Timeless Academia

Londres: Capítulo 4 - Parte 1

Reescribiendo la historia

El ambiente en el edificio de apartamentos era increíblemente tenso, y es comprensible.

Después de dejar los restos de la mansión del Dr. Frankenstein, el grupo se apresuró a regresar al departamento del Dr. Jekyll con toda la prisa posible, con la esperanza de poder ayudarla a recuperarse mucho más rápido. Incluso mientras la pregunta sobre cómo se suponía que debían hacer eso pendía sobre sus cabezas.

Una vez que llegaron, Jekyll naturalmente no tuvo ningún problema en hacer espacio para ayudar con la recuperación de la criatura, pero la cuestión de qué se podía hacer exactamente era inevitable. A pesar de su estatus, el Dr. Jekyll dijo que no era específicamente un médico y que, sin tener las piernas de la criatura para trabajar, sus opciones eran increíblemente limitadas.

Entonces Izuku inmediatamente tomó el curso de acción más obvio y convocó a ambas versiones de Medea a la Singularidad para intentar hacer lo que pudieran. Esto requirió mucha concentración de su parte, por lo que todos los demás fueron sacados del apartamento de Jekyll para que pudieran ponerse a trabajar.

El resultado fue que todos se dispersaron por el área, tratando de encontrar formas de pasar el tiempo mientras esperaban noticias sobre el proceso de curación. Mordred prácticamente había arrastrado a Mash afuera para entrenar con ella por un tiempo, claramente inquieto y agitado por cómo se había desarrollado todo el evento. Boudica los siguió afuera, principalmente solo para vigilarlos y asegurarse de que las cosas no se salieran de control. Georgios permaneció junto a la puerta de Jekyll para esperar cuando recibieran una actualización, mientras que Hans había decidido mudarse al salón del primer piso para intentar concentrarse en su proyecto de escritura actual.

En cuanto a Izuku, había subido al tercer piso, principalmente debido a su propia energía inquieta, lo que le obligó a moverse mientras esperaba. No esperaba nada diferente allí arriba, pero aún así era desalentador ver todas las puertas cerradas a lo largo del pasillo. Si bien pudo haber sido un alivio pensar que todas esas personas dentro de cada apartamento todavía estaban vivas, el hecho de que todos estuvieran aislados unos de otros y aparentemente no dispuestos a ayudarse unos a otros continuó pintando la situación a su alrededor de una manera muy luz terrible.

Si alguno de ellos tuvo algún problema con que él simplemente caminara por el pasillo, ninguno aprovechó la oportunidad para salir de sus habitaciones y decirlo. Lo que sólo hizo que el ambiente que se respiraba en el edificio fuera aún más fuerte. Por mucho que Izuku intentó no concentrarse en eso, en lo que terminó enfocándose no fue nada mejor.

Al igual que Jekyll, no se sabía de memoria la verdadera historia de Frankenstein, pero sabía lo suficiente para entender la esencia. Un científico que buscaba crear vida después de la muerte cosiendo los pedazos de cadáveres y dando vida al nuevo ser. La criatura, o quizás más conocida como "el monstruo", fue luego rechazada por el Dr. Frankenstein debido a lo antinatural y horrible que era, y así comenzó un conflicto sangriento y alimentado por el odio entre ellos.

Eso no encajaba con la chica que había visto en esa habitación, agarrando las cenizas de sus miembros perdidos y llorando como una niña asustada. No se parecía ni remotamente a un monstruo, o a un ser hecho de partes del cuerpo de los muertos. Parecía positivamente normal, especialmente para los estándares de un mundo post-Quirk. ¿Qué hay de ella que pudo haber sido tan monstruosa u espantosa que su creador decidió que había que dejarla a un lado?

Más concretamente, su aspecto de esa manera hizo que el acto de violencia contra ella fuera aún más horrible. ¿Qué posible razón podría tener alguien para atacarla cuando ella aparentemente no había hecho nada malo y había estado en una especie de estasis debajo de la mansión de Frankenstein? No sólo eso, sino que atacarla de tal manera que la incapacitara tenía que haber sido algún tipo de ataque deliberado y planificado, en lugar de algo hecho por miedo o sin motivo alguno.