𝘊𝘰𝘳𝘢𝘻𝘰́𝘯 𝘔𝘢𝘳𝘪𝘤𝘰́𝘯 ♡ Violentometro // Titopo(n't)

VI // 𝘊𝘶𝘭𝘱𝘢𝘣𝘪𝘭𝘪𝘻𝘢𝘳

Topo se estaba despidiendo de Pedro, el cual ya se estaba yendo.

Cuando se fue. Topo volvió a sentarse donde lo hacía antes, en el sillón de la sala. Y ahí se dedicó a esperar a que Roberto volviera a casa.

Pasaron las horas, se hicieron las cinco y media y Roberto todavía no volvía. Lo que preocupó a Topo. Lo suficiente como para hacer que lo llamara.

Cuando su pareja atendió, Gustavo inmediatamente le preguntó:

— ¿Roberto dónde estás?

—En lo de mi amiga, ¿Tenés Alzheimer o qué? Yo te dije antes de irme...

—No pero...

—Nada de “pero”, dejá de ser tan necesitado de atención, Gustavo... En un rato vuelvo a casa, tranquilízate —fue lo último que dijo Roberto antes de cortar.

Topo se quedó algo enojado, descontento. No le gustó esa respuesta final de Roberto pero tampoco lo quería molestar con otra llamada.

No quería quedar como “tóxico”, no quería quedar peor de lo que ya estaba con Roberto.

Y por los siguientes diez... Quince, veinte minutos. Topo esperó pacientemente a Roberto. Se esperaba que cuando él llegara empezara una pelea. Como era de costumbre.

Aún así, y por más consciente que fuera de la situación. No tenía planeado dejar a Roberto. No quería.

En el fondo sabía que Roberto “lo quería”, y por eso no rompían. Ni Roberto con él, ni él con Roberto. El amor seguía, solo que lo demostraban muy pocas veces.

Cuando Roberto finalmente apareció. Abrió la puerta y evadió a Topo al entrar.

— ¡Roberto! —exclamó Topo mientras entraba a la habitación donde había ido Roberto.

— ¿Qué querés? —respondió el mayor.

— ¿Por qué me respondiste mal en la llamada? —Topo respondió con otra pregunta, sabía que a Roberto no le gustaba eso. En ese momento tampoco era su prioridad.

— ¡Dejá de ser tan sensible! Solo fue un chiste... Vos buscás problemas donde no hay... ¿Sos pelotudo?

—No... Simplemente te pregunté, era para sacarme la duda... —afirmó Topo, después levantó la vista y miró a Roberto más confiado —, ¿Ya no te puedo preguntar algo sin que respondas mal?

— ¿Yo, responderte mal? Dejá de inventarte cosas... Vos sos el culpable de todo esto... Sí no fuera por vos nada de esto hubiera pasado...

— ¡Dejá de mentir! —exclamó Topo sin caer en la manipulación de Roberto, todavía.

— ¡No te estoy mintiendo! —respondió Roberto ahora con un tono de falsa tristeza.

— ¡Entonces yo no te estoy gritando! Roberto, no soy estúpido, dejá de mentirme.

—Vos siempre querés que yo cargue con el peso de todo lo que ¡VOS! empezás... ¿Acaso no me querés que siempre me dejás mal parado?

Topo no contestó tan rápido como antes. Ahora pensó su respuesta.

No quería dejarse manipular tan rápido por Roberto, pero aún así le creía. Muy en el fondo. No quería hacerlo sentir mal, no tan rápido.

Simplemente no quería sentirse como una mala persona que le carga la culpa de sus acciones a su pareja.

¿Siquiera hacía eso? No. No lo hacía, pero si Roberto decía que él lo hacía, entonces sí que lo hacía.

—Yo... ¡No lo hago intencionalmente!

— ¡Si lo hacés!, si no, no lo habrías hecho tantas veces... —afirmó Roberto.

— ¿Cuándo lo hice antes de ahora?

— ¡Lo acabaste de afirmar!

— ¿Qué cosa? —Topo miró confuso a Roberto.

Nuevamente, Roberto miró con falsa tristeza a Topo. Se llevó las manos al pecho.

—Me duele en el corazón que finjas de esta manera enfrente de mí...

—Sigo sin entender a qué te referís...

— ¡Ya no importa! Solo, déjame...

Los dos se quedaron en silencio. Topo con un sabor amargo en la boca y un sentimiento profundo de culpa que en un inicio ni debería tener.

Y Roberto, sintiéndose victorioso. Obviamente, se había quitado la culpa de encima y había culpado a su pareja en lugar de hacerse responsable. No había mejor sensación que esa.

La de victoria.

Buenas noches y feliz año nuevo.

Me gustó, ni idea. Escribí porque me acordé una vez que me había peleado con mi mamá y me hizo algo parecido a esto-

Preocupante. Igualmente.

Pásenla bien y yo me despido.

Adiós gente, cuidense. Los quiero, muak.

Total de palabras: 687.