Gallowdance [Poe Verne × tú]

~10~

Stella Fraser Nilsen

Salí de la universidad un poco más tarde de lo normal por un trabajo que tuve que hacer. Hoy tendría que irme caminando, Nicolás me avisó que tuvo que dejar mi auto en el taller por un problema en el motor.

Encendí un cigarrillo y me dispuse a caminar, salí de la universidad con tranquilidad sintiendo el frío viento golpear mi rostro y haciendo volar mi cabello.

Tome mis audífonos y me los coloque, puse ultraviolence de Lana del Rey y camine con normalidad con mis manos en el bolsillo.

Camine por la acera y en uno de los lugares para estacionar estaba un auto lujoso, negro y con vidrios ahumados, la ventanilla del piloto se abrió y allí pude a ver a Poe Verne hacerme señas para que me acerque, me acerque un poco aún con las manos en los bolsillos

—¿Te llevo?—pregunto mostrando sus relucientes dientes

Me quite los audífonos y le dedique una mirada de fastidio

—Esa mirada fría solo me conquista más—se burlo echando su cabeza para atrás

—Si me subo que certeza tengo que volveré a mi casa en una pieza—pregunte resoplando

—No tengo interés en desmenuzarte, al menos no en el sentido literal—dijo sonriente—soy un caballero y no quiero dejar que mi damisela vaya en la fría noche camino a su casa

—Claro, los modales hacen al...

—Asesino—termino por mí con una mirada persuasiva

—Esta bien, si no regreso entera mi hermano te matará y me burlare desde mi tumba, Poe Verne—advertí subiendo al auto

—Me encanta que me digas así, Stella Fraser—menciono mientras empezaba a manejar, encendió la radio y me miro—puedes elegir una canción si quieres, sorprendeme.

Puse una canción de Soda Stereo "Entre caníbales"

—¿Te gusta Soda Stereo?—pregunte apreciando la melodía

—Jamas lo había escuchado—confeso concentrándose en la letra

—Ah, come de mí, come de mi carne, ah, entre caníbales, ah, tomate el tiempo de desmenuzarme —cante con una voz baja

—Me gusta—admitió sonriente—¿sabes que? Te la dedico, Stella Fraser.

—¿Ahora me llamaras por mi nombre completo?—pregunte mirando las casas pasar por la ventana

—¿No te gusta?—añadió alzando las cejas y dando la vuelta para entrar en la zona en la que vivíamos—¿cómo quieres que te llame mi milanesa?

—De alguien escuché que tenía un amigo que ponía apodos extraños, ya sé que amigo era—comente girando los ojos

—El pastelito me ama, debe admitirlo—dice Poe acercándose ya a mi casa

—Según tú todas te aman, Verne—exprese ya estando en la entrada de mi casa, salí del auto y apoye mis antebrazos sobre la ventanilla

—Es cierto, pero de qué sirve si la que me gusta de verdad no me hace caso—dijo con mirada coqueta

—No lo sé y no me importa, gracias por traerme—agradecí dándome la vuelta

—Deberías venir más tarde a la cabaña, estará Padme y tengo entendido que son excelentes amigas, pasa un rato con nosotros, Stella—pidió con voz melosa

—Lo pensaré.