IVÁN

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Vi salir a Matteo todo cabreado y lentamente me acerqué a él. Sinceramente siempre estaba así, le molestaba cualquier cosa, pero como es mi jefe y mejor amigo, debo hacerme cargo de sus peticiones.

Estaba en la barra con una botella de Whisky de Johnnie Walker, ya había bebido más de la mitad y me di cuenta que algo andaba mal, porque él no bebía tanto. Mejor dicho no bebía nada.

Me apresuré y le quité la botella de Whisky de los labios y este protestó haciendo un "hey" y fulminándome con la mirada.

— Tú no bebes. — dije mirándole mal y suspiró cansado. — Me vas a explicar ahora que cojones te está pasando y si no es así lo descubriré por mi cuenta.

— Clinton. — es lo único que dijo.

— ¿Nicole Clinton? — asintió. — ¿Qué tiene que ver ella con todo esto? — pregunté confuso.

— Necesitamos quitarla de nuestro camino. — dijo y le miré más confuso aún.

— ¿Perdona?

— Sabe lo del huevo. — fruncí el ceño. — Es muy astuta la cabrona, si no nos la quitamos del medio, estaremos jodidos.

— Dudo que pueda hacer algo y más en estas condiciones cuando recién fue liberada. — respondí.

— No la conoces. — me quitó la botella de Whisky y le dio otro trago. — Nicole es capaz de hacer lo que sea con tal de ser la número uno y tener mucho dinero.

— ¿Y por qué no hacemos equipo con ella? — pregunté y él se descojonó en mi cara.

— Nos traicionaría. — contestó y fruncí el ceño.

No sabía lo que había pasado entre esos dos, pero el conflicto era muy fuerte. Nicole me agradaba, tenía un temperamento muy fuerte y sería una gran ventaja tenerla al equipo ya que según entendí ella era la única que manejaba anteriormente al equipo antes de que acabara en la cárcel.

Aparte de tener buen carácter, era muy astuta y muy calculadora, cosa que a Matteo le jodía y demasiado, porque nunca se atrevieron a encararle a la cara y menos una mujer, solo Nicole, literalmente esa chica no le tenía miedo a nada, ni a la muerte.

En cuánto a Matteo, era el rey de la mafia, la cabeza de toda Italia, si quería ver el mundo arder, lo hacía, si quería que el presidente de Estados Unidos estuviera muerto, sería capaz de hacerlo. Todo lo que él deseaba lo hacía, y por lo más atractivo que sea mi mejor amigo, tan capullo era.

Trataba a las mujeres como juguetes sexuales, solo las usaba por una noche y luego las dejaba tiradas. Detestaba eso, pero no podía hacer nada, miles de veces le dije que busque una chica normal, pero se negaba diciendo: "el amor para mi ya no existe desde que mi padre mató a mi madre."

Sufrió demasiado en el pasado, pero eso no significa que tenga que encerrarse a sí mismo por dentro. Aunque no lo admita está dolido, en sus ojos fríos como la nieve se veía una pizca de dolor y tristeza, aunque nunca quería hablar de eso.

En cuánto a mi... Soy un ruso, rubio con ojos marrones, con tatuajes, me encantan los tatuajes a lo loco. Pero soy una persona calmada, me encariño con la gente que se debe y me lo tomó todo tranquilamente.

A diferencia de Matteo, yo no soy tan impulsivo, soy más maduro, me gusta pensar antes que actuar, pero como él es el jefe, a veces existen discusiones entre ambos, para no decir miles. Pero aún así le considero como hermano y sé que algún día ambos encontraremos la felicidad que merecemos.

— ¿Qué planeas hacer? — dije angustiado, sabía que algo malo iba a pasar.

— Hacerla caer en nuestra trampa. — apartó la botella de sus labios con una sonrisa maliciosa.

Dangerous: Juego TóxicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora