. Si, voy a salir.
Una persona normal tal vez se quedaría todo el día en casa para descansar luego de todo lo que pasé, creo que hemos quedado en que claramente "no soy una persona normal" así que voy a salir.
Me apresuro a colocarme unos vaqueros un tanto anchos y una blusa ajustada que deja una franja de mi abdomen visible, me dejo el cabello suelto y salgo en un apuro.
De camino al estacionamiento, me aseguro de quedar con Marco, le he dicho que nos encontremos con Nahin para tomar algo, llevo un rato ya sin salir con ellos y solo he visto a Chiara. En conclusión, los tengo abandonados.
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— Si, me siento abandonado gime Marco en un tono casi mood puchero que me causa ternura — yo la ví ayer dice Nahin. Borracha pero la ví. — Me tenso solo de recordarlo, Chiara me dijo que él fue quien recogió mi coche así que le debo una.
Nos encontramos en una pequeña tienda en un centro comercial al que Nahin siempre le gusta venir y como tengo que compensarlo por lo de ayer, entonces los invito yo. Es más una cafetería rara aunque bonita.
El lugar es algo bohemio pero es acogedor, afuera hace un viento frio como en señal de una posible lluvia, espero que no ocurra aún porque no he traído nada para abrigarme. Sigo viendo las decoraciones porque aunque haya venido antes, siempre me dan intriga.
— Lana, quería decirte que me he atrevido a llamar y si que me dieron una cita, a la galería.
— Eso es increíble cariño — digo orgullosa de él. Marco es un excelente pintor, sus obras a diferencia de muchas, transmiten, tienen carácter y la única razón por la que no había expuesto aún, es porque no se atrevía, me siento muy feliz por él.
— ¿Ya te has reunido con ellos? — Le pregunta Nahin, — ¿o han quedado para... — No. — Lo corta Marco — Solo quedamos en ir a ver mis pinturas y si les gustan, entraría en la próxima exposición que tendrán.
— Lana, se que me has ayudado mucho pero ¿Te importaría venir conmigo? Será en unos días y estoy tan nervioso que no se si yo... Si pued...
— Ey tranquilo si. Claro que iré, solo dime cuándo es y quedamos. — ¿Vienes con nosotros? — Pregunto a Nahin — Oh eres un sol pero no, quiero decir, me encantaría pero al parecer mi mejor amigo aún no me invita y eso que yo sacaría muy buenas fotografías de su exposición.
— La ironía no te queda hermano, responde Marco — ¿Y bien? ¿Vienes o quieres una propuesta de rodillas?
— Eres un capullo pero ni modo, claro que iré. Nunca he estado en una galería de arte.
— Solo sé tu mismo y oh no, espera. Debes vestir menos informal que ahora y no ser irónico así que olvida lo que dije antes, no seas tú mismo.
Nos echamos a reír mientras Nahin le hace caras a Marco por el comentario de su ropa. Nahin siempre ha sido muy informal, ahora mismo lleva tan solo unos shorts a la rodilla de color crema con una camiseta a juego y tenís blancos y el es así, un alma libre, esa es su propia descripción. Yo, lo defino sin ataduras.
Mientras que Marco, es algo más estructurado, este lleva un vaquero desgastado con una camisa de botones y si, es perfeccionista, por eso sé lo que le cuesta dejarse llevar, como yo.
Seguimos charlando un poco más hasta que nos terminamos lo que ordenamos. Salimos de ahí y en cuanto vamos camino a mi coche, comienza a llover muy fuerte. Agh lo que me faltaba, no necesito un resfriado ahora.
Marco me toma de la mano para correr hacia el coche y Nahin nos sigue, una vez dentro, enciendo la calefacción porque si que hace frío. Estamos empapados y aseguro que no estaba en mis planes.
Me dan miedo las lluvias fuertes así que dudo a tomar el volante.
Nahin que nota mi inseguridad decide ayudar. Él y marco están en la parte de atrás.
— Muévete al asiento del copiloto, conduzco yo. — Solo me limito a obedecer y me muevo para que él haga lo mismo y pase al frente.
Una vez allí, no duda en encender el motor y por fin nos movemos.
