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Stella Fraser

Al entrar a mi casa me encontré con papá bebiendo, su mirada cayó en mí de forma juiciosa, se levantó y me miro con recelo

—Nicolas te espera en tu habitación —aviso volviendo a su asiento

Asentí y subí las escaleras con lentitud, finalmente llegué y me encontré con Nicolás sentado en posición de indio sobre mi cama, los pies cubiertos por calcetines de spiderman

—Que maduro te ves—comente sentandome a su lado—¿Descubriste algo?

—No mucho, solo que ese tipo estuvo acosandote por un buen tiempo—agregó con estrés —no andes sola ni un minuto, ¿me entiendes? Ve conmigo o

—¿Con Poe? ¿Por eso accediste a qué Poe me lleve antes de dejarme ir sola?—pregunte ya entiendolo todo

—Yo iría por ti pero no puedo todo el tiempo y mamá tampoco y tu padre... Bueno que decir. Y sé que tampoco dejarías que te contrate a alguien que te cuide y como Poe anda tan interesado—justifica encogiendose de hombros

—Claro. Sabes, mañana iré a un evento de trabajo con él —conte con una ligera emoción

—Ah, ¿de verdad? ¿Y como te llevará? ¿Cómo acompañante o como señorita Verne?

—Como amiga, nada más—conteste

—Claro, eso decía yo con Anie y mira.

***

El día y la noche pasaron volando, cuando menos lo creía ya eran las seis y media y debía empezar a arreglarme.

Me di un baño y me di la tarea de rizar mi cabello, me puse una sombra de ojos ahumada, un delineado delicado y labial rojo sangre junto a un brillo que hacían ver mis labios jugosos y carnosos.

Quise ponerme un vestido negro de mangas largas y falda ancha, algo estilo gótico pero elegante junto a unos tacones y collar de perlas pero el timbre sonó antes de poder ponermelo.

—Señorita Stella, la busca un muchacho, se apellida Verne—me aviso la chica de la limpieza

—Voy de inmediato.

Antes de salir de mi habitación mire el ramo de flores que me había dado Poe que ya había empezado a marchitarse y el sobre que estaba a un lado

"Floreces en el seco jardín corrosivo de mi soledad" 

Eso decía el sobre con las iniciales P.V en la esquina inferior derecha.

Baje con mi bata de baño puesta y me encontré con Poe en la puerta, tenía un traje negro con corbata vinotinto, zapatos pulcros y cabello peinado perfectamente hacia atrás y ese distintivo olor que tenía solamente Poe Verne

—Vengo por usted, doctora Fraser—saludó besando mis nudillos

—Aún es temprano—cuestione mirando la hora

—Quiero llevarte a comprar un vestido—contesto con simpleza

—Muchas gracias pero no es necesario, tengo muchos—exprese cerrando la puerta a sus espaldas

—Lo sé pero todos son dignos de una viuda gotica victoriana y creeme que me encantan, te ves hermosa con ellos pero... Este día variaremos un poco, quiero algo que conviene a la perfección con mi corbata—dictaminó tomando mi cintura—ponte algo simple y vamos a comprarlo

Quise negarme pero finalmente accedí, se veía algo ilusionado y no quise dañarlo, finalmente me puse los tacones que quería usar junto a un vestido negro con corset que tenía flores bordadas.

Los dos fuimos en su auto hasta la mejor boutique de Asfil, entramos y nos dirigimos a la zona de los vestidos con finas telas.

—¿Te echo una mano? Tengo excelente sentido de la moda—alardeo sentandose en el sofá púrpura que había frente a los probadores

—Puedo sola, gracias—respondí con voz gélida

Me probé varios vestidos pero ninguno me convencía hasta que finalmente Poe se levantó y tomo uno.

Era largo y con tirantes, un color rojo oscuro, entallado en la cintura y con un sutil escote

—Pruebate este—aconsejo tomando un par de guantes negros largos también

Entre al probador y me lo puse. No era el tipo de vestidos que solía usar, podían verse mis cicatrices a flor de piel, todas esas heridas que estuvieron sangrando y abiertas y que por dentro aún dolían como el primer día.

—Poe—le llame algo dudosa—entra.

Poe entro y me miro de arriba abajo con una sonrisa de boca cerrada

—Necesito ayuda con el cierre—Pedí mirando su imagen por medio del reflejo

Poe con delicadeza subió el cierre del vestido.

No podía negar que me quedaba muy bien, se entallaba a mi cintura pequeña y resaltaba mis pechos de forma sutil.

—Te ves... Hermosa—susurro pasando sus dedos por cada una de mis cicatrices, las observaba y delineaba con delicadeza. Inclinó su cabeza y beso una enorme cicatriz que tenía en la clavícula —perfecta, Stella Fraser, eres perfecta.

—¿Aún con estás marcas en mi cuerpo?

—Te hacen ver feroz... Eres perfecta para mí.

Me mire al espejo nuevamente, Poe subió sus manos de mi cintura hasta mi cuello, una de sus manos se perdió en su bolsillo y de ahí saco un collar con cinta negra y un hermoso dije rojo sangre, lo abrió y tenía un pequeño trozo de vidrio que cubría un diminuto depósito que contenía un líquido rojo y espeso

—¿Tu sangre?—consulte mirando con curiosidad aquel líquido

—Toda tuya.

Me coloco el collar con cuidado, acomodo mi cabello y luego me puso los guantes.

Se quedó admirando mi imagen con su típica mirada lujuriosa y perversa

—Eres tan inalcanzable, Stella Fraser, pero ya no puedo soportarlo más.

Rápidamente coloco una mano en mi cuello y otra en mi cintura, me pegó a él y junto sus labios con los míos, nos unimos en un feroz beso lleno de ganas contenidas, los labios de Poe bailaban en una agresiva sintonía con los míos, su boca parecía encajar de forma perfecta con mis labios. Su beso no era tierno, el mío tampoco, era amenazante y demandante, mordía con fuerza su boca hasta sentir el sabor metálico que tanto amaba y tanto había deseado desde la primera vez que lo ví en el bosque.

¿De que servía contenerme después de todo?

Coloque las manos en su cuello y lo aprete ligeramente clavando mis uñas en el.

Nos separamos para buscar aire.

—Debemos irnos o no podré contenerme, Fraser.

Gallowdance [Poe Verne × tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora