MATTEO

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No me agradaba para nada tener que fingir ser el novio de esta mocosa, pero teníamos que hacerlo para no llamar la atención. Imagínense que pasaría si supiesen que nosotros, dos mafiosos estábamos allí sólo para el maldito mapa del huevo, saldría mal.

Teníamos que planear un plan, por eso estábamos todos en mi oficina sentados, Nicole estaba en mi sillón de cuero apoyada con las piernas sobre el escritorio. Tenía la cara hecha mierda, pero según ella podría alegrarlo.

Los médicos dijeron que sufrió pocas lesiones, pero nada perjudicial, por lo tanto podrá participar en la misión, pero viéndolo bien, aunque se lo prohibieran igualmente lo haría, porque vamos, es Nicole Clinton.

Mientras Iván revolvía los documentos, yo estaba planteándome cada ataque en mi mente y Nicole miraba sus uñas hasta que hizo un "mhm". Ambos giramos la cabeza y la miramos.

— Se supone que iremos allí... — asentí, considerando la pregunta que acababa de surgir. — ¿El problema es, cómo haremos para entrar al interior donde guardan los documentos? — era una buena pregunta.

— Veamos... — dije, rascándome la barbilla mientras reflexionaba. Era un gesto habitual cuando me sumía en mis pensamientos. — Somos todos mafiosos, así que podríamos idear un plan. — Me aproximé al escritorio. — Quita esas patas, está sucio. — Nicole me lanzó una mirada fulminante.

— ¡Qué bien tratas a tu "falsa" novia, eh! — masculló, con evidente sarcasmo. Rodé los ojos, sabiendo que no me dejaría olvidar aquel término.

— ¿Van a hablar del plan o qué? — intervino Iván, mostrando su impaciencia ante nuestras distracciones.

— Como decía... — Nicole comenzó a comer pipas y las tiraba al suelo. — ¡¿De dónde demonios sacaste esas pipas?! — exclamé, señalando el cajón del escritorio. — ¡Deja de robarme la comida y de ensuciar mi oficina! — mi tono reflejaba mi creciente irritación por la actitud de Nicole.

— Mientras ustedes discuten como críos, olvídense de mí. — intervino Iván, visiblemente cansado, y se levantó de la silla.

— Iremos por la puerta trasera. — Nicole murmuró, acercándose más al plan para irrumpir en la catedral de los Smith. — Por allí habrá menos guardias, y como será un festival, la mayoría llevará máscaras, así que no podrán reconocernos fácilmente.

— Pero todos se las quitarán al entrar. — señalé, observándola con escepticismo.

— Nos ocuparemos de eso más tarde. Necesitaremos documentos falsos por si nos los piden. — Nicole concluyó, recibiendo el asentimiento de Iván.

— Cierto, esos desgraciados siempre piden certificados de identidad — gruñó el rubio con fastidio.

— Me enteré de que guardan tiburones bajo el mar y... — empecé, pero Nicole me cortó.

— Déjame adivinar, ¿quieres liberarlos en la piscina del piso de abajo? — su sonrisa era un desafío divertido.

— Por fin sirves para algo, novio "falso". — su risa resonó en la habitación.

— Deja de llamarme así. — mi tono sonaba un tanto molesto.

— Manos a la obra. — Iván rompió el breve momento de tensión.

Nos levantamos, Iván se fue a hacer los certificados falsos, yo seleccioné cuidadosamente la ropa adecuada para cada uno y Nicole... Según ella, se fue a "tapar" sus heridas.

Cinco horas después, estábamos todos listos para salir, excepto Nicole.

— Vamos, Nicole, no estamos yendo a una boda — abrí la puerta bruscamente y me quedé boquiabierto, al igual que Iván.

Dangerous: Juego TóxicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora