Dangerous: Juego Tóxico

MATTEO (EXTRA IV)

El ambiente en esa sala estaba cargado, ¿sabes? Una mezcla de emoción y nerviosismo se podía sentir en el aire. Yo estaba a punto de salir a la pasarela como el modelo principal de GUCCI, algo que había estado trabajando duro para lograr.

Nicole estaba ahí conmigo, luciendo increíble como siempre, su mano entrelazada con la mía. Su apoyo me daba esa confianza extra que necesitaba en momentos como ese.

Cuando anunciaron mi nombre y las luces se centraron en la pasarela, sentí ese cosquilleo en el estómago, ¿sabes? Pero me dije a mí mismo: "Vamos, Matteo, es tu momento".

Así que caminé por la pasarela, tratando de mantener la compostura mientras cientos de ojos estaban fijos en mí. Cada paso era una mezcla de orgullo y nerviosismo, pero cuando llegué al final y la multitud estalló en aplausos, fue una sensación indescriptible.

Recibí el premio con una sonrisa, agradeciendo a todos los que habían hecho posible ese momento. Pero lo más importante, lo que realmente importaba, era tener a Nicole a mi lado, celebrando conmigo.

Después del evento, entre flashes y felicitaciones, nos retiramos juntos. Y mientras caminábamos, me di cuenta de que todo el éxito y los premios no significaban nada si no tenía a Nicole a mi lado, compartiendo cada momento.

Al día siguiente me desperté temprano, estábamos en Mónaco. El evento fue cansador, pero al madrugar pude notar que Nicole no estaba en la cama, pero en cambio si mi monstruo que saltó encima de mí abrazándome.

— ¿Qué haces invadiendo mi cama? — dije con una sonrisa en el rostro al ver al pelinegro saltando encima de mí.

— Mamá no está. — dijo Leo y fruncí el ceño levantándome.

— ¿Cómo que no? — dije y Leo saltó en mi espalda como un mono. — Oye, Spidey no es el momento de tus locuras, busquemos a mamá.

— Es que me dijo algo que no te puedo decir. — dijo aún en mi espalda y fruncí el ceño divertido.

— ¿Desde cuándo tenéis secretos y me sacáis fuera de ellos? — dije sacándolo de mi espalda, levantándole y luego tirándome en la cama con él haciéndole cosquillas. — Dime lo que escondéis... — dije haciéndole más cosquillas y él estalló a carcajadas.

— ¡Mamá! — empezó a gritar pidiendo ayuda, pero no fue suficiente porque Spike se sumó a nosotros saltando encima de nosotros. — ¡Spike, no! — dijo al verse traicionado hasta de su propio perro.

— Dime lo que escondes. — dije levantándole la camiseta y haciéndole cosquillas por la tripa con besos, cosa que le hizo reír aún más.

— ¡Mamá, papá está haciendo trampas! — chilló mientras intentaba escapar de mí, pero lo atrapé en brazos abrazándole.

— ¿No qué no está? — él se calló y comenzó a morderme el brazo. — ¡Ay! — le solté y él se escapó corriendo por toda la habitación. — ¡Hey, ven aquí! — dije correteándole por toda la habitación.

— ¡Papá viejo! — gritó burlándose de mí y me sacó la lengua hasta que lo atrapé y lo levanté en brazos.

— ¿Así que viejo, eh? — él se reía a más no poder.

— ¡Vaya, vaya, vaya! ¿Qué está pasando aquí? — preguntó Nicole, apareciendo en la puerta con una sonrisa en el rostro.

— ¡Mamá! — gritó Leo, extendiendo los brazos hacia ella. Nicole se acercó rápidamente y lo atrapó en un abrazo.

— ¿Qué andáis tramando, chicos? — preguntó, mirándonos con complicidad.

— ¡Nada, mamá! — exclamó Leo, intentando liberarse de mis brazos.

Nicole me lanzó una mirada cómplice y luego se acercó para darme un beso en los labios.

— ¿Cómo amaneció el modelo de GUCCI más guapo del mundo? — preguntó, jugueteando con mi pelo.

— Un poco cansado, pero muy feliz de tenerte a mi lado — respondí, devolviéndole el beso.

— ¡Abrazo de familia! — exclamó Leo, extendiendo los brazos hacia nosotros. Nos abrazamos los tres, formando un pequeño grupo en medio de la habitación. — Pronto seremos más en la familia. — gritó Leo y al escuchar eso me atraganté y comencé a toser a lo loco. — ¡Se nos muere! — se colgó en mi cuello haciéndome toser más.

— Deja a tu padre en paz, Leo. — le tomó en brazos. — ¿Estás bien, amor? — asentí. — Hay algo que quería mostrarte. — Leo se sentó en la cama dando saltitos impacientemente.

— ¿Qué le pasa a Leo? — fruncí el ceño al ver a nuestro hijo tan impaciente.

— Espero que no hayas dicho nada. — le dijo Nicole al ojiverde y este negó con la cabeza.

— ¿Qué escondéis? ¿Desde cuándo decidisteis ocultarme co...? — Nicole me interrumpió dándome en la mano una especie de termómetro. — ¿Qué es esto? — no entendía nada.

— ¿No tienes las lentillas? — dijo ella seria y negué con la cabeza, así que Leo se asomó en la mesita de noche y me dio las gafas.

— "Hey, Daddy!!" — leí en voz alta lo que ponía en el termómetro que no era termómetro y tenía dos rayas. — ¿Qué es esto? — dije confuso.

— ¡Estoy embarazada! — sonrió a más no poder y me quedé paralizado sin saber cómo reaccionar a aquello. — Di algo... — dijo preocupada.

— ¡QUEEEEEEEEEE! — empecé a gritar, levanté a Leo en brazos dándole besos sin parar, Spike se levantó en dos patas sosteniéndose por mi cuerpo y nos daba lamidas por la cara mientras meneaba la cola. — ¡Voy a ser papá de nuevo! — grité sin poder creermelo, agarré a Nicole de la cara y estampé mis labios contra los suyos. — ¡Te amo, te amo, te amo! — ella sonreía a más no poder.

Definitivamente era el hombre más feliz del mundo.

— ¡Tendré un hermanito! — dijo Leo saltando en la cama de felicidad. — Le enseñaré a jugar FIFA. — decía feliz y yo me reí.

— Igual puede que sea una hermanita. — él dejó de saltar, se quedó paralizado y de la nada cayó en la cama.

— ¡NOOOOOOOO! — gritó y me hizo reír a carcajadas, así que me lancé a por él tumbándome con él en la cama y poniéndole encima de mi.

— Igual no es tan malo tener una hermanita. — le dije a mi hijo de casi cuatro años. — Mira el lado bueno, a lo mejor le gusta el FIFA. — él sonrió a más no poder.

— ¡Sí, así le enseñaré que Messi es mejor que Ronaldo! — dijo aplaudiendo, cosa que me hizo gracia.

Observé a Nicole, la cual nos estaba mirando con ternura. Estaba muy feliz con ellos al lado, y más sabiendo que la familia se agrandará en unos meses.

Gracias Dios por ayudarme a salir de lo malo y poder tener una vida en paz.

Aunque esto no termina aquí...

Muy pronto...

DANGEROUS: Alerta Roja