Las risas maliciosas retumbaban en la oscuridad de la habitación mientras sostenía al pequeño Leonardo en mis brazos. Sus ojos aún no abiertos parecían reflejar la inocencia de la infancia, ajena al peligro que lo rodeaba. Mi sonrisa se ensanchó con satisfacción al ver la expresión de desesperación en el rostro de Matteo a través de la pantalla del teléfono.
— Adiós, Matteo — susurré con voz suave pero cargada de malicia mientras colgaba la llamada.
Mis hombres se movieron a mi alrededor como sombras, obedeciendo mis órdenes sin cuestionarlas. Era el maestro de esta danza oscura, y ellos eran mis fieles instrumentos para ejecutar mi voluntad. Con gestos rápidos, di instrucciones precisas, asegurándome de que cada detalle estuviera en su lugar para el siguiente paso de nuestro plan.
— Prepárense para partir. — ordené, mi voz resonando con autoridad en la habitación. — Tenemos un destino que alcanzar y un juego que ganar.
Las miradas de mis hombres se encontraron con la mía, reflejando la determinación y el propósito que compartíamos. Juntos, éramos una fuerza imparable, listos para enfrentarnos a cualquier desafío que se interpusiera en nuestro camino hacia la victoria.
Con Leonardo en mis brazos y mi ejército a mi lado, me encaminé hacia la puerta, listo para enfrentar lo que sea que el destino tuviera reservado para nosotros. La noche estaba llena de promesas de poder y triunfo, y no había nada ni nadie que pudiera detenernos.
El futuro era nuestro para tomar, y yo estaba decidido a reclamarlo con puño de hierro.
La ciudad se extendía ante nosotros como un tablero de ajedrez, con cada movimiento meticulosamente planeado para alcanzar nuestro objetivo final. Mientras avanzábamos por las calles iluminadas por la luna, podía sentir la tensión en el aire, la anticipación de lo que estaba por venir.
Mis hombres se movían con la destreza de guerreros entrenados, sus pasos seguros y su determinación inquebrantable. Éramos una fuerza unida por un propósito común: asegurar nuestro dominio sobre aquellos que osaran desafiarnos.
A medida que nos acercábamos a nuestro destino, el brillo de la ciudad se desvanecía, dejando paso a la oscuridad de la noche. Era como si el mundo estuviera preparado para presenciar nuestra grandeza, para ver cómo reclamábamos nuestro lugar en la cima del poder.
Cuando finalmente llegamos a nuestro destino, el ambiente se cargó de electricidad. Era el momento de actuar, de hacer valer nuestra voluntad sobre aquellos que se atrevían a resistirnos. Con Leonardo en mis brazos como símbolo de nuestra victoria inminente, me preparé para enfrentar lo que sea que el destino tuviera reservado para nosotros.
Nada ni nadie nos detendría en nuestro camino hacia la gloria. Juntos, éramos invencibles, una fuerza imparable que no conocía límites ni fronteras. Y así, con determinación en nuestros corazones y el futuro en nuestras manos, avanzamos hacia el siguiente capítulo de nuestra historia.
En silencio, me adentré en la oscuridad de la noche, rodeado por mis hombres, dispuestos a seguirme hasta el final. Nuestro objetivo estaba claro: hacer que Matteo Rusonni pagara por cada afrenta, cada insulto, cada momento de desafío.
Con cada paso que dábamos, el fuego de la venganza ardía más intensamente en mi interior. No había lugar para la compasión ni la misericordia. Solo la determinación fría y calculadora de aquel que está dispuesto a hacer lo que sea necesario para alcanzar sus objetivos.
Al final del camino, la gloria y la victoria nos esperaban. Y nadie, ni siquiera Matteo Rusonni, podría detenernos en nuestro camino hacia la grandeza.
Los hombres a mi alrededor se prepararon para la batalla, sus rostros iluminados por la determinación y la anticipación. Habían sido entrenados para este momento, para enfrentarse a cualquier desafío que se interpusiera en nuestro camino hacia la victoria.
Con un gesto de mi mano, les indiqué que se prepararan para lo que venía. Cada uno conocía su papel en este juego mortal, y estaban listos para cumplirlo sin vacilar.
— ¿Estamos listos? — pregunté, mi voz resonando con autoridad en la oscuridad de la noche.
Mis hombres asintieron en respuesta, sus ojos brillando con la emoción del combate próximo.
— Todo está preparado, jefe. — respondió uno de ellos, su tono lleno de confianza.
Sonreí con satisfacción, sabiendo que estábamos listos para enfrentarnos a lo que sea que el destino nos trajera. La guerra se avecinaba, pero estábamos preparados para enfrentarla con valentía y determinación.
Mientras repasábamos el plan, un escalofrío recorrió mi espalda al recordar el detalle más peligroso y arriesgado: simular la muerte de Leonardo para poner a prueba a Matteo Russo. Era una jugada audaz, pero necesaria para doblegar la voluntad de nuestro enemigo y llevarlo al borde de la desesperación.
Con voz firme, di las órdenes finales a mis hombres, detallando cada aspecto de la estrategia. Debíamos actuar con rapidez y precisión, sin dejar margen para el error. La vida de Leonardo estaba en juego, pero también el destino de nuestra empresa y nuestra venganza.
— Recuerden, la simulación debe ser impecable. — les recordé, mi voz resonando con autoridad. — Cada detalle cuenta. Necesitamos que Matteo crea que ha perdido a su hijo para que caiga en nuestras manos como una presa fácil.
Mis hombres asintieron en silencio, comprendiendo la gravedad de la tarea que tenían por delante. Estábamos a punto de desencadenar una cadena de eventos que cambiaría el curso de nuestras vidas para siempre.
— Nos dividiremos en equipos. — instruí, señalando a cada hombre su tarea específica. — Asegúrense de seguir el protocolo al pie de la letra. No podemos permitir ningún error. Mantengan la comunicación constante. — agregué, enfatizando la importancia de la coordinación entre los equipos. — Cualquier anomalía debe ser informada de inmediato.
Con un último vistazo a mis hombres, respiré profundamente, preparándome para lo que estaba por venir. La noche se cernía sobre nosotros, pero estábamos listos para enfrentarla con coraje y determinación. La suerte estaba echada, y solo el tiempo diría si nuestro plan sería coronado con éxito.
El aire nocturno se densificaba con la electricidad de la tensión mientras cada hombre se ajustaba el equipo y revisaba sus armas. Observé cómo se preparaban, sabiendo que dependíamos unos de otros para llevar a cabo este plan arriesgado.
— Recuerden. — enfaticé, con la mirada fija en cada uno de ellos. — La clave de nuestro éxito radica en la coordinación y la precisión. Manténganse alerta y sigan las instrucciones al pie de la letra.
Y así, con el susurro de la noche como nuestro testigo, avanzamos hacia la batalla, listos para enfrentar todo lo que el destino nos lanzara. La victoria estaba al alcance de nuestras manos, y no íbamos a dejar que nada ni nadie nos detuviera en nuestro camino hacia la gloria.
💕|| Nota de la autora
Helloooow, como están?
ESPERO QUE OS HAYA GUSTADOOOO
CUIDENSE TOMEN AWITA
BESITOS EN LA NARIZZZ MUAKKK <3
A continuación os dejaré aquí el instagram de cada uno:
Autora: slyfox_ofc
Nicole: nicole._clinton
Matteo: matteo_rusonni.of
Iván: ivan_volkovv.of
Chiara: _chiara_rusonni.of
Ramiro: ramiro_russell.of
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Dangerous: Juego Tóxico
ActionNicole, una chica mafiosa que a sus 23 años acabó en la cárcel a causa de la traición de su ex novio. Matteo, uno de los mafiosos más peligrosos del mundo, ex de Nicole, que aunque sea millonario tiene una serie de problemas a que enfrentarse. Ambos...