Timeless Academia

Fuyuki: Capítulo 1

El infierno en la tierra

Izuku sintió que se estaba cayendo. Un descenso lento, ingrávido, más y más profundo en un estanque debajo de él. Nada yacía ante sus ojos excepto oscuridad. Nada llegó a sus oídos, solo el silencio flotaba a través del abismo.

¿Era así como se sentía morir? Su cuerpo se sentía apático, sin ninguna energía de la que hablar. No podía mover nada y, francamente, no veía la necesidad de hacerlo. Era como si sus preocupaciones fueran repentinamente mucho menos importantes de lo que solían ser.

Entonces, esto fue todo. Su vida había terminado. Bueno, si uno pudiera siquiera llamarlo una vida. Pasó tanto tiempo persiguiendo un sueño imposible, con todos diciéndole que debería renunciar a él. Incluso su ídolo, el hombre que más admiraba en el mundo, le dijo que era mejor intentar otra cosa. Ni siquiera había decidido si quería rendirse. Siguió empujando hacia adelante como un robot idiota. Esta era su recompensa por eso, al parecer. Una pequeña parte de él se sintió amargada por eso, pero no tenía sentido insistir en eso ahora.

La única preocupación real que tenía era por sus padres. ¿Qué diría su madre cuando se enterara? ¿Se enteraría ella? ¿Cuanto tiempo tardaría? ¿Sabría ella que él estaba muerto, o pensaría que simplemente se escapó a alguna parte y la abandonó? ¿Se enteraría su padre? ¿Le importaría siquiera? Era una pena que nunca supiera la respuesta a estas ahora. Esperaba al menos que se recuperaran.

Tal vez estaban mejor sin él de todos modos. Su madre podría dejar ese pueblo e irse al extranjero con su padre. Todavía se tendrían el uno al otro. Podrían tener otro hijo. Tal vez tendrían mejor suerte entonces, y no estarían atrapados con un pobre idiota sin un Quirk. Sí, seguirían adelante. Estarían bien.

Estuvo bien. Él podría dejar ir ahora.

Correcto. Estaba esa chica que conoció. El del pelo lila y las gafas. ¿Estaba bien? No podía recordar si la sacó de entre los escombros. Probablemente no, ahora que lo pienso. Eso fue desafortunado, al menos debería haber tenido la oportunidad de vivir.

“...pai...sen...senpai...”

Ella lo llamó así, ¿no? Eso era algo extraño para decirle a alguien que acababa de conocer. Ella tampoco parecía japonesa. ¿Era solo una palabra que había escuchado de alguien y la estaba probando? Que extraño. Era una pena que no pensara en preguntarle, pero, de nuevo, nunca fue muy bueno hablando con chicas lindas.

“...levántate...despierta...”

¿Despierta? No podía despertar, estaba muerto. O muriendo, al menos. ¿Quién estaba hablando con él, de todos modos? La voz sonaba familiar, al menos un poco. Parecía preocupada, pero él no podía imaginar por qué. ¿Alguien lo había encontrado?

"...por favor despierta..."

Esperar. ¿No estaba muerto?

“¡Senpai, si no te despiertas, vas a morir! ”
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Lo primero que registró el cerebro de Izuku cuando abrió los ojos fue un cielo ennegrecido, con un brillo rojo debajo, el humo se elevaba más y más hacia el horizonte infinito.

Lo segundo que registró el cerebro de Izuku fue el peor dolor que había sentido en su vida.

Dejó escapar un grito de agonía e instintivamente apartó la espalda del suelo roto debajo de su cuerpo. Hizo poco para aliviarlo, ya que sus hombros y piernas también estaban llenos de dolor, y cada movimiento que intentaba hacer solo hacía que el dolor ya insoportable se intensificara aún más. Rodó sobre su costado para tratar de aliviarlo, solo para que el dolor también le atravesara el brazo. Volvió a rodar sobre su pecho y, sin embargo, tampoco encontró alivio allí, ya que se sacudió hacia atrás como si acabara de ser apuñalado en el corazón. Cada movimiento iba acompañado de otro grito, y ya corría el riesgo de quedarse ronco.