~Arizona~
Pasaron ya 9 meses desde que no sé nada de Callie, no hubo señales de ella, casi se acercaba mi cumpleaños y todo lo que pensaba era que vendía por mi ese mismo día.
Me convertí en un cuerpo sin vida, el cual se destruye constantemente, me lastimo a mi misma hasta el punto de llorar del dolor.
— Termina tu comida - ordeno mi papá, más de una hora estaba un la mesa tratando de comer, pero ni siquiera para eso tenía ganas ni fuerzas.
Miraba mi comida, tomaba mi tenedor y lo levantaba, pero mi mano volvía a caer.
Necesito una dosis de Callie, solo eso necesito, a mi Callie.
— Iré a dormir - me puse de pie pero su fuerte voz me ordeno que me volviera a sentar.
Todo de mi pedía por ella, mis padres ni siquiera tenían lastima por mi, por mi estado, por mi necesidad tan grande, me quitaron algo de mi por el cual vivía y disfrutaba de eso.
Ahora soy un cuerpo sin vida.
Sin antes que lo noté, corrí a mi habitación y me encerré ahí mismo tratando de trabar la puerta lo mejor posible.
Mientras escuchaba los fuertes golpes que daba en la puerta mi papá, mi cuerpo temblaba, tenía frío y junto a mis fuertes temblores no lo hacía muy llevadero.
Más de un año estoy desconectada de todo, desde que me quitaron mi celular, tablet y aquel celular que tenía guardado, no me permiten tenerlo salvó si están ellos supervisando.
Cosa que lo hace más complicado llamar a Callie, hablar con ella o tratar de comunicarme.
Necesito saber cómo está.
Me abrace a mi misma tratando de calmar mis temblores así, poder dormir y dormir.
— Arizona abrí la puerta o te quedas sin! - amenazó.
— No! - grite para luego encerrarme en el baño.
Espere a que se cansé de golpear y se fuera, siempre es lo mismo.
Después de que todo se quedará en silencio, decidí bañarme, Llene mi tina con agua hasta el tope, me desvesti y entre a aquella tina.
Si me siento un cuerpo sin vida, lo tengo que hacer realidad.
Me sentía fatal, prometí que la iba a esperar, que no me haría daño y ahora pensaba lo peor.
Lo siento mucho Callie...
Hundí mi cabeza y espere a que todo acabe en mi, estaba tomando una decisión tan egoísta y a un fin de mi sufrimiento y dolor para mí.
~•~
N
o termino como lo tenía planeado, desperte en un hospital nuevamente conectada a muchos cables y con horrible dolor al respirar.
— Bebé - ví a mi mamá acercándose a mi llorando y me abrazo despacio, sin sobrepasarse por mi estado.
Luego papá se acercó y dejo un beso en mi frente, olvide la última vez que fueron así conmigo.
— ¿Cómo te sientes Arizona? - el doctor entro al cuarto.
Intenté hablar pero no tenía fuerzas, el entendió y llamo a mis padres hacia afuera dejándome nuevamente sola.
Debía de buscar a Callie, ella trabaja aquí, aunque no creo que trabaje aquí, ese día fue un verdadero descontrol.
El doctor llevo a mis padres a llenar algunos papeles, ahí mismo entro alguien a mi habitación.
— Arizona...
Es mark, el alarmado se acerca mi, aunque siempre nos peleabamos por la atención de Callie, nos ganamos el cariño del otro.
— Callie... - susurre, hice mi gran esfuerzo para hablar.
El en su mirada, sentía lastima por mi.
— Se encuentra segura dónde está y te extraña mucho - se sentó en la camilla.
Unas lágrimas salieron de mi, el al instante las seco.
— Nada de llorar, eres fuerte y lucharas por esto - se puso de pie - debo irme, me echarán, luego volveré - me guiño el ojo saliendo de aqui.
Mis días en el hospital se trataban de dormir y comer, no hablaba y ni siquiera podía mirar a mis padres a los ojos, me tenía avergonzada y a la vez enojada con ellos.
Mi vida no tiene ni una pizca de motivación para seguir luchando.