IV // 𝘐𝘨𝘯𝘰𝘳𝘢𝘳, "𝘭𝘦𝘺 𝘥𝘦𝘭 𝘩𝘪𝘦𝘭𝘰"

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Roberto agarró su teléfono. Topo seguía dormido a su lado y él se había despertado hace una hora, pero su voluntad no le dió para levantarse de la cama.

Miró la hora.

9:34 am

—Pensaba que era más tarde... —pensó Roberto.

Acto seguido, volvió a dejar su teléfono y se levantó de la cama. Salió de la habitación y se dirigió al baño.

Cerró la puerta y se miró al espejo.

—Que victorioso que sos, hombre... Solo los mejores son capaces de penetrar a una mina y que su pareja no se dé cuenta —dijo mientras se miraba frente al espejo.

Se sacó una sonrisa a sí mismo.

Después de un rato. Salió del baño y fue a la cocina. Ahí, se quedó sentado. Nada especial, nada nuevo.

Unos minutos después, tampoco fue tanta la diferencia. Se despertó Topo. Hizo lo mismo que Roberto, exceptuando esa (muy) pequeña charla consigo mismo.

Topo agarró su teléfono, miró la hora. Igual que como había hecho Roberto antes.

9:42 am

Volvió a dejar su teléfono y fue directo al baño.

Topo después de salir del baño fue a la cocina y vió a Roberto. Sonrió y se sentó a su lado.

—Buen día Roberto, ¿Cómo estás? —preguntó el menor.

Roberto lo ignoró por completo.

—Rober, te hablé, ¿Cómo estás? —volvió a preguntar Topo.

Otra vez solo recibió la nula atención del mayor. Un silencio incómodo se formó entre los dos.

— ¿Estás enojado conmigo?

Roberto miró discretamente a Topo pero no le dijo nada. Solo fue una pequeña mirada, y volvemos a empezar.

Roberto siguió en su mundo. Era consciente de que Topo estaba ahí, lo escuchaba. Pero no tenía ganas de contestarle. Además de que le daba risa la cara que ponía su pareja.

—Roberto, si estás enojado decíme, ¡Pero no me ignores! Por favor... —otra vez la única respuesta que consiguió fue el silencio de Roberto.

Topo se empezó a preocupar de verdad, pensaba, ¿Qué había hecho mal? Claramente nada, o eso se suponía.

— ¡Rober! Ya, si es una broma no me está gustando... Por favor, dejá de ser así. ¡No me ignores! —el menor agarró del brazo al mayor y empezó a moverlo un poco.

Para llamar su atención, Topo empezó a ponerse entre medio del punto dónde miraba Roberto, y Roberto. No funcionó.

Roberto se aguantaba la risa que le daba ver a Topo haciendo cosas “ridículas” para él, solo para llamar su atención.

— ¡Roberto, por favor! Sí estás enojado o hice algo mal, perdón. Pero no me hagas esto.

Nada.

Topo miró por unos segundos a Roberto, y después de eso. Se fue de vuelta a su habitación.

—Quizá si hago algo por él... Ahí ya no va a estar enojado conmigo —dijo Topo para sí mismo.

Mientras intentaba pensar en que hacer para Roberto. Ordenó la habitación.

Cuando terminó, volvió a agarrar su teléfono. La segunda vez que lo hacía. Relativamente poco, algo bueno. Para él.

𝘊𝘰𝘳𝘢𝘻𝘰́𝘯 𝘔𝘢𝘳𝘪𝘤𝘰́𝘯 ♡ Violentometro // Titopo(n't)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora