Gallowdance [Poe Verne × tú]

~20~

Stella Fraser

Se había puesto divertido el asunto. Nicolás rápidamente me alejo de Poe y me dejó detrás de él. Poe sonrió con entretenimiento, alzó las manos de forma pacífica

—¿Por qué anda diciendo Slater que te casaras con Stella?—pregunto guiandome a la mesa, él me miró y me señaló la silla—sentada, fiera. Quedate quieta y tú alejate—le dijo a Poe

Vi que la mayoría empezó a sentarse, me senté junto a mi hermano que estaba en medio de Poe y yo.

—Nicolas—empezó Poe con calma y serenidad—Si los demás piensan que tu hermana es mi prometida nadie se acercará. Mírala, ¿crees que no me di cuenta como la miran desde que entre? Pero como viene conmigo los demás piensan que ella...

—Claro, tu estúpida marca, ¿no que no creías en eso?—responde Nicolás fulminandolo con la mirada

—Y no creo, Nicolás amigo mío pero los demás son anticuados como tú, ¿y sabes que? Me conviene, así no van a estar zamuros y buitres solplandome el bistec—aclaró Poe guiñándome un ojo

—¿Hablan de mí como un trozo de carne?—pronuncie indignada—¿Bistec? ¿Buitres?

—Poe habla extraño—se excusa Nicolás—¿Y en primer lugar por qué viniste aquí? Esto está lleno de...

—Poe me invitó, ¿okay?—respondí fastidiada

—¿Que tú hiciste que?—dice Nicolás agobiado

—A ver, Nicolás, yo puedo salir y cuidarme sola. Podría con todos estos hombres yo sola si me lo propongo. No me harán daño los "buitres y zamuros"—le conteste malhumorada dándole un sorbo a mi ambrosía

—Ahí lo tiene, ella puede y nunca sale, vive encerrada como una araña que solo sale a matar y comer presas y después vuelve a su telaraña en la cueva, la pobrecita está cansada, hombre, mírala—dice Poe señalandome y fingiendo tristeza

—Puedes salir a dónde quieras pero aquí... Aquí no—ordeno finalmente —y es mi última palabra.

¿Que me ocultas Nicolás?

—¿Que me estás ocultando, Nicolás?—interrogue con voz firme.

Nicolás bajo la mirada y tomo mi mano

—No tienes que... No quiero que lo veas—susurro

Mire a Poe él cuál tenía la misma expresión de confusión que yo

—Te lo explicare todo, Stella. Por favor... Solo necesito que... Necesito que guardes la calma.

—Nicolas no comprendo nada...

Él me miró finalmente con tristeza, una genuina y que sentía que me movía los nervios, ¿que podía tener Nicolás para verse tan afectado

—Necesitaba hacer investigaciones... Necesitaba haber un plan elaborado para que no se viera sospechoso cuando llegue el momento...

—¿Momento de qué?

—Stella...

—¡Atención!

Escuché esa voz, esa horrora voz que había estado escuchando en mis peores pesadillas, en mis peores recuerdos. Escuché la voz de aquel monstruo que me había arrebatado todo. Que me había dejado una sensación de suciedad y dolor, que me había enfermado, deprimido, que me había dejado cicatrices psicológicas y físicas.

Sentí la manos de Nicolás sostener la mía.

—Estamos aquí para celebrar...

No escuchaba, no venía, no sentía nada que no fuera un rojo nublar mi vista, unos gritos que eran míos. Unos recuerdos de una figura alargada y herida que era mía.