~9~

833 60 1
                                    

Stella Fraser Nilsen

Era una habitación oscura, las cadenas en mis tobillos. Aunque no podía ver mi piel podía sentir las heridas a flor de piel que sangraban, mi ropa estaba desgarrada en alguna parte de la habitación. Yo me encontraba en posición fetal con mi cabeza hundida en mis rodillas.

Solo quería morir de una vez por todas.

Escuché la puerta abrirse, esos temibles paso acercarse.

Jamás había tenido miedo de algo en mi vida pero ahora...

Se acercó a mí y me tomo entre sus brazos mientras yo pataleaba e intentaba liberarme pero la debilidad y el dolor me habían ganado.

—Close your eyes have no fear the monster's gone he's on the run and your daddy's here beautiful beautiful beautiful beautiful boy— escuché su canto sin poder abrir los ojos—puedes despertar, no te harán daño, Stell, puedes despertar, soy yo.

Me quedé abrazando a mi hermano, aferrada a él sin poder abrir los ojos, Nicolás me abrazaba y susurraba que todo estaría bien

—No te harán daño mientras yo esté vivo y aún así si yo muero sé que jamás te harían daño porque tú, Stella—Nick hizo una pausa tomando mi rostro entre sus manos con suavidad—Eres fuerte e intocable, hermana, tú eres intocable.

Abrí los ojos finalmente encontrándome con su mirada azulada, Nick dejo un beso sobre mi frente y se levanto de la cama

—Te llevaré a la universidad, vamos, linda, vístete—dijo con una leve sonrisa. Mire al reloj que estaba en la pared y aún era muy temprano

—Es muy temprano—susurre secando mis lágrimas, él asintió y me dedico una mirada un poco triste

—Quiero ir a desayunar en Ginger contigo, como antes cuando eras más pequeña, ¿lo recuerdas? Cuando entre a la universidad y tú aún estabas en la secundaria y todos los días desayunábamos en Ginger—me explico con una expresión nostálgica—te veo en un rato.

Después de eso cerró la puerta.

Me quedé ahí paralizada en la cama pensando en todo aquello que había vivido durante la muerte de mi otro hermano, todo lo que nos hicieron porqué él era una presa.

Pero no podía, no debía dejarme caer no podía llorar y vivir así, no podía y no debía permitirme sufrir.

No podía hacerlo.

Me dirigí al baño, me cepille y bañé, al salir de la ducha me mire al espejo que reflejaba mi rostro y cuerpo pálido con cicatrices. No tengo atributos tan grandes pero si tenía un cuerpo atractivo. No había salido con casi nadie, hombres específicamente porque no les gustaba mi altura. De todas formas me daba igual.

De todas formas aunque yo soy muy linda no me gustaba que vieran mi piel, no me gustaba que vieran nada de mí.

Salí del baño con una toalla que envolvía mi torso. Me coloque unos pantalones anchos y oscuros, una blusa con detalles de encaje negro y mangas largas y acampanadas, una chaqueta de cuero y unas botas militares junto a un collar de perlas negras. Solte mi cabello y únicamente me puse un labial vinotinto.

Baje las escaleras y por suerte no había nadie más que Nicolás tomando una taza de café negro.

Al verme él sonrió, una sonrisa sincera que tanto tanto necesitaba, una sonrisa de mi hermano.

Nicolás es un noveno, hace cosas de novenos pero tiene una humanidad marcara, tiene refugio de presas que se involucraron en el mundo de los novenos, quiso ayudar a Padme, Anie que era una presa era una de las personas más importantes para Nicolás y él amor que me tenía a mí.

Nicolás era mucho más humano que todos los novenos.

Yo no soy así, nunca he sido así.

Tal vez lo que me ocurrió fue un karma por hacer lo que hago.

Por eso asesinaba a aquellos que hacían lo que me hicieron a mí. Presas o novenos.

Con respecto a Amy, bueno, ella fue un desliz. No era alguien productivo, no era una buena persona y sería una pésima médico.

—Stella—me saludó mi hermano—vamonos.

Los dos salimos y subimos a su auto, nos colocamos nuestros lentes de sol y fuimos a Ginger.

Nos sentamos en una mesa, nos ganamos la mirada de algunos que susurraban cosas sobre mí.

"¿Esa es la chica que desapareció hace años?"

"¿Es la estudiante que se graduó a los quince?"

—Vaya, parece que eres toda una celebridad —bromeo Nicolás llamando a la mesera

Pedimos unas donas con café helado, aún faltaba una hora para ir a la universidad.

Estaba concentrada con mi dona cuando escuché la campana de la tienda sonar, cuando ví al que entraba no pude evitar dejar mi atención en el hombre que entraba.

Su cabello rubio peinado hacia atrás, su traje elegante de camisa y corbata imbecable, sus zapatos relucientes, un bolso elegante de cuero negro en sus hombros y sus brillantes ojos grises me miraron, me dedico un guiño y prosiguió a la caja

—Poe se ve muy interesado en ti—comento Nicolás dándole un mordisco a su dona

—Si, lo note—respondí mirando como la cajera parecía derretirse

—¿Te gusta?—pregunta Nick interesado

—¿Poe? No lo conozco bien para decir que me gusta—dije dándole un sorbo a mi café—¿Te parece bueno para mí?

—Bueno—comenzó a hablar juntando sus manos, se puso seria la cosa—Poe es un noveno cómo tú, tienen el mismo estatus económico y social, son contemporáneos, inteligentes y serios en lo que hacen—reconoce Nicolás dedicándole una mirada severa a Poe —pero Poe no se toma las relaciones con mucha seriedad y tú tampoco. Me gustaría que estés con alguien con toda la seriedad y compromiso

—Que anticuado, Nicolás—bromee viendo como él rubio salía con una bolsa llena de panecillos, ¿quien diría que ese hombre tan elegante y refinado que come panecillos es un asesino?

—Di lo que quieras, Stella, pero me gustaría que tengas una relación seria con alguien—comento encogiendose de hombros

—Ah, comprendo—susurre mirándolo con una sonrisa divertida—¿Tu sueño es que yo salga vestida de blanco de la casa?

—Mi sueño es que seas feliz, de blanco o de rojo, pero que seas feliz—me dijo terminando su dona

Los dos nos dirigimos al auto, manejamos hasta llegar a la universidad. Pase de clase en clase sin decir nada hasta que uno de los tiempos libres cuando me dirigía a mí casillero ví a aquél rubio hablando con él director de la universidad.

Los dos nos vimos por unos segundos, le dedique una sonrisa de boca cerrada y volví a mí casillero.

Tal vez debía divertirme un poco.




Gallowdance [Poe Verne × tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora