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Stella Fraser

Camine cautelosa por el bosque, llegué a un lugar al lado de un árbol específico, había una montaña de hojas y ramas que levanté para dejar un auto antiguo verse, me subí en el y lo encendí para después conducir por un camino que daba a la carretera. Mire mi teléfono que estaba en el asiento de copiloto y tenía unas veinte llamadas perdidas de Amy, sonreí negando con la cabeza y encendí un cigarrillo.

Por el retrovisor pude identificar a Poe detrás de un árbol y mirarme desde allí sin que yo note que lo estoy viendo, lo ignore y continúe con mi camino.

Conducí unos veinte minutos hasta llegar a ese bar de mala muerte, uno al que Amy jamás había ido, habían borrachos y drogadictos por allí, yo me coloque un sombrero negro que cubría la mitad de mi cara si miraba al suelo, tome el celular y llame a Amy, tenía unos guantes negros puestos y el pañuelo con cloroformo preparado debajo de mi asiento.

Amy, nena, te espero fuera de la discoteca. Mejor vamos a un lugar más... Privado—le avisé con una sonrisa dibujada en mis labios mientras le daba una calada al cigarrillo

Claro preciosa—respondió cortando la llamada

La ví salir de la discoteca, tenía un vestido azul marino pegado al cuerpo, unos tacones enormes y el cabello suelto y planchado, se tambaleaba un poco, ella miro a todos lados hasta que fijo su vista hasta mi auto, baje la ventanilla y ella se acercó con su expresión de tonta

—Lindo auto, no lo había visto, es muy, ¿cómo se dice? Vintage—opino subiendo—¿Por qué no viniste en el tuyo?

—Hoy es especial, Amy—murmure con una dulce voz

Encendí el auto y empecé a manejar hasta un lugar alejado de la ciudad

—¿A dónde me llevas?—consulto curiosa

—Al cielo...—respondí sonriente mostrando mis colmillos, me salí de la carretera hasta llegar a un lugar lleno de árboles en el que había una cabaña, Amy suspiro y me miro pero al ver mi expresión noto que algo andaba mal, su sonrisa se borró inmediatamente—o al infierno

Tome el pañuelo mojado por el cloroformo y lo pegue en su boca y nariz ella forcejeo, mucho, intento lastimarme y patalear pero al final cayó  dormida.

Salí del auto colocándome mi máscara, rodee el auto y abrí su puerta para sacarla, la cargue como princesa y la lleve al interior de la cabaña.

Allí llevaba a las presas.

Las luces estaban apagadas y solo había una mesa en la cocina y un sofá, baje las escaleras al sótano y la coloque en una camilla, amarre sus muñecas y tobillos y la dejé allí. Por mi parte me cambié de ropa, tome una vieja camisa blanca junto a una bata de doctor impecable, unos pantalones negros y botas del mismo tono, me coloque guantes de látex y me deje la máscara solo que con el cabello tomado en una impecable coleta de caballo.

Deje una mesa rodante con una bandeja que tenía un bisturí, clavos, tijeras, hilo, agujas y pinzas.

Me senté en una silla a leer mi libro "atlas de anatomía humana", me quedé viendo algo sobre la pelvis, una radiografía específicamente cuando escuché quejidos y jadeos de terror por parte de Amy

—Sueltame ¡Por favor suéltame!—grito exasperada

—Shhh—susurre acariciando su cabello, ella miro con horror mis ojos

—Stella... ¿Por qué? Lo siento, lo siento tanto, lamento todo lo que hice pero por favor no me hagas nada—chillo llorando mientras se retorcía en la camilla

Tome un bisturí y lo acerque hasta la comisura de sus labios

—Siempre me estreso tanto tu voz... Cómo me gustaría que no utilices tu lengua más nunca...

***

Observaba mi trabajo con orgullo, había hecho una obra de arte con ella, incluso había solucionado mis dudas sobre algo que no había entendido en una de mis prácticas. Anoté todos los resultados en mi cuaderno para poder utilizar mis conocimientos posteriormente en la tesis.

Me quite la bata repleta de sangre, los guantes, el pantalón y las botas quedando únicamente en ropa interior, limpie con cloro y desinfectante la camilla, el suelo y las herramientas que utilice para después dejarlo en una caja que guarde en un pequeño compartimento en la pared que estaba cubierto por la alfombra y la madera, la camilla de quedó ahí limpia y libre de huellas ya que utilice guantes todo el tiempo, mi cabello estaba dentro de un gorro que finalmente me quite después de guardar con delicadeza lo que quedaba del cuerpo de Amy en una bolsa negra que envolví en cuerdas y cinta plástica.

Después me cambié con ropa negra y mi máscara, con mis guantes de cuero y sombrero junto a todas mis cosas subí el cuerpo de Amy hasta el auto, cerré la cabaña con llave y me subí al auto para proceder a encenderlo. Puse algo de música, Édith Piaf específicamente. Llegué hasta lo profundo del bosque de Asfil, cerca de la cabaña, tome una pala y empecé a cavar un agujero profundo, dejé allí el cuerpo de Amy cubierto por la bolsa y le lancé la tierra nuevamente hasta que todo quedó compacto, deje sobre la tumba un ciervo muerto por si algún olor llegaba a escapar, pues pensarían que es del ciervo.

Camine de vuelta al auto hasta que escuche pasos a mis espaldas, ¿quien será? El rubio.

—Stella—me llamo con una sonrisa—te divertiste mucho, ¿verdad?

—Si, bastante —admiti mirándole con desconfianza—¿Quieres algo, Poe?

—Muchas cosas pero mejor empecemos por algo simple—me respondió acercándose a mí, sus ojos grises se clavaron en los míos y quedó a pocos centímetros de mi rostro cubierto por la máscara

—¿Que es algo simple para ti? No te conozco, Poe.

—Pues conozcamos, soy Poe Verne, ya sé cuál es tu nombre, eres Stella Fraser la hermana de Nicolás.

Sonreí ladina y entrecerre los ojos

—Que bueno que nos presentamos mejor.

Gallowdance [Poe Verne × tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora