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Stella Fraser

Habían pasado los días con rapidez, ya hoy era mi graduación en un rato. Estaba junto a mamá y a Nicolás en la universidad, Nicolás se encontraba con un hermoso traje negro con corbata azul, mamá tenía un hermoso vestido azul con sus enormes tacones y rizos impecables, papá pues que decir, estaba con sus legendarias resacas. Yo tenía el cabello rizado y negro como el bosque en la noche, tenía unas botas negras de cuero con tacón, un pantalon negro con un chaleco negro de la misma tela, una camisa blanca con corbata roja, mi maquillaje se basaba en un delineado negro con sombra oscura y un labial rojo que combina con mi corbata.

—¡Stella!—escuche la voz alegre de Padme que venía de la mano de Damián y Poe a un lado de él, venían vestidos con ropa elegante, Damián claramente estaba forzado a usar esa corbata—¡Felicidades! Te trajimos un regalo

Padme me extendió una caja envuelta que tenía dibujos de conejitos y flores

—Gracias, Padme—le dije dandole un cordial abrazo—gracias por venir a ti también, Damián Fox.

—Fraser Nilsen... Felicidades—hablo Damián dándome un apretón de manos mientras fruncía el entrecejo, sabía que lo decía de verdad aunque Padme lo obligará y eso me dió alegría, Padme le dedicó una mirada de ternura y le dió un beso en la mejilla

—¡Ay! La piedra actuando como humano, jamás creí ver esto—chillo Poe con burla. Luego me miró a mí y me tomo de la cintura para besarme.

—Poe Verne, respeta—le regañe soltando una risa

Él me observo de arriba a abajo y se acercó a mi oído.

—Te ves hermosa, después te daré tu regalo en la noche...

***

Tenía mi toga y mi birrete, sostenía mi diploma y mi medalla, me habían dado un certificado también, había salido con honores y reconocimientos

"La mejor de la carrera"

Miraba a todos los que estaban ahí para mí.

Poe me sonreía con su locura que amaba.

¿Como podía decirle que me iría?

Había esperado este momento por años, desde niña soñé con esto, con ser un gran médico, una gran psiquiatra y ahora ese sueño se estaba volviendo realidad.

Fui, soy y seré la mejor siempre. Había cumplido todo lo que prometí y así sería siempre.

Pero solo pensaba que faltaba poco para irme, para dejar a Poe, para dejarlo todo y aunque me dolía tenía que hacerlo, tenía que alejarme de Asfil, alejarme de todo aquello que me mataba poco a poco, tal vez un día volvería por Poe, dudaba que él pudiera irse conmigo, tenía toda su vida aquí, sus negocios y todo lo demás. No tenía nada que hacer allá, ¿dejarlo todo por mí? Es algo que ni siquiera yo haría.

Aunque la obsesión y la hermosura que teníamos Poe y yo, todo aquello que deseaba en los ojos de Poe, como me costaría dejarlo atrás.

Pero tenía que hacerlo, debía y lo haría y así serían las cosas.

***

Después de la celebración con ambrosía, los regalos, la música y todo eso, disfrutar con mis amigos y mi familia ahora me encontraba con Poe, los sentados en la cocina de una hermosa cabaña que Poe alquilo para él y yo.

Los dos estábamos en silencio pero con eso decíamos tantas cosas, expresando con simples miradas todo lo que sentíamos, todo lo que queríamos y deseábamos.

—Te ves preciosa con eso puesto y ahora sí oficialmente doctora Fraser—susurro dejando un beso sobre mis labios—¿Curaras todos mis males, doctora?

—Para eso primero tengo que ser psiquiatra, Verne—respondí correspondiendo su beso.

—¿Ah, sí? ¿Me llamas loco? Tú estás tan cuerda... ¿No?

Después empezó a besarme desenfrenadamente, me devoraba y yo al él..

Finalmente cuando acabo la hermosa noche, ahí entre los brazos de Poe que rodeaban mi cintura, que extrañamente estaba tan frío al igual que yo pero como nos derretimos el uno por el otro, ahí con mis ojos diferentes miraba con un extraño y retorcido cariño la daga con mango rojo y negro con bordados dorados que tenía grabada en la hojilla una frase que había marcado el inicio de algo.

"Esos ojos solo me miraran a mí"

Gallowdance [Poe Verne × tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora