Stella Fraser
Había tomado ambrosía como una loca, baile con Poe, bromeé con Padme e incluso hablé con los demás, me encontré con un Damián más conversador y sarcástico, me caía bien ese tipo.
Ahora mismo me encontraba sentada con un cigarrillo entre mis dedos, los demás estaban bailando entre toda esa gente, Damián estaba junto a mí tomando una ambrosía también
—¿Cómo lo tomo Padme cuando se enteró de... Todo? Ya sabes, del plan.—pregunte mirando a Damián
Él lo pensó un poco, se veía serio e intimidante con esa postura de "Soy una piedra"
—¿Por qué te interesa?—consulto antes de responder mi pregunta
—Padme siempre tuvo una moral muy marcada aunque si tenía sus... Cosas—mencione mientras el humo dejaba mis labios formando figuras extrañas en el aire
Damián reprimió una risilla y giro los ojos, parecía divertido por lo que dije hasta que finalmente volvió a su expresión odiosa
—Padme sabe guardarse bien sus temas—agregó acomodándose en su asiento, luego miro a Padme bailar al ritmo de la música—su reacción fue algo... Interesante.
Alce una ceja ansiosa por esa explicación de "reacción interesante"
—Me apuñaló—revelo suspirando—no lo ví venir.
—Ni yo—admití imaginandome la escena donde Padme y Damián casi se matan
—Poe habla como loro sobre ti—manifesto con fastidio—si te lo llevas te agradeceré de por vida
—¿Desde cuándo son amigos?
—Desde niños—respondió al rubio que reía por estar molestando a Padme—y desde ahí no me soltó
—Poe no suelta muy fácil.
Damián me miró, sus ojos negros que destilaban oscuridad me observaron con atención.
—Es cierto—reconoce para después mirar a Poe acercándose a nosotros—y ahora que te encontró jamás te soltará, incluso si te vas.
Después se levantó y se fue.
¿Irme? ¿Padme le había contado?
***
Poe me había llevado a su casa, los dos habíamos tomado demasiado, insistió en ir a su casa y aquí estamos.
Estábamos en su habitación, los dos acostados boca arriba en la cama, nuestros zapatos estaban en el suelo y los dos estábamos sin calcetines.
—¿Que diría tu hermano si nos ve?—pregunto con voz burlona—me mataría y a ti te manda a una iglesia para que mi espíritu no te siga
—Se volvería loco—añadí soltando una carcajada—creo que tome mucho
Poe me miró y yo a él, los dos soltamos una carcajada, reímos tanto que me empezó a doler el estómago y me quedaba sin aire hasta que finalmente las risas se volvieron suspiros
—Me hizo bien conocerte, Verne, necesitaba a alguien como tú —confese cerrando los ojos
—Yo igual, necesitaba a una psicópata con con ojos diferentes.
Estando con Poe me sentía real, me sentía segura de mí, con él podía ser la novena que realmente era. No había que mentir, no había nada que controlar, no tenía que ser lo que siempre era con él, Poe dejaba y disfrutaba que fluyera.
Pero sentía que para él no era exactamente lo mismo.
—Me cuesta entender lo que quieres, Fraser—declaro el rubio, se sentó en la cama y luego imite su acción, su mirada se veía aún llena de diversión, tenía esa pinta de deseo que volvía loco a cualquiera—a veces me provocas, me das señales verdes y me vuelves loco pero otras veces solo me ignoras y me tratas como a un desconocido o como al resto, eso me obsesiona más, tu comportamiento que se contradice
—¿Ah, sí? Pues a mí se me hace fácil entender lo que quieres, Verne—objete con orgullo, Poe dirigió toda su atención a mí, alzó una cena y sonrió
—¿Según tú teoría que es lo que yo quiero?
—A mí—expuse finalmente. Poe sonrió y asintió lentamente—pero cuando me tengas como lo deseas, ¿que me asegura que no me dejaras? Te aburrirás de mí como con todas.
—¿Eso piensas de mí?—su expresión cambio totalmente a una más seria—¿Que te hace pensar que eso es lo único que quiero de ti?
—Eres Poe Verne, el deseo hecho persona—dije quitando el cabello de mi rostro, Poe me miró con confusión y negó con la cabeza
—¿No te he demostrado lo suficiente que si quiero algo real contigo? Digo, te regale un collar con mi sangre, entre otras cosas, creo que se nota que quiero algo serio, ¿pero tú? Para ti es un juego, creo que para la única que es un juego es para ti—contraresto con algo de molestia—no te entiendo, Stella.
—No sé, tal vez hiciste lo mismo con alguien más, con muchos más—dije encogiendome de hombros
Poe suspiro y paso su mano por su rostro con estres
—No, Stella, para mí—hizo una pausa y me tomo de los brazos—tú eres especial, eres distinta, eres perfecta, eres todo lo que quiero y aunque obtenga eso contigo jamás me aburriría, jamás podría aburrirme de ti, eres diferente a todo y eres lo que quiero, dime, Stella, ¿no soy yo lo que tú quieres? ¿no querías que dijera esto? ¿que quieres? ¿que hable con tu hermano, que te regale una de mis piernas? ¿más sangre, quizás una botella? Y al final siempre dirás lo mismo.
Poe Verne, insistente y provocador, ¿cómo lograba descontrolarme tan fácil, como podía hacerlo? ¿que me había dicho? Lo peor de todo es que sonaba sincero, que sonaba real, me lo había dicho, hasta él mismo Damián lo había dicho.
¿Que mas quieres, Stella, su sangre servida como vino?
Maldito, maldito y atractivo Poe Verne.
—Como me caes mal—dije con rabia mirandolo con recelo
—¿Si te caigo mal por qué me dejas hacer esto?—pregunto tomando mi cuello con su mano, lo apretó provocando que tosiera un poco—¿O esto?—su otra mano la coloco en mi cintura, me pegó a él soltando una risa llena de ironía—¿Por qué me dejas hacer esto si me odias tanto?
Y me beso, me beso con rabia, con deseo, con tantas cosas. Su boca y la mía bailaban con furia, su boca exploraba la mía como si quisiera todo, como si fuera un elixir, como si lo fuera todo.
La chispa obsesiva del noveno, de los dos, ya no era una chispa, era un enorme incendio.
Poe era mío y ahora me demostraba que yo era de él.
El beso era demandante, amenazante. Dos animales carnívoros devorandose.
—¿Que quieres que haga, Stella?
—Que te quedes.
—Lo haré pero tendrás que hacer lo mismo. Quiero que seamos equitativos.
El resto de la noche fue historia.
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Gallowdance [Poe Verne × tú]
Mystery / ThrillerElla vivió su vida entera siendo una sombra caminando entre las sombras, un oscuro pasaje secreto a lo prohibido y peligroso de este mundo, una novena mejor dicho, fue solitaria y paseo por allí sin que nadie la viera hasta que un día en ese oscuro...