NICOLE

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Mientras observaba a Iván y Chiara desde la sala de estar, me sentí como si estuviera viendo un episodio de una comedia romántica en vivo. La pareja discutía acaloradamente, pero con una mezcla de humor y ternura que solo ellos podían lograr.

― ¡Pero si tú eres el que siempre deja los calcetines tirados por toda la casa! ― exclamaba Chiara, con gestos exagerados que hacían reír a Iván.

― ¡Es porque tienes una obsesión con el orden! ¿Por qué crees que tengo que vivir en un campo de minas de zapatos y revistas? ― respondía Iván, con una sonrisa burlona.

Chiara rodaba los ojos, pero no podía contener una risa juguetona mientras continuaban intercambiando bromas y comentarios sarcásticos.

Chiara lanzó un cojín hacia Ivan en un gesto juguetón, y él lo atrapó al vuelo con una sonrisa traviesa. Era evidente que disfrutaban de estas pequeñas discusiones, que para ellos eran más como un juego que una verdadera disputa.

― Vamos, admitámoslo, Chiara. Tu obsesión por el orden es casi tan impresionante como mi habilidad para crear desorden ― bromeó Iván, haciendo un gesto teatral con las manos.

― Oh, claro, porque es completamente normal encontrar tu teléfono en el congelador, ¿verdad? ― respondió Chiara con una ceja arqueada, pero sus ojos brillaban con complicidad.

La atmósfera entre ellos era ligera y divertida, y me alegraba verlos así. Aunque sus diferencias a veces causaban fricciones, su amor y complicidad eran evidentes en cada interacción.

Después de compartir algunas risas y bromas más, nos dirigimos a la cocina para preparar algo de comer juntos. El ambiente seguía siendo jovial, con Ivan y Chiara intercambiando chistes y anécdotas mientras cortábamos ingredientes y encendíamos el fuego.

― ¿Qué tal una pizza casera? ―propuso Chiara, con entusiasmo. ― Podemos ponerle todos los ingredientes que queramos y competir a ver quién hace la mejor.

― ¡Buena idea! ―apoyé, emocionada ante la perspectiva de una competencia amistosa. ― ¿Qué tal si hacemos dos pizzas diferentes y luego las probamos para ver cuál es la ganadora?

Iván asintió con una sonrisa, pareciendo animado por la idea. Mientras preparábamos la masa y cortábamos los vegetales, la cocina se llenó de risas y conversaciones animadas. Era reconfortante estar rodeada de tanto amor y camaradería.

Después de un rato, pusimos las pizzas en el horno y nos sentamos alrededor de la mesa de la cocina, esperando ansiosamente que estuvieran listas. Mientras esperábamos, compartimos anécdotas divertidas y recuerdos de tiempos pasados, creando nuevos momentos para atesorar juntos.

Finalmente, el delicioso aroma de las pizzas recién horneadas llenó la cocina, y con una sonrisa, sacamos las bandejas del horno y las colocamos en la mesa. Era hora de probar nuestras creaciones y decidir cuál era la mejor, aunque en realidad, el verdadero premio era el tiempo compartido y las risas compartidas con personas que amaba.

Mientras disfrutábamos de nuestra cena casera, un ruido inusual resonó desde el exterior, interrumpiendo nuestra conversación animada. Iván y Chiara intercambiaron miradas preocupadas, y rápidamente nos levantamos de la mesa para investigar.

Al acercarnos a la ventana, vimos luces intermitentes parpadeando en la oscuridad de la noche, y una sombra se movía furtivamente cerca de la entrada de la casa. La sospecha se apoderó de nosotros, y nos preparamos para cualquier eventualidad, con Iván tomando la delantera mientras Chiara y yo lo seguíamos de cerca.

Con cautela, nos acercamos a la puerta principal, preparados para enfrentar cualquier amenaza que pudiera estar esperándonos afuera. Ivan abrió la puerta con determinación, revelando a dos figuras oscuras paradas en el umbral, sus rostros ocultos por capuchas y sus posturas tensas.

Dangerous: Juego TóxicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora